Así lo dispuso en
Senado de la Nación en una sesión extraordinaría el 5 de agosto pasado,
para dar aprobada la solicitud del presidente Mario Abdo Benítez, que el
16 de julio pidió la autorización para “el ingreso temporal al país de
diez instructores invitados del 20° Grupo de Operaciones Especiales de
los Estados Unidos de América, con sus respectivos equipos, armamentos y
municiones, que serán utilizados en el Intercambio Conjunto Combinado
(Joint Combined Exchange Training), a bordo de un avión de la Fuerza
Aérea de los Estados Unidos de América, del 9 de agosto al 12 de
setiembre del 2019, en las instalaciones del Batallón Conjunto de
Fuerzas Especiales” [1].
Entre las armas y equipos se puede
leer que ingresarán con lanzagranadas, visores nocturnos, infrarojos,
rifles de francotiradores, fusiles de asaltos y combate a corta
distancia, pitolas 9mm, silenciador de pistola, reflectores, entre
otros.
Es la segunda vez en el año que ingresan al país, la
primera fue en el mes de marzo. Mientras, que en el año 2018 lo habían
hecho también en dos oportunidades.
En julio del 2018 el diario
Última Hora informaba: “Marito acude a entrenamiento de Fuerzas
Especiales de EEUU. El presidente electo de Paraguay, Mario Abdo
Benítez, que asumirá la Presidencia el 15 de agosto, visitó este
miércoles a las Fuerzas Especiales de Paraguay durante su jornada de
entrenamiento junto a las Fuerzas Especiales del Ejército de Estados
Unidos, informó en sus redes sociales” [2]. Hecho que de alguna manera marcaba el acento militarista que el nuevo gobierno impregnaría a su gestión.
Los denominados intercambios conjuntos y combinados (JCET) forman parte
del Departamento de Defensa de los EE. UU., se han convertido en los
últimos años en las principales formas de llegada a distintos países de
Centro y Sur de América; en estos procedimientos se pueden dar una
variedad de ejercicios que incluyen: combate urbano, recolección de
información, control de disturbios, tácticas de ataques, manejos de
explosivos contrainsurgencia y antiterrorismmo [3].
Paraguay es una pieza pequeña pero importante en el enorme tablero
militar de Estados Unidos, por la histórica dependencia y sumisión
gubernamental a los organismos internacionales, por el acuífero guaraní,
por su cercanía a Bolivia, así como otras razones entre las cuales Raúl
Zibechi menciona: la extensa frontera con Brasil, por la corrupción y
fácil manipulación de las élites económicas y militares, por la energía
de Itaipú y Yacyreta [4].
En la actualidad país se
encuentra en una fuerte crisis política generada por un acuerdo secreto
entre Abdo Benítez y Jaír Bolsonaro, sobre la energía de la represa de
Itaipú, en el primer anillo presidencial se dieron destituciones de
funcionarios claves y tuvieron que intervenir actores internacionales
para evitar un juicio político contra el presidente paraguayo, aún así,
las movilizaciones se diversos sectores de la sociedad siguen en pié y
exigen la destitución del mandatario.
En este escenario se
percibe una fuerte injerencia de los Estados Unidos, aún con más
incertidumbres que certezas de como se resolverá la crisis, disputas
políticas, negociaciones, alianzas, manipulaciones y probablemente
acompañado de un aumento de la violencia contra los sectores populares.
Al propósito, es oportuno traer a colación una obra de Robinson
Salazar, titulada: La naturaleza exterminadora de la derecha en América
Latina, en ella escribe sobre los efectos en algunos países con fuerte
injerencia norteamericana como Colombia “... otro coto de la muerte, de
los años con mayor incremento de asesinatos fue 2011, con tasa de
homicidios de 35 por cien mil habitantes, para 2016 bajó a 25.2 y en
2017 el registro es de 11.718 personas eliminadas las cuales representan
23.9 por cada 100 mil”. Estos casos se dan en tres escenarios
principales: - Cuidades de mayor concentración poblacional - zona del
pacífico con “tierras codiciadas por el oro, contrabando, salida de
drogas, siembra de grandes monopolios” y alta pobreza – zona froteriza
con Venezuela.
En el caso de países de Centroamérica como el El
Salvador, Honduras y Guatemala en el 2017 se registraron 13.129 muertes
violentas, “países asediados por el narcotráfico internacional, las
violentas y poderosas pandillas y la policía, todos actúan bajo el
extenso manto de la impunidad desde el gobierno y algunos grupos
poderosos del dinero solapan para exterminar a los pobres y habitantes
de los sectores marginales”, explica Salazar.
Notas
[1] Congreso Nacional, H. Cámara de Senadores. Resolución N.º 823 (Paraguay)
[2] La nota disponible en https://www.ultimahora.com/marito-acude-entrenamiento-fuerzas-especiales-eeuu-n1701279.html
[3] https://www.serpajpy.org.py/fuerzas-especiales-de-los-ee-uu-en-un-intercambio-con-militares-paraguayos-por-que/
[4]
USAID en Paraguay, la asistencia como estrategia de dominación. Libro
disponible en
http://www.baseis.org.py/adjuntos/usaid%20en%20paraguay.pdf
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