Por: Luis Alberto Castaño
Para: Alternativa Latinoamericana
La fuerza de la razón está de nuestro lado, que los pobres coman pan y los ricos mierda, mierda.
La irreverencia, formas extrañas de vestir, peluqueados y peinados raros, cabellos largos, la alegría y la algarabía, son algunas de las cosas que caracterizan a la juventud, a mas de su amor por la libertad, y por lo nuevo, en cada una de las etapas de la historia de la humanidad, para beneficiar los cambios que se operan y que trascienden revolucionando las sociedades.
Pero estas características, muchas veces han significado para tantos jóvenes, estigmatizaciones, persecuciones y hasta la misma muerte. En Colombia, desde tiempos no tan inmemoriales, digamos entonces que desde la llegada del invasor Español, nuestra juventud, que al día de hoy es un grupo poblacional de 12.057.369 jóvenes entre los 14 y los 29 años de una población entre los 45.508.205 millones que habitamos el País, ha sufrido la persecución, la desaparición y el asesinato. El sector estudiantil, en específico, ha sido blanco a través de los años de estas tropelías de parte del Estado y de esto el país ha conocido miles de casos, como otros, lo han sentido en carne propia como víctimas.
La Web del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo http://www.colectivodeabogados.org, publicó un artículo con el título de “panfletos: el papel que mata” en el que entre otras cosas señala: “… El papel que mata. Los tigres de papel pueden morder. Y los asesinos de papel pueden asaltar y ultimar. Una modalidad nueva de la violencia colombiana es el panfleto amenazante que ya, en repetidas ocasiones, ha precedido al homicidio, a la desaparición, o a la paliza. En los años cincuenta, los ‘bandoleros’ dejaban el papel sobre los cadáveres, decían que para escarmiento. Hoy, los ‘paracos’ lo reparten con anticipación destinada a provocar y administrar el terror. Y, hoy como ayer, el terror sigue siendo una herramienta para el enriquecimiento de personas y grupos… ”.
Y es que esta modalidad de la amenaza a través de panfletos se impuso en Colombia desde tiempos atrás, asociada a los eventos de las diferentes guerras conocidas por nuestro País. Especialmente en el último periodo cogieron fuerza en el marco del gobierno del Ubérrimo señor Uribe que necesariamente imbrican todo una aparato de inteligencia, que posteriormente se ha venido aclarando, en muchos casos contó con la participación de las fuerzas armadas de Colombia, asociados a “fuerzas paramilitares”.
Retomando un poco el aparte del “papel que mata”, tendremos que decir que si el tigre de papel muerde, a las palabras no propiamente se las lleva el viento, y menos si vienen de un miembro de la policía nacional, que se refiera a tomar venganza cuando se encuentre de civil, y ojala no vaya a suceder, que a los jóvenes materia de esta nota, los señores “defensores del orden”, ya denunciados ante diferentes instancias, lleven a cabo su amenaza.
Y si el hecho del que hablamos, cuenta con todos unos antecedentes históricos, que solo para hablar de épocas recientes, conocidas por todos los colombianos y por la comunidad internacional, mucho menos podemos echar en saco roto una amenaza proveniente de parte de un “servidor público”, uniformado, armado, arrogante, despótico y que en la práctica se cree por encima del bien y del mal, porque en general, los colombianos sabemos que los señores de la policía son eso, y más, porque es lo que demuestran en el día a día. Por ello también a los jóvenes involucrados, les cambiaremos el nombre, con el objetivo de protegerles su identidad.
Pero si además, “descubrimos” que un cartel mafioso es el que gobierna el mundo marcándonos un “nuevo orden Mundial” que en el mejor de los casos puede llegar a estigmatizarnos como “terroristas” y hasta a asesinarnos en cualquier esquina del planeta tierra, en una sociedad que seguirá el “ejemplo” de sus gobernantes y dirigentes, quienes cegados por la avaricia y la codicia, han perdido cualquier asomo de ética y moral, estaremos asistiendo al descuadernamiento y caos en el mundo, que se hace transversal a todos sus procesos económicos, políticos, sociales y culturales, que con mayores veras nos llevara a tomar mucho más en serio esta amenaza.
“Descubrir” un hecho de esta magnitud, es igual a descubrir el agua tibia, y aunque podríamos llegar a poner el grito en el cielo, rasgarnos las vestiduras y hasta darnos contra las paredes, ninguno de estos actos produciría resultado alguno, porque el mundo de la avaricia y de la codicia que produce la injusticia está parado sobre las bases de un modelo económico capitalista, madre de todas las aberraciones posibles, de donde emana la descomposición social que hoy campea enseñoreándose en la aldea global y que tiene sus orígenes en la contradicción fundamental entre capital, trabajo, explotadores, explotados, en el que los aparatos militares y policiales juegan el papel de defender “el orden”, el orden que requiere un sistema capitalista para continuar su camino de explotación y de injusticia. Solo producirá resultados para transformar esta realidad, cambiar el modelo de sociedad capitalista por un mundo diferente y un modelo económico distinto, en el que “la tortilla se vuelva”, para que los pobres coman pan y los ricos, mierda, mierda; solo el socialismo puede salvarnos, y no cualquier socialismo.
Un artículo aparecido recientemente en la web de la “Red Voltaire” y reproducido igualmente por la web de “kaos en la Red”, titulado
“Los secretos sucios del templo: de cómo la Reserva Federal de USA y los bancos manejan el mundo”, del Norteamericano Stephen Lendman, entre otras cosas, para darnos claridad sobre como la mafia se ha venido enquistando desde muy alto, y en este caso desde la potencia Norteamericana, para controlar la vida de la humanidad y lograr sus objetivos de continuar su carrera enriquecedora, ejerciendo su poder desde un “cartel”, señala entre otras y como un punto de partida para entender el poder “…La Reserva Federal de USA, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón y el Banco Central Europeo (de los 12 países europeos que adoptaron la moneda común europea en 1999) son instituciones con un poder enorme, mucho más allá de lo que puede imaginar la gente en algún sitio del mundo. Estos bancos centrales, los más dominantes de todos, así como la mayoría de los demás, tienen una poderosa influencia en las condiciones financieras en casi todos los países, incluyendo, desde luego, los suyos, en un mundo financiero con cada vez menos fronteras, en el que un evento económico importante en una nación puede afectar, para bien o para mal, a la mayoría.…” y más adelante Lendman se refiere a “… el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), hermético, inviolable y sin responsabilidad ante nadie, fundado en 1930 y basado en Basilea, Suiza. Este banco, del que la mayor parte de la gente jamás ha oído hablar, es el banco central para sus bancos centrales miembros – una especie de “mandamás de mandamases” bancario, equivalente a lo que al parecer existe en el mundo enigmático de los Dones de la Mafia. Como la mayoría de las demás bancos centrales, incluyendo a la Reserva Federal, es de propiedad privada de sus miembros…”.
Óigase y léase bien, de propiedad privada.
Este hecho, tan sintomático de la concentración de un poder omnipotente en el mundo de parte de muy pocas personas, no es de ahora y Stephen Lendman lo refiere en su artículo “…El Banco de Inglaterra no fue el primer banco central, pero fue el primer banco central de propiedad privada del mundo moderno en un país poderoso. Se llamó el Banco de Inglaterra para impedir que el público supiera que, igual que nuestra Reserva Federal (se refiere a los Estados Unidos), era y sigue siendo de propiedad privada y no parte del gobierno. También fue el modelo utilizado en la formación de nuestro propio banco central y de la mayoría de los otros…”
Claro que las cosas, con el perdón de los creyentes, no nacieron de una bolita de barro a la que le dieron vida con un soplo, cada cosa tiene su proceso y también su historia, y en la historia de la ignominia y la injusticia reinante en el mundo, todo es calculado y planeado, por eso Lendman nos lo cuenta: “…Todo comenzó en 1910 en la isla Jekyll Suena como el título de una película de horror (Representaban a algunos de los hombres más poderosos del mundo – los Morgan, Rockefeller, Rothschild de Europa (que dominaron toda la banca europea a mediados del Siglo XIX y que todavía podrían ser la familia más rica y poderosa de todas) y otros de gran influencia y poder. Estaba también un senador de USA, un alto funcionario del Tesoro, el presidente del mayor banco del país en la época, un destacado personaje de Wall Street y el hombre que más tarde llegaría a ser el primer presidente del Sistema de la Reserva Federal.), pero los eventos de la vida real que ocurrieron en 1910 en esta isla de propiedad privada a poca distancia de la costa de Georgia habría sido un reto hasta para la imaginación de la fábrica de pesadillas de Hollywood. En la isla Jekyll se reunieron en secreto durante nueve días siete hombres muy acaudalados y poderosos y crearon el Sistema de la Reserva Federal que nació tres años más tarde, el 23 de diciembre de 1913 mediante una ley del Congreso. Desde entonces, la nación y el mundo nunca volvieron a ser lo mismo, sólo se beneficiaron los ricos y poderosos. De eso se trataba, y funcionó tal como lo planificaron…”. La propiedad privada, contando con las leyes del congreso para instituirse como un cartel mundial para dominar, incluso a sus propios nacionales.
Lendman continua su exposición y afirma: “… Fue el alba de la era de los carteles poderosos, cuando los siete titanes financieros reunidos en secreto en la casa del club de la isla decidieron no seguir compitiendo entre ellos y exigieron el poder para arreglarlo. Ya estaban informalmente coludidos, pero sabían que todo funcionaría mejor si se realizaba bajo un cartel avalado legalmente. Querían un cartel bancario y obtuvieron uno que hoy florece por debajo del radar público con el instrumento que más deseaban – la capacidad de controlar el suministro de dinero de la nación, que les dio un poder casi ilimitado. El cartel trabaja ahora en cooperación con sus gobiernos y con todas las demás poderosas corporaciones transnacionales en una alianza global dominante que les permite controlar los mercados, los recursos, la mano de obra barata del mundo, y nuestras vidas. El Sistema de Reserva Federal no es una agencia gubernamental – es un cartel de propiedad privada de poderosos bancos protegido por la ley. Se cree común, pero erróneamente, que el Sistema de Reserva Federal es una función gubernamental y sometida a su control. Es falso. A menudo se habla de un banco central descentralizado, casi-gubernamental, pero es sólo una cobertura para disfrazar lo que es en realidad: un cartel de propiedad y operación privada que es presentado como si el gobierno estuviera a cargo.…”.
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