James Petras
Rebelión
Traducido por Ulises Juárez Polanco y revisado por Caty R. Nota de Rebelion.org: Este texto fue escrito antes de la liberación de Ingrid Betancourt
Cuando el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pidió a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que abandonasen la lucha armada y declaró que «la guerra de guerrillas pasó a la historia», seguía el rumbo que tomaron en el pasado muchos líderes revolucionarios.
Si nos remontamos al principio de la década de 1920, Lenin instó al naciente comunismo turco a sacrificar su independencia revolucionaria para apoyar a Ataturk; su sucesor, Iósif Stalin, animó a los comunistas chinos a subordinar su movimiento revolucionario al partido nacionalista liderado por Chiang Kai-shek. Mao Zedong dio prioridad a las coaliciones en las que el Partido comunista de Indonesia se sometía al liderazgo del dirigente nacionalista, el general Achmed Sukarno.
Durante los acuerdos de paz franco-indochinos de Ginebra en 1954, Ho Chi Minh aceptó la división del país e instó a los comunistas de Vietnam del Sur a que pusieran fin a la guerra de guerrillas y trabajaran para reunificar el país por medios electorales. En el nuevo milenio, Fidel Castro ha declarado que la «lucha armada es una cosa del pasado» y que, en las condiciones actuales, hay otras formas de lucha prioritarias.
Hugo Chávez ha pedido a menudo a los izquierdistas brasileños que apoyen el régimen social liberal del presidente Lula da Silva a pesar de su adopción de la economía de libre mercado en el Foro Social Mundial de 2002. También llamó a los movimientos sociales latinoamericanos para que apoyaran a una serie de regímenes pro capitalistas en América Latina, a pesar de su defensa de la inversión extranjera, los banqueros y los agro exportadores de minerales. LEER MAS.....
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