HispanTV
La
presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, con motivo del Día del
Trabajador, señaló el domingo que los intentos de la derecha para
sacarla del poder ponen en riesgo los logros en materia laboral.
Ante
una nutrida congregación de trabajadores de diversos sindicatos,
Rousseff acusó a su vicepresidente Michel Temer de "usurpador", ya que
él sería quien asumiría el poder en caso de ser aprobado el impeachment."Las ganancias que se usan para los programas sociales serán privatizados por Michel Temer", advirtió Rousseff, cuando faltan apenas diez días para que el Senado decida si la mandataria debe o no someterse a un juicio político, que podría devenir en su destitución.
La jefa de Estado, asimismo, apuntó contra el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, investigado por corrupción y principal gestor de someter a la Rousseff a una moción de censura, según los analistas, por venganza.
"Eduardo Cunha usa su cargo para garantizarse una impunidad", aseveró la líder del Partido de los Trabajadores (PT) al tiempo que lo acusó de ser el principal agente que desestabilizó al país.
No tengo cuentas en el exterior. Jamás utilicé recursos públicos en causas propias, nunca usé dinero del pueblo brasileño. Nunca recibí coimas y tampoco fui acusada de corrupción", afirmó la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.En otra parte de su discurso, Rousseff afirmó que ella nunca fue acusada de corrupción. "No tengo cuentas en el exterior. Jamás utilicé recursos públicos en causas propias, nunca usé dinero del pueblo brasileño. Nunca recibí coimas y tampoco fui acusada de corrupción", dijo la mandataria marcando así la diferencia con los dirigentes políticos que procesa la justicia en su país.
Como en otras oportunidades Rousseff aseguró que "luchará hasta el final contra el golpe de Estado, que va en contra de las estrategias sociales" y anunció una serie de medidas sociales para los sectores menos favorecidos. Entre ellas, un ajuste de nueve por ciento en la bolsa de políticas sociales para las familias, una corrección del cinco por ciento en el programa social de vivienda.
Igual que el domingo, la víspera, distintos sectores de Brasil protagonizaron numerosas movilizaciones en defensa de la democracia y en apoyo a la presidenta del país.
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