En
2014 en Brasil, la crucial campaña ante la segunda vuelta entre el
Partido de los Trabajadores y el PDSB tuvo un factor desequilibrante: la
aparición en escena de Luiz Inácio Lula da Silva, el ex presidente
mejor valorando de la historia de aquel país, quien fortaleció la
candidatura de Dilma Rousseuff, que finalmente se consagró en las urnas
por una diferencia de unos 4 millones de votos. Aquella fue una elección
verdaderamente continental, donde las fuerzas nacional y populares,
progresistas y de izquierda de todo el continente apoyaron al PT frente
al intento de “restauración conservadora” en el gigante sudamericano.
La
reciente aparición de Cristina Fernández de Kirchner post confirmación
del ballotage, polarizando con el proyecto político y económico que
personifican Mauricio Macri y su alianza conservadora con la Unión
Cívica Radical, se enmarca en una estrategia similar que podría
protagonizar el Frente para la Victoria de cara a los decisivos comicios
que tendrán lugar el próximo 22 de noviembre. “Que nadie se disfrace de
lo que no es” afirmó la presidenta, en clara alusión al cambio de
discurso de Macri.
Así como en Brasil el antecedente
directo a los gobiernos del PT fueron las administraciones neoliberales
del PSDB, en Argentina hay que destacar el descalabro social, económico y
político producido por la Alianza, cuyo gobierno fue eyectado en
diciembre de 2001 ante una crisis de magnitudes, con la huída
-helicóptero mediante- de Fernando De La Rúa de la Casa Rosada. La
estrategia de Cristina Fernández será la de mostrar el país que encontró
el Frente para la Victoria en mayo de 2003 -cuando Néstor Kirchner
asumió su presidencia con la mitad de la población bajo índices de
pobreza- tal como hizo el año pasado Lula con la herencia que él mismo
encontró de parte de los gobiernos “tucanos”.
La ventaja
con la que cuenta el Frente para la Victoria de cara a la segunda
vuelta, entonces, reside en poder mostrar dos perfiles complementarios:
Cristina Fernández de Kirchner, presidenta y conductora a la vez de un
movimiento político y social, con la tarea de mostrar lo que se ha hecho
y desde que pisos se ha avanzado en la Argentina posneoliberal; y el
tándem Daniel Scioli - Carlos Zannini, como fórmula presidencial,
mostrando proposición de cara a los millones de votantes han optado por
otras opciones que no han ingresado al ballotage -especialmente de cara
al 21% que eligió a otra variante peronista, la expresada por Sergio
Massa, con mayores similitudes económicas con el FPV que con la alianza
conservadora-.
De esta forma, lejos de mostrar un “doble
comando” antagónico como pretenden esgrimir algunos medios de
comunicación que buscan generar intrigas al interior del FPV, la
división de tareas en relación a la campaña oficialista en Argentina se
aparece como algo natural, lógico, tal como sucedió en Brasil de cara al
ballotage. Repasemos: en aquella ocasión, incluso, Marina Silva llamó a
votar por Neves, lo que en términos matemáticos debería haber
significado una derrota del PT -por la sumatoria de votos en la primera
elección-. Pero el tándem Dilma-Lula, complementándose, logró remontar
aquel escenario, derrotando también a los medios hegemónicos -Globo,
Folha de Sao Paulo, Estado, Veja- que habían operado para un retorno
“tucano” a Brasilia. De esta forma el PT venció a un Neves que durante
la campaña rumbo a la segunda vuelta defendió abiertamente el programa
social Bolsa Familia -similar a la Asignación Universal por Hijo- que
beneficia a más de 50 millones de brasileros, cuando antes había sido un
ferreo opositor a la implementación de este programa.
¿Podrá
llegar a similar escenario el FPV, logrando vencer en la segunda vuelta
al armado PRO+UCR, que cuenta con el visto bueno de los centros
financieros internacionales y la derecha regional? ¿Hasta qué punto
Mauricio Macri sostendrá sin sonrojarse una defensa de la AUH y las
políticas sociales de los gobiernos kirchneristas cuando se opuso
firmemente a estas políticas cuando eran discutidas, tal como sucedió
con Neves? ¿Podrá CFK influir decisivamente en las semanas venideras,
tal como hizo Lula rumbo a la segunda vuelta? Como se ve, las
similitudes con el escenario Brasil 2014 son evidentes. Resta saber si
el resultado -PT/FPV triunfando- será también el mismo, en una elección
voto a voto que será decisiva para la región.
Juan Manuel Karg
Politólogo UBA / Analista internacional
CABA - Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
http://www.alainet.org/es/articulo/173554
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