12 de noviembre de 2012, 14:27Bogotá,
12 nov (PL) El líder guerrillero Miguel Angel Pascuas, uno de los
fundadores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército
del Pueblo (FARC-EP), manifestó que en las actuales negociaciones de
paz no pueden cometerse los mismos errores que en el Cagúan (1998-2002).
Con lo del Caguán nos confiamos, dijo en entrevista concedida al sitio
digital Rebelión, y cuando las conversaciones se rompieron el enemigo,
que se había preparado para la guerra, embistió con mucha fuerza.
Es cuando llega el llamado Plan Colombia, recordó, dirigido y armado
por los gringos bajo el pretexto de la guerra contra el narcotráfico,
pero era en realidad para acabar con nosotros, puntualizó.
Tras
afirmar que luchará por la toma del poder hasta donde la salud y la
vida se lo permitan, subrayó: Quisiéramos que fuera por la vía política
y por eso hemos insistido en los diálogos con el gobierno.
Ojalá pudiéramos conformar un partido político sin que nos maten, como
hicieron con el Partido de la Unión Patriótica, abundó rememorando el
genocidio en el que "fueron masacrados unos cinco mil compañeros".
Conozco bien al enemigo y a su amo, los Estados Unidos, enfatizó. Ellos
solo quieren nuestra rendición de rodillas, pero no la van a lograr,
dijo.
Estamos aquí para negociar otra Colombia para las
mayorías, no para rendirnos ni vendernos. Téngalo por seguro que no lo
lograrán, refrendó.
Ojalá que ahora el gobierno sea sincero con
sus intenciones, deseó, y podamos lograr acuerdos que nos pongan en el
camino de un diálogo por la paz con justicia social.
Con 72
años de edad, Pascuas dirige desde hace dos décadas y media el VI
Frente de las FAR-EP. Ante una pregunta del periodista, confiesa no
sentir el más mínimo temor al saberse uno de los hombres más
perseguidos de la guerrilla.
Me siento muy bien. No tengo
miedo, porque ya estoy acostumbrado. A veces la salud molesta por culpa
de los años, pero para dirigir no tengo problema. En varias ocasiones
me ha tocado permanecer escondido por días, teniendo al ejército muy
cerca, buscando cómo salir del cerco con mi tropa, narra.
Una
semana antes de salir para La Habana, y continuar viaje para Oslo,
Noruega, donde se instalaría oficialmente la mesa de diálogo (el 18 de
octubre último), el ejército me tendió un cerco para tratar de
capturarme o matarme, relata.
Fue en la zona donde yo debía
encontrar a los representantes de Cuba y de la Cruz Roja Internacional
que me trasladarían. Cuando el helicóptero fue llegando con ellos
tuvimos todas las precauciones, pues el ejército podía volver a plagiar
los signos de la Cruz Roja, como lo hizo para rescatar a Ingrid
Betancourt, aunque eso está considerado como un crimen de guerra,
precisa.
Imagínese, añade, que para salir de Colombia hacia
Cuba, y después ir a Oslo a inaugurar las conversaciones, el gobierno
le pidió a la Interpol retirar las órdenes de captura internacional que
pesan sobre varios de nosotros.
Al volver de Oslo el gobierno
volvió a pedir nuestra captura: tan solo en Cuba y Noruega no son
efectivas. ¿Eso es lógico?, ¿eso es honesto ante los países garantes de
este proceso?, se preguntó.
Pascuas afirma que cuando escucha
que los tratan de terroristas no le produce nada porque sabe que las
FARC-EP están luchando por una causa justa.
Tenemos una parte
importante de la población de nuestro lado, sin ser combatientes. Es
imposible avanzar en la guerra revolucionaria sin el trabajo político
con la población, sin el dominio del terreno, postula. |
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