Guatemala, 10 ago (PL) Las políticas de seguridad aplicadas en Centroamérica se han convertido en mucho ruido y pocas nueces, mientras el narcotráfico prospera como negocio rentable y diversificado en la región más violenta del mundo, a juzgar por la ONU.
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La pregunta de por qué han fracasado las estrategias sobre seguridad regional puso a pensar a diversas personalidades durante el Foro Esquipulas, celebrado aquí esta semana.
El expresidente colombiano Ernesto Samper (1994-1998) respondió esa interrogante con una frase del célebre físico Albert Einstein: "es una locura seguir haciendo siempre lo mismo y esperar resultados diferentes".
Samper convidó a repensar la manera de trazar una política regional efectiva para combatir el tráfico de drogas y el crimen organizado en el itsmo, donde, según afirmó, circulan 300 mil armas ligeras ilegales.
Al respecto, el excanciller guatemalteco Edgar Gutiérrez indicó que el trasfondo de la derrota es haber desconocido la naturaleza económica del narcotráfico.
En su opinión, el aplicar medidas represivas contra el flagelo incrementaron los precios y la demanda de los narcóticos ilegales en ese "negocio criminal", como él lo define.
De su lado, el presidente del Instituto Internacional de la Cultura Democrática, Jorge Nieto, advirtió que no hay economía ilegal sin apoyo de la legal.
En ese sentido, ejemplificó como en México no han cancelado ninguna cuenta bancaria de los responsables de más de 60 mil asesinatos registrados en los últimos seis años allí.
Sin embargo, el viceministro de gobernación de Guatemala, Arkel Rodríguez, consideró que si el asunto fuera solo económico, los narcotraficantes serían los más ricos en este país.
Afirmó que el problema es multidimensional y recordó que el actual mandatario guatemalteco, Otto Pérez Molina, ha sido enfático en generar oportunidades para los jóvenes y garantizar un hogar seguro.
En contraste con ese criterio, el promotor cultural Doryan Bedoya recordó cómo han visto a distintos gobernantes guatemaltecos hablar de políticas de juventud, que luego van a parar a un refrigerador.
Consideró necesario invertir más en la cultura y sana recreación de los jóvenes para evitar que caigan en el narcotráfico y las pandillas.
El Ministerio de Cultura y los gobiernos municipales deben invertir al menos un cinco por ciento de su presupuesto en proyectos culturales, propuso Bedoya, director de la organización Caja Lúdica, que desde hace 12 años trabaja en comunidades marginales.
El balance de 2011 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), cuyos 13 miembros los elige el Consejo Económico y Social la ONU, revela que los estadounidenses consumen cada año entre 150 y 160 toneladas de cocaína.
Tal documento precisa que los índices de asesinatos llegan a 82 por cada 100 mil habitantes en Honduras, 65 en El Salvador y 40 en Guatemala.
Como causas del incremento de los números de delincuencia en la referida zona, la JIFE citó al narcotráfico, la violencia juvenil y a la amplia disponibilidad de armamentos de fuego.
Además de las temibles bandas de narcotraficantes, que emplean armas con calibres superiores a las de las fuerzas policiales, unas 900 maras (pandillas) operan en la región centroamericana con más de 70 mil miembros.
Quizás los Estados regionales para lograr la seguridad centroamericana deberán aplicar la sabiduría maya sintetizada en el Popol Vuh (Libro del Consejo), el cual reza: "No juntamos nuestras ideas, sino nuestros propósitos. Y nos pusimos de acuerdo, entonces decidimos".
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