Sabemos que Semana, El Tiempo, El Espectador, Caracol, RCN (por
nombrar algunos) mantienen una incesante campaña mediática desde
Colombia contra Venezuela y la Revolución Bolivariana.
La matriz derrocha tinta y baba cotidianamente contra el país mientras
hace caso omiso de los problemas internos colombianos (que, por fuerza,
se han impuesto por actores foráneos).
Atacan a Venezuela Bolivariana en detrimento de los intereses del
pueblo colombiano. Sin embargo, los dardos esta vez han sido devueltos
por el presidente Nicolás Maduro, no para socavar la herida de la gente
que siente el yugo del neoliberalismo sobre su hombro, sino para
frentear a la oligarquía mediática en un debate que el propio Maduro
puso sobre la mesa.
En la noche del domingo 22 de febrero, el presidente Maduro tuiteó
cifras sobre los emigrantes colombiana en Venezuela. La cantidad ronda
los 5 millones de neogranadinos, de los cuales 800.000 emigraron en
2014. Añadió que en 2013 ingresaron a Venezuela 189.000; en 2014, otros
144.000; mientras que en enero de 2015 arribaron 12.000 al país. Cifras
que el Instituto Nacional de Estadística (INE) no ofrece.
Para culminar, Maduro concedió “muchas más cifras de la verdad.
Cifras oficiales de Colombia señalan que emigraron a USA (Estados
Unidos) 1.600.000 y a España 1.200.000 ¿Por qué será?”.
La violencia: procurador general de la emigración colombiana
La historia colombiana ofrece los primeros datos: desde 1948, la
violencia en el hermano país ha minado en el cuerpo social como el
cáncer en la sangre humana. Con el llamado Bogotazo empezó una época
denominada por los académicos como La Violencia, que determinó el
desplazamiento de más de dos millones de colombianos en un país que
alcanzaba a tener una población total de 11 millones de habitantes.
Rafael Rueda Bedoya, en su ensayo “El desplazamiento forzado y la
pacificación del país”, identifica tres oleadas de emigración forzada
por desplazamiento del conflicto bélico que ha arreciado en Colombia.
“Los desplazados de países como Ruanda, Burundi y Zaire, que viven
en medio de guerras civiles, limpiezas étnicas y golpes de Estado,
suman 900.000: prácticamente Colombia duplica esta trágica cifra)”,
dice Rueda Bedoya. En este momento, el hermano país, según cifras del
Centro de Monitoreo del Desplazamiento Interno (IDMC, por sus siglas en
inglés), no sólo es el que cuenta con más emigrantes en la región sino
con más desplazados en el mundo con un estimado de 4.9 y 5.9 millones.
La Asociación Civil Colombianos y Colombianas en Venezuela maneja
otra cifra: los desplazados llegan a la cantidad de 8.300.000. Dice
Juan Carlos Tanus, investigador de la institución, que el Gobierno de
su país no se sincera con esta realidad “por razones políticas”.
A esto hay que agregarle agentes y factores como el paramilitarismo,
el ejército, el conflicto con las guerrillas revolucionarias y la
emigración económica: el colombiano que busca cierto bienestar que el
Estado de su nación le niega por transar en las últimas décadas 11
Tratados de Libre Comercio con los poderes hegemónicos del Norte.
La violencia no sólo se manifiesta cotidianamente a punta de cañón, sino en la economía y el trabajo del colombiano de a pie.
Factores de la migración, destino Venezuela
Félix de Alcázar, presidente de la organización antes mencionada,
refiere cuatro factores fundamentales que devienen del relato de la
violencia histórica para entender la migración colombiana:
-Económico: el sueldo básico de un trabajador promedio (de 644.000
pesos por mes) no alcanza para sostenerse a sí mismo ni a su familia
debido a la alta tasa de inflación y el alto costo de los bienes y
servicios. En Venezuela, por el contrario, dice de Alcázar, “se le
defienden sus derechos laborales al trabajador con cestatickets, seguro
social y médico, además de las pensiones y jubilaciones; se le explota
menos que en un país neoliberal como Colombia”.
-Político: Tanus alega que en Colombia “el Estado no se preocupa por
que la gente viva con todos los derechos básicos del ciudadano; en
Venezuela sí hay un Estado de derecho constituido por una revolución”.
-Social: “El problema social deriva directamente del político,
porque quien no tiene para comer es porque no consigue trabajo o no le
alcanza el dinero. Y aquí el colombiano, sea por vía ilegal como el
contrabando, por vía comercial o por otras, consigue incluso triplicar
el sueldo mínimo de acá”, declara el presidente de la organización.
-Judicial: la violencia en Colombia goza de impunidad debido a las
instituciones signadas bajo el influjo narcoparaco que las sostiene.
Los poderes judiciales no amparan al campesino que se cruza entre las
balas ni al proletario empobrecido hasta la pauperización que duerme en
las plazas públicas de Bogotá. El tema de derechos humanos en el
hermano país, además, tiene eslabones perdidos. Tanus, exiliado
político en Venezuela Bolivariana, víctima de dos intentos de asesinato
cuando residía en su país (1993 y 1996), sabe de eso.
Como trágica cereza sobre el pastel, para el año 2008,
aproximadamente 230 colombianos cruzaban diariamente la frontera hasta
suelo venezolano. Para este año se calculan alrededor de 300, según
datos recogidos por la asociación. Algunos cruzan de forma legal, otros
“por caminos verdes, atravesando ríos”, refiere Tanus.
Metodología para la investigación
Gustavo Rodríguez, quien es el responsable de la organización en el
estado Lara, dice que “tenemos años recorriendo el país para
suministrarnos de información. Los colombianos que están aquí convergen
entre cuatro identificaciones, o no identificaciones: los irregulares,
los que transitan la frontera diariamente, los que están incluso
nacionalizados, y los que nacieron acá de padres colombianos”.
Desde la asociación creen que los parámetros para medir en
estadística a los emigrados desde Colombia no toman en cuenta sino el
factor de vivienda: “Faltan otras medidas como la situación económica,
la ilegalidad de nuestros compatriotas, en qué área de producción
trabajan, incluso la situación de emigración en que llegan a este
país”, recalca Rodríguez. Tendría razón, porque como acota Tanus: “El
origen de la migración colombiana es rural debido a la violencia”,
cuestión que se silencia en el relato de la oligarquía colombiana. Y
resalta que “nosotros hemos hecho un esfuerzo grande por recabar esta
información que el compañero Maduro tiene”.
En este caso, la metodología para la cuantificación, la Asociación
Civil Colombianos y Colombianas en Venezuela ha hecho un trabajo de
hormiga, ya que las fuentes oficiales no ofrecen esta rigurosidad. Las
decenas de cajas llenas de archivos, encuestas y papeles de todo tipo y
color (en proceso de digitalización) demuestran su testimonio.
Reconocimientos y desconocimientos
Las cifras que lanzó el presidente Maduro coinciden plenamente con
los indicadores investigados por la Asociación Civil Colombianos y
Colombianas en Venezuela. Mas estas cifras no se conocen oficialmente
sino por medio del presidente, del cual varios medios se han hecho eco.
El trabajo de esta institución consiste no sólo en dar a conocer
datos y estadísticas sobre la realidad de sus compatriotas en suelo
venezolano, sino también darle un signo político: “Que el colombiano
conozca las causas y los factores fundamentales de su emigración” para
así poder pensar a Colombia “desde otra realidad que no fuera la de la
violencia sino desde el bienestar”, dice Tanus.
Un dato que destaca desde la asociación civil son las declaraciones
de Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, cuando entregaron a la
justicia venezolana al naziconspirador Lorent Gómez Saleh. Dijo que
“las buenas relaciones (entre Venezuela y Colombia) son en beneficio de
ambos países en particular de más de 4 millones de colombianos que
viven en territorio venezolano”, lo que significa que el primer
mandatario colombiano reconoce “de alguna forma”, dice Tanus, el
problema de la migración.
Según de Alcázar, la apertura política que significaría una
negociación sensata entre el gobierno de Santos y las guerrillas
traería, en cuanto al cese de la violencia, un buen augurio para que la
sociedad colombiana asumiera el debate de la migración y, por ende, “la
de todos los renglones del país”, además de “garantías electorales”
para que un frente distinto llegue al palacio Nariño.
Este sería el escenario adecuado, como refieren los de la organización de colombianos en Venezuela, para regresar a casa.
RNV
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