El documento fue elaborado a inicios de este año con el objetivo de emplearse como herramienta para mejorar las políticas de reinserción social del recluso y reducir los abusos en las cárceles.
De los 12 mil 394 reos distribuidos en los 24 centros penales hondureños, el 21 por ciento (dos mil 478) no sabe leer ni escribir y 31 por ciento (tres mil 842) no ha terminado la educación primaria, en tanto un porcentaje igual concluyó el sexto grado, remarcó el estudio citado por el periódico El Heraldo.
Apenas dos puntos porcentuales (247) de los privados de libertad son universitarios y siete por ciento (867) posee nivel medio.
La investigación no pudo precisar el estatus del nueve por ciento restante, aun cuando se presume que su nivel educativo está entre primaria completa e incompleta.
Por otra parte, destacó que las iniciativas dirigidas a la formación y reinserción social de los reos, entre ellas, Educatodos y el Programa de Alfabetización y Educación Básica para Jóvenes y Adultos, no han dado los resultados esperados.
Asimismo, reconoció que el fenómeno de las maras y pandillas avanza aceleradamente en los penales, sin que se vislumbre solución.
Según el informe en los centros penitenciarios hay una influencia negativa de la delincuencia organizada del exterior, lo cual agudiza los conflictos internos.
Tal situación, remarcó, conduce al deterioro físico, moral, espiritual y humano de la población recluida, principalmente por el tráfico de drogas, alcohol, trasiego de objetos para la fabricación de armas de diferentes calibres y celulares para la extorsión.
A juicio de la directora de Educación en Derechos Humanos y Cultura de Paz de la Secretaría de Justicia y Derechos Humanos, Maritza Oâ�Öhara, los pocos espacios de rehabilitación que hay para el reo y su bajo nivel académico, están entre las principales limitantes para su reinserción a la sociedad.
Para la funcionaria, el grado de educación de los reos es reflejo del nivel académico de la población hondureña.
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