A pesar que el avance tecnológico viene acompañado de un discurso postmoderno, la explotación a la clase trabajadora sigue siendo la misma.
Roque Gonzáles La Rosa
Mariátegui
Penal Miguel Castro Castro
Presentación
Uno de los éxitos de la construcción cultural del imperialismo radica en hacerse invisible, el fenómeno de dominación se mantiene constante y se agudiza a la par que toda la terminología política y sociológica evade su mención. Hoy hablar de imperialismo suena como desfasado, anacrónico o perteneciente a una época histórica superada.
Supuestamente una nueva época
En función de este criterio vivimos una nueva era post-industrial y post-moderna cuya esencia sería fundamentalmente diferente del modo capitalista de producción que ha dominado durante los dos últimos siglos.
Visiones
desde la filosofía y ciencias socialesDesde la filosofía como la sociología, las modas teóricas han venido estableciendo, por un lado, la realidad como un cuerpo inasible, fragmentado, heterogéneo, imposible de ser comprendido científicamente. Asimismo desde las ciencias sociales se argumenta un profundo cambio de época y paradigmas en el que supuestamente la economía mundial, hasta entonces, basada en la producción industrial, habría dado un paso a una economía mundial cuya principal riqueza radicaría en el conocimiento, la investigación, el saber. La riqueza generada por el trabajo devendría en irrelevante frente al capital que genera la inventiva, bajo esta lógica nos encontraríamos en una era post industrial donde la información, la data prima sobre el trabajo.
Mayor tecnología mayor explotación
Resulta innegable que las transformaciones tecnológicas registradas a nivel mundial han impreso su huella en las diversas áreas de la producción humana, empero a partir de esto sostener que la evolución social y económica de la sociedad actual representa una situación absolutamente distinta al modo de producción capitalista constituye un contrabando mayor. La inventiva tecnológica aplicada a la producción es un fenómeno que viene revolucionando la industria desde hace siglos, un conjunto de invenciones vienen generando nuevas situaciones sociales, sin embargo, hoy la lógica de acumulación individual sigue siendo la misma, la explotación de la fuerza de trabajo asalariada se sostiene en el taller más sencillo, la fabrica automatizada como en la producción robótica.La circunstancia de que las bases en las que se erige el sistema continúan vigentes es revelada cuando constatamos la persistencia de las calamidades sociales históricamente inherentes al capitalismo: desempleo, paro, pobreza, peligro de guerra, etc. A la luz de esta situación la proclamada "nueva era" solo tiene asiento en la fértil elucubración del mismo discurso imperialista.
La tecnología y la invención frente al trabajo
La evaluación de las conquistas tecnológicas como indicador y resultado de un estadio superior al capitalismo devela los niveles de manipulación diversionista en que incurre el enfoque sociológico post-moderno. El carácter unilateral de tal enfoque salta a la vista cuando valoriza el rol preponderante de la investigación al margen de la producción y el mercado, perdiendo de vista la relación umbilical existente en esa tríada, si bien en un momento del proceso de acumulación capitalista, una gane preeminencia sobre la otra; en definitiva en tanto que el marco de las relaciones de producción continua siendo el mismo, la esencia de tales avances o innovaciones en la dinámica económica por sí solos son insuficientes para dar lugar a un cambio cualitativo capaz de superar el capitalismo.El fondo de ese enfoque es justificar otra herramienta teórica del imperialismo: la inutilidad del análisis clasista, ya que la lucha de clases como posibilidad de catalizar el cambio social habría caducado históricamente.
Supuesta desaparición de los Estados Nación
Otro de los conceptos centrales en el enfoque teórico imperialista radica en el cuestionamiento de los estado - nación, noción superada en esta "nueva era". En ese contexto el principio de soberanía nacional y estatal seria cosa del pasado, de ahí la estrategia neoliberal cuyo objetivo político más visible es la reducción al mínimo del rol del Estado en nuestros países, por medio de los famosos programas de modernización dictados por los organismos financieros internacionales. La internacionalización de la amazonía y todo un andamiaje jurídico respecto a patentes, tribunales internacionales son una muestra de esto.La destrucción de los Estados nacionales por parte del neo-liberalismo se expresa concretamente además del desmantelamiento de la infraestructura industrial y agrícola nacional, de los bancos centrales como islas jurídicas autónomas y la moneda nacional así como el ahorro y mercado internos y la cultura nacional.
La falsedad de una nueva era
Pretender que la ecuación capital-trabajo habría sido desplazada por algún otro factor como "la información" de la base en que se erige el sistema, es perder el sentido de la realidad. Tal afirmación solo puede sustentarse obviando el proceso que dio lugar al extraordinario volumen de información disponible hoy, tras cuyo laboratorio se encuentra precisamente el siamés capital-trabajo. Y la cantidad de saberes generados por la acción del trabajo apropiados a través de generaciones por la técnica capitalista Aceptar como buena y válida esa hipótesis conduciría a plantear una tendencia a la desaparición o pérdida del rol estratégico de la clase trabajadora en los proyectos de transformación.
Vigencia de la clase trabajadora
Para los fines de la teoría y la acción política revolucionarias es importante detenernos en algunas de las implicaciones que en ese tenor deviene de la evolución de la sociedad capitalista contemporánea.En primer lugar, para el análisis de clase hay que repensar la composición de la clase obrera ya que en las condiciones de los crecientes adelantos científicos-técnicos el nivel de calificación de los trabajadores también es progresivamente exigente y esa situación junto a otros factores propios de la crisis ha ido provocando la incorporación a las filas de la clase obrera de un amplio segmento de profesionales cuyas condiciones de vida y de trabajo le van acercando gradualmente a la cultura y la práctica social del trabajador asalariado. Hoy debemos conceptualizar, retornando al Manifiesto Comunista que en proletarios y trabajadores están todos aquellos que no tienen sino su fuerza de trabajo como mercancía.
El término imperialismo se camufla
Otro de los aspectos más sorprendentes del siglo XXI - algo que sí es verdaderamente nuevo - es que tenemos, por primera vez en la historia humana, la existencia de un solo Imperio. No es el abstracto 'imperio' utópico de Hardt-Negri, sino algo muy concreto y real. La posición dominante de Estados Unidos no tiene precedentes en la historia. Las cifras hablan por sí solas: hay 189 estados miembro de Naciones Unidas, existe una presencia militar de EE.UU. en 121 países. No obstante el término imperialismo prácticamente ha sido desterrado del vocabulario sociológico, económico y político y su lugar está siendo ocupado por la retórica de la "globalización", esto es, por los supuestos de la interdependencia y de las relaciones de cooperación y ayuda mutua entre todos los países. Es paradójico que se haya dejado de emplear el concepto de imperialismo, cuando en los procesos del mundo real se puede constatar la generalización de las relaciones imperialistas a los más diversos ámbitos de la vida social. Después de 1989, a raíz de las transformaciones políticas que sacudieron al mundo, se ha presentado un cambio de lenguaje, pudiéndose constatar la imposición de la semántica asociada al bando ganador, el capitalismo, y más directamente a los intereses del país hegemónico que se consolidó como única superpotencia como resultado de la desaparición de la URSS y el desmoronamiento del bloque socialista en Europa oriental.
Entre todas las nociones que se han ido imponiendo en los últimos años sobresale el vocablo globalización y se destaca también la desaparición en la política y en el conocimiento social del término imperialismo, de ahí la necesidad de reintegrarlo como vocablo que denuncia y describe la situación que atraviesa el mundo, volver hacerlo parte de plataformas, consignas y proyectos de transformación.
* Roque Gonzáles La Rosa es preso político del gobierno aprista, sólo por ser dirigente de la Coordinadora Continental Bolivariana - Capítulo Perú y por haber asistido al Segundo Congreso público de esta organización en la ciudad de Quito, Ecuador en febrero de este
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