Shahid R. Siddiqi
La compañía de mercenarios estadounidenses extiende sus tentáculos por Pakistán, apoyados por la CIA
Resumen Latinoamericano/Rebelion - El conocido contratista privado Blackwater está extendiendo sus tentáculos en Pakistán y realizando actividades encubiertas en nombre de organismos de EE.UU.
Blackwater cambió su nombre a Xe Services el año pasado, pero todavía es comúnmente conocido por su nombre anterior.
No hace mucho tiempo, una ola de preocupación recorrió Pakistán, cuando los medios de comunicación locales comenzaron a denunciar la creciente infiltración de Blackwater en el país y sus dudosas actividades. La creciente presión para expulsar a este infame contratista de defensa de los EEUU ha puesto al gobierno de Zardari contra las cuerdas. No puede ignorar la presión pública ni desagradar a sus benefactores en Washington. Finalmente ha optado por negar con vehemencia esas historias. El ministro del Interior paquistaní, Rehman Malik, dijo públicamente que renunciaría si se encuentran evidencias de que Blackwater está operando en cualquier lugar en Pakistán, como si su dimisión fuera una gran pérdida para el pueblo.
El fundador de Blackwater Eric Prince prestó testimonio en una audiencia del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental en octubre de 2007.
Esos comentarios fueron denunciados también como propaganda falsa por parte de funcionarios de los EEUU. En respuesta a las acusaciones de que la Embajada de EEUU patrocinaba a Blackwater, la embajadora de los EEUU, Anne Patterson, insistió en que "Blackwater no está operando en Pakistán". Afirmó que los periodistas paquistaníes estaban “terriblemente equivocados ," y los acusó de poner en peligro la seguridad del personal de EE.UU. en Pakistán. Poco después, durante su visita, la secretaria Clinton, esquivó las preguntas sobre el tema.
Recientes informaciones demuestran que el temor de los paquistaníes es fundado. Blackwater no sólo ha estado trabajando en Pakistán, sino que su presencia es más fuerte día a día.
¿Quién puede saber más sobre la presencia o ausencia de Blackwater en Pakistán que su propietario? El solitario dueño del infame imperio Blackwater, Eric Prince, reconoce en una cinta de audio de la revista neoyorkina The Nation, que su organización trabaja en Pakistán. Lo dijo en un discurso en la Universidad de Michigan a principios de año.
En respuesta a la pregunta sobre si los individuos armados que trabajaban para Blackwater podrían ser calificados como 'combatientes ilegales' y no estar por lo tanto protegidos por los Convenios de Ginebra, Prince dijo con desprecio: " Eso me lo preguntan todo el tiempo ¿No le preocupa que su gente no esté cubierta por la Convención de Ginebra (durante sus acciones) en lugares como Irak o Afganistán o Pakistán? Y les respondo: "De ningún modo, porque esa gente ni sabe dónde queda Ginebra, ni mucho menos qué clase de convención hubo allí."
¿Pudo ser más claro Prince? Y uno se pregunta cómo el ministro del Interior de Pakistán o la Embajadora Patterson podrían desmentirlo y se pregunta también si no es hora de que el ministro del Interior cumpla con su promesa de renunciar y de que la embajadora Anne Patterson se disculpe ante el pueblo de Pakistán por hacer declaraciones falsas.
La realidad es que se trata de verdades que se niegan a desaparecer. El pueblo de Pakistán nunca tomó en serio a la Embajadora de los EEUU debido a su desconfianza hacia los EEUU y a sus políticas en beneficio propio, ni dio tampoco ningún crédito a la negativa de su propio gobierno, sabiendo de donde proceden. Está convencido de que este conocido contratista privado está extendiendo sus tentáculos en Pakistán y realizando operaciones encubiertas en nombre de organismos de los EE.UU. Crece el temor de que Pakistán caiga, como Irak y Afganistán en las manos de los agentes de Blackwater.
Blackwater, considerado como el más conocido ejército de mercenarios, que cambió recientemente su nombre por el de 'Xe Services LLC "debido a problemas legales relacionados con actividades ilícitas”, ha desempeñado un papel crucial en las guerras estadounidenses en Irak, Afganistán y ahora Pakistán. Desde el comienzo de la “guerra contra el terror” de Bush ha llevado a cabo operaciones secretas e ilegales que la CIA, el Pentágono o del Departamento de Estado no podían realizar debido a restricciones del Congreso.
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