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Un año después de las elecciones del 22 de abril de 2018 en Paraguay, el país ha sufrido una serie de cambios en su dinámica, política, social e institucional, que son resultado de la tensión política permanente. Una tensión que se hizo visible en la alta polarización resultante del proceso eleccionario, en el que Mario Abdo Benítez (Partido Colorado) llegó a la Presidencia de la República, con una ajustada diferencia de 3,7% puntos frente al líder de la oposición, Efraín Alegre (Partido Liberal Radical Auténtico, PLRA).
365 días después de los comicios, y tras completarse 8 meses del Gobierno de Mario Abdo, el escenario político paraguayo se puede leer en seis claves que enmarcan un panorama de crisis institucional latente, inercia política del Ejecutivo y avance de una oposición fortalecida que se está convirtiendo en ejecutora de políticas y acciones favorecedoras de la ciudadanía.

Movilización, un caldo de cultivo para el cambio

A pocos días de la toma de posesión de Mario Abdo -y después de que, debido a la ley de ‘autoblindaje’ (hoy derogada), no se pudiera avanzar con la pérdida de la investidura de José María Ibáñez (con cargos de tráfico de influencias y de estafa al Estado)[i], la ciudadanía indignada promovió la movilización para repudiar la impunidad otorgada al diputado y logró obligarlo a renunciar –luego de que se escudara en las “listas sábana” del Partido Colorado para pasar blindado al Legislativo–.
Desde entonces, las protestas y escraches para sacar a los políticos “impresentables” de las instituciones empezaron a tener resultados positivos, logrando operar para que varios legisladores corruptos dejaran de hacer parte del órgano. Pero las movilizaciones no sólo se centraron en la corrupción; la ciudadanía salió a las calles también para denunciar la reforma de las pensiones y la insostenible situación de los campesinos y los indígenas, durante el paro agrario que tuvo lugar a finales de marzo[ii].
La permeabilidad de la ciudadanía para manifestarse durante este periodo supuso que la organización de protestas en las calles y escraches se convirtiera en una forma efectiva de presionar hacia el avance de propuestas políticas. Así, la más reciente propuesta del senador del movimiento Cruzada Nacional, Paraguayo Cubas, aupada por Efraín Alegre, para acabar con las “listas sábana”[iii], va a ser acompañada el próximo 25 de abril (día de su votación en el Legislativo[iv]) por la ciudadanía, en el marco de un paro convocado a propósito de la demanda. Días antes del encuentro diversos colectivos ciudadanos han organizado actividades para pedir el desbloqueo de las listas.
El episodio de movilización que está viviendo Paraguay desde que Mario Abdo asumió la Presidencia es una muestra de cómo la ciudadanía organizada puede llevar a cabo cambios en la dinámica política. En especial, cuando la corrupción arraigada en las instituciones lleva a que los órganos judiciales avalen y certifiquen reiteradamente la impunidad.

Colorados vs. Colorados

La interna del Partido Colorado no es la más halagüeña para el presidente Mario Abdo. La crisis –abierta desde que éste iniciara su Gobierno– se ha profundizado en los últimos meses, especialmente después de que, en sesión extraordinaria de la Cámara de Diputados, se decidiera la destitución de la intendenta de Ciudad del Este, Sandra McLeod, cuya gestión fue intervenida en noviembre de 2018. El resultado de dicha intervención dio lugar al conocimiento público de la malversación de fondos por parte de la intendenta, que llevaba desde 2007 en el cargo. Asimismo, por unanimidad, la Cámara de Senadores le retiró los fueros a su esposo, el senador del movimiento Honor Colorado, Javier Zacarías Irún, después de ser imputado por declaración falsa, una causa que también involucra a su esposa.
La salida por la puerta de atrás de estos dos liderazgos del Partido Colorado, con su consecuente convocatoria de elecciones en Ciudad del Este, desencadenó la reacción del movimiento Honor Colorado, que lidera el expresidente Horacio Cartes[v]. En un comunicado puesto en conocimiento de la opinión pública señalaba abiertamente su rechazo a la persecución abierta del Ejecutivo Nacional a liderazgos de esa facción del partido[vi].
La escalada de la crisis interna que arrastra el coloradismo se convirtió un eje de tensión para el Gobierno que, a su vez, necesita del apoyo en bloque de su bancada para llevar a cabo sus proyectos legislativos. Por ello, el Gobierno ha confiado en el vicepresidente Hugo Velázquez el restablecimiento de la unidad entre bancadas coloradas para los grandes temas de interés del Ejecutivo, con el fin de dar gobernabilidad al presidente.
La unidad está siendo impulsada desde que se archivó en la Cámara de Diputados el proyecto de eliminación del Parlasur y después de la elección de Alberto Martínez Simón como ministro de la Corte Suprema de Justicia. El Gobierno de Abdo necesita avanzar de forma ágil, pues todavía queda en agenda la aprobación del paquete de leyes impositivas o reforma fiscal, entre otros proyectos[vii].

Una agenda política antiderechos

La agenda política del Gobierno colorado refleja una regresión en términos de derechos sociales y libertades civiles. Desde que anunció que iba a poner límites a la objeción de conciencia frente al Servicio Militar Obligatorio, el Gobierno marcó un antes y un después del accionar gubernamental en materia de libertades.
Los derechos sociales han sido también diana de sus ataques: el presidente objetó dos proyectos de ley orientados a promover la soberanía alimentaria y la agricultura familiar campesina. El primero establecía la creación de un Sistema Nacional de Soberanía y Seguridad Alimentaria Nutricional. Este fue rechazado por el Ejecutivo al considerar que ya se disponía de programas enfocados a tal fin. El segundo proyecto de seguridad alimentaria vetado –que había sido aprobado por el Congreso– estipulaba que las dependencias estatales se aprovisionaran de alimentos cultivados por productores de la agricultura familiar[viii].
Por otra parte, la reforma al sistema pensional propuesta en el Gobierno de Horacio Cartes –e impulsada por el actual Gobierno–, fue rechazada en el Senado, pero aun descansa en el Congreso, siendo impulsada por el oficialismo. Sus detractores manifestaron que el proyecto de reforma allana el camino para el aumento de la edad jubilatoria, un anuncio que provocó importantes movilizaciones en todo el país[ix].

Ajuste obediente

Con una agenda “de estabilidad” y orientada a posicionar al país en el exterior, el Gobierno de Abdo tiene a su favor organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial, que parecen valorar su administración obediente y de pocos sobresaltos en política económica. Abdo heredó de su predecesor una política económica orientada a mantener la estabilidad macroeconómica en estricto cumplimiento de la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF), que obliga a que el déficit fiscal anual de la Administración Central del Estado no supere el 1,5% del PIB, de cara al presupuesto de 2019[x].
La obediencia de Abdo también tiene implicaciones en la próxima reforma tributaria, que comenzó con una propuesta por parte de la cartera de Hacienda para modificar el régimen actual del Impuesto a la Renta Personal (IRP). El Ministerio propone bajar el piso del IRP a dos salarios mínimos al mes, con la creación del gravamen Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Éste sería aplicado sobre quienes alcancen ingresos anuales de 24 salarios mínimos, o sea, aquellos que tengan ingresos mensuales de 4.200.000 Guaraníes. El proyecto, que está en discusión en la Comisión Técnica Tributaria, también prevé eliminar algunas exoneraciones del Impuesto al Valor Agregado (IVA)[xi].
Por otra parte, las iniciativas parlamentarias que buscaban aumentar los gravámenes impositivos a productos como la cerveza, el tabaco, la soja y las bebidas azucaradas, tienen poca capacidad de prosperar. No sólo porque son rubros que cuentan con importantes lobbys en el país, que buscan mantener la baja presión fiscal, sino porque el Grupo Cartes (propiedad del expresidente Horacio Cartes, que concentra la industria tabacalera) es uno de los grandes interesados en que estos gravámenes no transciendan en la reforma. Al respecto, Abdo señaló que la aprobación de esos proyectos afectaría la “competitividad del país”, en tanto su sistema impositivo era una “fortaleza estratégica”[xii].
Las primeras propuestas que surgen en torno a la reforma tributaria (todavía en discusión) tienen implicaciones directas en las clases medias y clases medias bajas, en cuyos hombros recaerían los cambios en los impuestas a la renta. Un resultado producto del “terror” que tiene el Gobierno a incrementar los impuestos a las grandes fortunas (entre ellas, la de Horacio Cartes), tal y como denunció el senador Hugo Richer, del Frente Guasú[xiii].

Mario Abdo y su robusta agenda internacional

La visita reciente de Mike Pompeo a Paraguay, que estuvo orientada a la lucha contra el crimen organizado, al estrechamiento de relaciones comerciales y a seguir promoviendo, a través de USAID, las reformas al sector judicial para castigar actos de corrupción y continuar con acciones para mejorar el acceso a la información pública, cierra lo que se podría definir como una agenda internacional robusta, pensada para seguir al pie de la letra el guión impuesto por el Gobierno de Donald Trump en su avanzada intervencionista sobre América Latina.
Así, Mario Abdo ha participado en los eventos que han sido activados desde el Grupo de Lima con la intención de favorecer la intervención norteamericana en la región y no ha escatimado en reuniones estratégicas en el Comando Sur, con el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, con el secretario de Comercio, Wilbur Ross, con la directora ejecutiva del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, y con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, entre otras.
Más recientemente, hizo una visita oficial a Brasil donde se reunió con su homólogo Jair Bolsonaro, quien aprovechó la ocasión para elogiar a la dictadura de Alfredo Stroessner. Las giras de Mario Abdo, orientadas a fortalecer la imagen internacional del Paraguay, han servido también para reposicionar geopolíticamente al país en la región, como un aliado más en el Cono Sur del Gobierno norteamericano, cuyos principales intereses en Paraguay pasan por el control de la Triple Frontera, en particular, en aspectos relacionados con el lavado de activos del narcotráfico y el crimen organizado, dos temas por los cuales varias personas cercanas al expresidente Cartes han sido investigadas[xiv].

Alianza GANAR retoma la agenda

La Alianza GANAR fue una coalición que volvió a unir al partido Liberal Radical Auténtico y al Frente Guasú, junto con otras formaciones políticas, de cara a las elecciones presidenciales de 2018. Si bien esta coalición tuvo un carácter coyuntural, sus buenos resultados en las elecciones (43% de los votos) la convierten, hoy en día, en la única alternativa para disputar el poder al hegemónico Partido Colorado y hacer frente a sus políticas.
En este sentido el líder de la oposición, Efraín Alegre, ha emprendido un camino de ejecución de las propuestas de campaña por la vía legislativa, con el apoyo del Frente Guasú y del Partido Democrático Progresista. El primer logro es la aprobación del proyecto Ñañe Energía, que reduce la tarifa eléctrica hasta en un 90%[xv] y que ha tenido un importante impacto en la agenda política del país. El siguiente proyecto, de acabar con las listas “sábana” o desbloquear las listas de los partidos para las elecciones, ha sido liderado por el polémico congresista Paraguayo Cubas del partido movimiento Cruzada Nacional, pero Efraín Alegre ha sido, en las últimas semanas, uno de sus principales voceros.
La reactivación de la Alianza GANAR por medio de la puesta en práctica de las propuestas de campaña, no sólo permite a la Alianza volver a ganar la agenda sino que, además, le da lugar a posicionarse de cara al próximo proceso electoral que tendrá lugar en Ciudad del Este el 5 de mayo para elegir intendente, después de que Sandra McLeod (Partido Colorado) fuese destituida por malversación de fondos.
Los principales candidatos[xvi] que se presentan para la intendencia de Ciudad del Este son Teodoro Mercado del PLRA y Wilberto Cabañas, del movimiento Colorado Añetete, del Partido Colorado. A pesar de que, en términos generales, el Partido Colorado suele tener una maquinaria muy engrasada en el nivel territorial, lo cierto que es que el hartazgo colectivo por la corrupción colorada y la presencia de una alternativa política que ha jugado a favor de los intereses de la ciudadanía en los últimos meses pueden dar lugar a que el 5 de mayo cambie el color de la intendencia.
El escenario del fortalecimiento de la oposición en Paraguay va in crescendo y es previsible que los próximos comicios de Ciudad del Este reflejen el fortalecimiento de la oposición en la disputa. Por lo pronto, Alegre sigue avanzando con una agenda política orientada a poner en práctica sus propuestas de campaña, algo que desde ya le allana el camino hacia un no tan lejano 2022.


[iii] Es decir, desbloquear las listas electorales para que los legisladores sean elegidos directamente por los ciudadanos.
[v] El Partido Colorado está dividido a la interna por dos movimientos: Honor Colorado, liderado por el expresidente, Horacio Cartes, y Colorado Añetete, que lidera el presidente Mario Abdo.
[xv] Aprobado en el Congreso y en discusión en el Senado.
[xvi] Además de las candidaturas del Frente Amplio, que presenta a Raimunda Robles; del Partido de la Juventud, cuya titular es Lilian Canela; del Movimiento Conciencia Democrática que lidera Miguel Prieto y del Partido Verde Paraguay con Eder Estigarribia.