Diplomacia de mercaderes y gatilleros
Rebelión/Universidad de la Filosofía
Toda
esta violencia desaforada no es más que avaricia de oligarcas peleando
entre sí y contra los pueblos. Es el capitalismo el obstáculo principal
para una diplomacia entre iguales. Nada, que no sean los empresarios y
los terratenientes, impide que el mundo afirme un plan de relaciones
equitativas, justas y racionales para salvar a la humanidad de la
explotación de los trabadores y del saqueo de recursos naturales; del
flagelo belicista y la depredación del planeta. Buena parte de las
operaciones diplomáticas comienzan siendo enclaves de guerra
mercadológica y guaridas de mercachifles caros. El mundo necesita con
urgencia un plan internacionalista revolucionario para frenar la
violencia y para la defensa de la vida buena. Todo lo demás es
demagogia.
¿Qué diplomacia es respetable si se acepta que, “bajo la mesa”, se tallen los naipes de los terratenientes y de los capitales financieros que son el interés crudo y verdadero detrás del palabrería legaloide?
Ese juego “bajo la mesa” lo determina todo, en un enredo
milimétricamente planeado para hacer invisibles las fuerzas verdaderas
que dominan al mundo de manera imperial. Han hecho de la diplomacia un
campo de batalla armado con espejismos: “convenciones”, acuerdos y
declaraciones, a cual más, piezas rabiosas de ficción literaria para ahogar en saliva a la realidad. Y luego brindan con cócteles lujosos.
La diplomacia burguesa hace invisible, con sus “acuerdos
intencionales”, la enorme violación del derecho internacional que
ocurre ante nuestras narices. Hemos visto, durante décadas, cómo se
imponen las reglas burguesas de la diplomacia disfrazando el conflicto
capital-trabajo con soldados de todo tipo, camuflados incluso como yuppies,
para imponer con arrogancia las condiciones de la explotación y el
saqueo, comenzando por negar su existencia con toda impudicia, e
impunidad, y de inmediato recompensarlos con cuentas bancarias
suculentas, medallas, cargos públicos, doctorados y premios Nobel. Todo
esto es una forma de la guerra encubierta con trajes finos y “buenos
modales” para que en las fotos salgan las sonrisas que esconden la
sangre, la miseria y la degradación a que es sometida las clase
trabajadora. La obscenidad desatada.
Por eso a la diplomacia burguesa le han dolido tanto, por ejemplo, los wikileaks
y la divulgación del entramado de espionajes perpetrado por Obama. En
el saqueo de información se cifra una de las estrategias de guerra del
capitalismo que, en sus luchas inter-burguesas, desarrolla armas de
espionaje cibernético no contentas con robar datos sino que, además,
infectan los “sistemas” para inutilizarlos o para someterlos a
manipulaciones en las que toda la información que se procesa es
transferida, soterradamente, a bases de datos espías. Han infectado a
miles de “sistemas” en todo el orbe y, en el corazón del modelo de
saqueo informático, están los más preciados recursos naturales
comenzando por el petróleo, el oro, el gas… las tierras fértiles y,
principalmente, la mano de obra barata o regalada. Crean becas de
cooperación y organismos internacionales de investigación. Roban
cerebros y los domestican para el saqueo.
Entre las formas
encubiertas del poder de ataque que la diplomacia burguesa despliega
está, además de “lo militar”, el dinero. Compran funcionarios, mass media
-y siervos en general- para usarlos como operadores que, a su vez,
compran empresas, compran ciudades, compran ejecutivos comprometidos,
artistas de la corrupción. Esté donde esté, la diplomacia burguesa,
aunque se de baños de pureza y patriotismo, opera como ejército para
sobornar y chantajear con todos los métodos posibles y utilizan, si
fuese necesario, al “crimen organizado” -la DEA lo sabe- como una
herramienta más para mantener el control y disciplinar a los países.
Ver el caso de México.
El imperialismo, especialmente desde
USA (la industria bélica más grande del planeta) avisa que incrementará
su presupuesto y sus negocios militares [1] y con eso acelerará
el “desarrollo” de sus fuerzas diplomáticas (las propias y las de sus
aliados cómplices también). Uno lee entre líneas cómo “desarrollará” su
“seguridad” atacando de manera mucho más sofisticada y de una
manera mucho más amplia, poniendo énfasis en “objetivos” como el ataque
a la conciencia de los pueblos, por ejemplo, con miedos, zozobras y
terrores vía mass media.
Todo ese “desarrollo” le “exige” al capitalismo formas de la guerra renovadas como la llamada “Guerra Híbrida” [2]
o “Guerra no Lineal”, enriquecida en su “poder de disuasión” comenzando
por la táctica de la “diplomacia” como la burguesía la manipula.
Porque, en algunos casos -ya a la vista- no se necesitarán ejércitos
regulares y bastará con imponer presidentes peleles con muchos amigos
en las embajadas de imperio y sus aliados.
El viejo glamour
del mundo diplomático burgués agoniza. Para bien de los pueblos quedó
al desnudo la trama de operaciones y deslealtades planetarias que se
operan desde las cancillerías y sus embajadas. Quedó al descubierto
cómo reptan los señores diplomáticos, bajo el fuego oropelado de sus
protocolos y sus convenciones, llevando en el hocico la presa
de los intereses mercantiles, energéticos e ideológicos. Quedaron al
desnudo los intereses de una parafernalia de los negocios oligarcas,
vestida con trajes elegantes y degustadora de vinos caros y champagne,
que viaja por el mundo inyectando saliva cultivada en los más caros
alambiques de la traición contra los pueblos. No nos vengan con acuerdos
o teorías diplomáticas novedosas. La única diplomacia respetable y
nueva está naciendo de la lucha internacionalista de los pueblos
revolucionarios dispuestos a terminar con el capitalismo. Eso es otra
cosa.
[1] Release of the National Defense Panel report, “Ensuring a Strong U.S. Defense for the Future” http://www.usip.org/publications/release-of-the-national-defense-panel-report-ensuring-strong-us-defense-the-future
[2] http://www.alfredojalife.com/ukraine-russias-new-art-of-war/
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