Las noticias más censuradas 2014-2015 (02)
El fracking de la industria petrolera contamina aguas subterráneas
Por Proyecto Censurado — Traducción: Ernesto Carmona* 9/10/2015
Los acuíferos de California fueron contaminados ilegalmente con unos
11 millones de litros de aguas residuales envenenadas tras ser
utilizadas en el proceso llamado fracking, o fractura
hidráulica del subsuelo para extraer petróleo y gas, según documentos
del Estado de California difundidos a fines de 2014 por el Centro para
la Diversidad Biológica. De acuerdo a esta fuente, la fuga de
contaminantes se produjo en por lo menos nueve pozos de eliminación de
inyección utilizados por la industria petrolera para deshacerse de
residuos de aguas contaminadas, práctica que probablemente se repite en
otras latitudes donde también utilizan fractura hidráulica para extraer
petróleo y gas.
Mientras la industria petrolera aparece en los hechos protegida por
la clase política, cuyas postulaciones al poder legislativo de
California contribuye a financiar, los acuíferos afectados abastecen el
consumo humano y el riego de cultivos para la alimentación. Los
documentos también revelan que pruebas realizadas en los pozos de
abastecimiento de agua ubicados cerca de los sitios de inyección de
aguas residuales muestran altos niveles de arsénico, talio y nitratos,
todos productos químicos tóxicos vinculados a las aguas residuales del fracking la industria petrolera.
Según los documentos obtenidos por el Centro para la Diversidad
Biológica la Junta de Control de Recursos Hídricos del Estado de
California admitió que en otros 19 pozos adicionales también pudo haber
fugas de aguas residuales a los acuíferos protegidos. Un funcionario de
la agencia estatal afirmó que en múltiples lugares pudieron ocurrir
errores en el proceso de otorgar permisos para la inyección de aguas
residuales. A la magnitud del peligro se añade que productos químicos
tóxicos como el benceno pueden tardar años en migrar a las fuentes de
agua, dificultando así la evaluación precisa del riesgo.
Un estudio previo realizado por el Centro para la Diversidad
Biológica mostró que “el 54 por ciento de los 1.553 pozos de inyección
de aguas residuales activos y nuevos de California están a 16 kilómetros
de un falla geológica recientemente activa (activa en los últimos 200
años)”. Para los autores del informe, estos hallazgos “plantean
preocupaciones significativas, debido a que la distancia así de cercana
entre una inyección de aguas residuales y una falla geológica podría
constituir un influyente factor clave de riesgo que bien podría inducir
un terremoto”. Actividad microsísmica como resultado de pozos de
inyección subterránea ya ha sido bien documentada en otros estados, por
ejemplo en Oklahoma y Texas.
Las revelaciones sobre la contaminación del agua del informe del
Centro para la Diversidad Biológica aparecieron en medio de la
deliberación legislativa para regular el fracking en California. Tanto Donny Shaw, de MapLight, y Dan Bacher, de Indybay,
informaron en mayo de 2014 que en los últimos cinco años la industria
petrolera ha presionado con fuerza en la legislatura del estado de
California, gastando más de 63 millones de dólares en esfuerzos por
persuadir a los legisladores estatales para que permitan la continuación
y expansión de fracking.
En mayo de 2014, los senadores estatales rechazaron un proyecto de ley que imponía una moratoria al fracking.
Los legisladores que votaron contra la moratoria recibieron 14 veces
más dinero en contribuciones de campaña de la industria del petróleo que
quienes votaron por imponerla. Shaw citó la cifras en MapLight:
los senadores que votaron “No” al proyecto de ley de moratoria
recibieron en promedio 24.981 dólares de la industria del petróleo y
gas, mientras quienes votaron “Sí” a la moratoria recibieron apenas
1.772 dólares en promedio. “Si los cinco senadores activos que se
abstuvieron de votar –todos demócratas– hubieran votado a favor, la
moratoria se habría aprobado”. Los demócratas que se abstuvieron
recibieron en promedio 4,5 veces más dinero que quienes votaron “Sí”.
Aunque los medios de información corporativos cubrieron el debate sobre regulaciones al fracking,
en un primer momento ignoraron el estudio del Centro para la Diversidad
Biológica respecto al vertido de aguas residuales en los acuíferos de
California. Hubo un retraso de más de tres meses entre la cobertura
inicial de los medios independientes de noticias a las revelaciones del
Centro de Diversidad Biológica y la atención que le prestaron a este
asunto las grandes corporaciones informativas. El diario Los Angeles Times
publicó en mayo de 2015 un artículo de primera plana sobre los cultivos
del Valle Central regados con aguas del yacimiento petrolero tratado
con fracking. Sin embargo, el informe de Los Angeles Times no mencionó el hallazgo del Centro para la Diversidad Biológica respecto a la contaminación de aguas residuales por fracking.
En junio de 2015, la Agencia de Protección Ambiental (EPA, su sigla en inglés) publicó su estudio de los impactos del fracking
en el suministro de agua potable. Aunque la evaluación de la EPA
identificó “importantes vulnerabilidades en las fuentes de agua
potable”, concluyó que “las actividades de fracturación hidráulica no
han conducido a impactos sistémicos generalizados en los recursos de
agua potable”. En respuesta, Food & Water Watch emitió un comunicado
de prensa del Director Ejecutivo Wenonah Hunter, quien escribió:
“Lamentablemente, el estudio de la EPA publicado hoy está muy por debajo
del nivel de escrutinio y supervisión del gobierno necesarios para
proteger la salud y seguridad de los millones de estadounidenses
afectados por la perforación y fracturación hidráulica para obtener
petróleo y gas”. Tomando nota de que la industria del petróleo y gas se
negó a cooperar con la EPA en un único “caso de estudio prospectivo” de
los impactos del fracking, Hunter concluyó: “Esto revela la
influencia indebida que tiene la industria sobre el gobierno y muestra
que la industria tiene miedo a permitir el monitoreo cuidadoso de sus
operaciones”.
*) Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno, jurado internacional de Proyecto Censurado
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