El fundador de Wikileaks, Julian Assange, lo ha dicho alto y claro: “si me extraditan a una cárcel de EEUU es muy probable que acabe siendo asesinado”.
En una entrevista concedida al diario británico The Guardian, Julian Assange, se comparó con Jack Ruby, el hombre que en 1963 asesinó a Lee Harvey Oswald, supuesto asesino de Kennedy, y que falleció en 1967 de un cáncer en prisión.
Encerrado en su mansión de Ellingham Hall, en Reino Unido, Assange deja su futuro en manos del primer ministro británico, David Cameron, del que asegura tiene la llave de su extradición a EEUU.
Aún así, cree que será muy difícil que Cameron responda a las exigencias de EEUU, ya que existe una presión de la opinión pública a favor de su figura. “Es todo una cuestión de política. Podemos suponer que habrá un intento de influir en la política del Reino Unido”, afirmó.
Una corte de Londres debe estudiar la petición de extradición de Suecia a partir del 7 de febrero.
“Legalmente, Gran Bretaña no tiene derecho a extraditar por delitos políticos. El espionaje es el caso clásico del crimen político. Queda a la discreción del gobierno británico si debe haber una excepción” , añadió.
Assange también ah desvelado que desde que comenzaron a publicar los 250.000 cables con los secretos de la diplomacia estadounidense, él y su equipo no han dejado de recibir amenazas de muerte.
Además explica que Wikileaks no tiene suficiente dinero como para costear las facturas de sus abogados “pese a que muchos letrados se han ofrecido a defenderme gratis”.
Assange – que tiene que llevar un brazalete electrónico y entregar un informe todos los días a la comisaría de Beccles- confesó que no tiene ni idea de dónde estará dentro de un año.
El australiano, de 39 años, se aloja actualmente en la casa de campo de un amigo, tras ser liberado la semana pasada bajo estrictas condiciones, acusado de un delito de abusos sexuales.
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