Con enfrentamientos entre encapuchados y funcionarios
antidisturbios de los Carabineros, culminó la marcha de estudiantes
vespertina realizada este jueves en las calles de Santiago de Chile.
La Radio del Sur / Telesur
Miles de estudiantes volvieron a marchar la tarde de este jueves por
el centro de Santiago (capital) para presionar por el fortalecimiento
de la educación pública, en una manifestación que culminó con fuertes
choques provocados por Carabineros (policía de Chile) y por sujetos
encapuchados, acusados de estar infiltrados.
La manifestación, que reunió a unas 60 mil personas según sus
organizadores y cinco mil de acuerdo a la policía, se inició de forma
pacífica, con varias columnas avanzando en orden hacia el sur por las
calles aledañas al Parque Bustamante. Pero al finalizar, estallaron
enfrentamientos con agentes de las fuerzas especiales, que en gran
número resguardaban el centro de Santiago.
Los manifestantes rompieron semáforos y otras piezas del mobiliario
público y atacaron con palos y piedras a la Policía, que repelió los
ataques con abundantes chorros de agua y gas lacrimógeno.
“Siempre apostamos porque las marchas sean pacíficas; hacemos los
esfuerzos y vamos a seguir movilizándolos. Uno no disfruta cuando pasan
estas cosas, es lamentable; queremos hablar de las demandas que
tenemos”, dijo el presidente de la Federación de Estudiantes de la
Universidad de Chile, Gabriel Boric.
De acuerdo con la información reseñada por los medios de
comunicación nacionales e internacionales, los enfrentamientos se
extendieron por varias horas y provocaron daños en todo el centro de
Santiago. La Policía no entregó inicialmente una cifra de detenidos.
Los estudiantes argumentaron que organizaron la marcha en horas de la tarde para facilitar la adhesión de los trabajadores.
“Estamos participando en esta marcha por una educación gratuita y
sin lucro. Es necesario que toda la ciudadanía apoye a los jóvenes”,
comentó el presidente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales
(Anef), Raúl de la Puente.
Los estudiantes de Chile reclaman desde el año pasado una profunda
reforma al sistema educativo, que se mantiene como herencia de la
dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), quien redujo drásticamente
el aporte público y fomentó la inclusión de privados.
El gobierno ha respondido con una serie de reformas que rebajaron el
costo de los créditos destinados a pagar aranceles, junto con aumentar
los recursos.
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