Somos un Colectivo que produce programas en español en CFRU 93.3 FM, radio de la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, comprometidos con la difusión de nuestras culturas, la situación social y política de nuestros pueblos y la defensa de los Derechos Humanos.

domingo, 7 de marzo de 2010

ALEPH - Osarios urbanos


AL MENOS 800 víctimas del conflicto armado interno podrían estar enterradas como XX en el cementerio La Verbena
 
 Carolina Escobar Sarti
 Uno de los osarios mide 4 metros de diámetro y tiene 40 metros de profundidad. Está en el Cementerio La Verbena, situado en la capital guatemalteca y, según uno de los técnicos de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG), solo este osario podría contener más de 10 mil restos humanos. Quién sabe si en ese pozo de huesos aparecerán los restos de, por lo menos, 889 de las más de 40 mil personas secuestradas y desaparecidas por fuerzas del Estado guatemalteco durante la guerra.

Nuestro país está sembrado de huesos de gente torturada, masacrada y desaparecida, pero la pedagogía del horror y la violencia que seguimos practicando con las nuevas generaciones incluye, entre sus más eficaces métodos, el de promover la desmemoria y el silencio.

¿Para qué seguirle dando vueltas al mismo asunto?, se preguntan los señores de la guerra que viven a la sombra de la impunidad. Habría que hacerle la misma pregunta, por ejemplo, a los hijos y nietos de las víctimas de la Shoa judía, digo yo.

Es signo de la más pura esquizofrenia guatemalteca que esta sinmemoria se mezcle con la indiferencia, ante una perversa “normalidad” que permite que niños, niñas y jóvenes presencien asesinatos y linchamientos, en vivo y a todo color, pero que les impide acceder a historias de su pasado reciente que cuentan que aquí se vivió una de las guerras más sangrientas del continente. Si esas personas en formación supieran algo de esa historia, no por la vía del morbo y la sangre, sino por la vía de la justicia y de lo que nunca más se quisiera volver a repetir, sería una pedagogía de la vida, de la verdad y la rectitud la que les estaríamos regalando.

Cuando recibí el fotoreportaje que me mandara el gran fotógrafo Daniel Hernández, sobre el proceso de exhumaciones urbanas que comienza a realizar la FAFG en el país y al que no pude asistir, me sentí agradecida y conmovida. Allí estaba el rostro de un niño pronunciando en recio y con su boca bien abierta el nombre de un familiar desaparecido al que seguramente ni conoció; estaban las manos de Marylena Bustamante y Rosalina Tuyuc trenzadas en uno de los momentos más difíciles de la exhumación; estaban la expresión de fuerza y resistencia en el rostro de Lucrecia Molina Theissen y Aura Elena Farfán, y los ojos húmedos de Mayarí de León. Estaban los rostros conmovidos de tantos, entre ellos el de Julio Solórzano Foppa, quien también busca los restos de su madre.

El 27 de febrero de 2010 es una fecha histórica para el país. Ese día, la FAFG presentó públicamente el Banco Genético Nacional de Familiares y Víctimas de la Desaparición Forzada e inició, de manera oficial, los trabajos de investigación en los osarios urbanos de La Verbena. No significa que las exhumaciones que ya se han llevado a cabo en el interior del país pasen al olvido, como la de las Dos Erres (Petén), donde “todos los menores fueron ejecutados con golpes de almádana en la cabeza, mientras a los más pequeños los estrellaban contra los muros o los árboles, sujetándoles de los pies”, para luego ser arrojados al pozo. Todo lo contrario, aquellas y estas van develando la ruta del horror que queremos dejar atrás.

Uno de los hechos que amerita una lectura más profunda es que en la mesa principal de la actividad de exhumación también estuvo presente el embajador de Estados Unidos en Guatemala, Stephen McFarland. A él le solicitaron Marylena, Lucrecia, Aura Elena y Mayarí, ayuda para obtener documentos secretos estadounidenses que les permitan determinar el paradero de sus seres queridos e información importante sobre su desaparición.

Toda sociedad sana necesita sus ritos de paso; celebrar los nacimientos y despedir a los muertos; es indispensable para darle paso a nuevas formas de convivencia. Es por creer que la razón de los vivos se funda en la memoria de sus muertos.

cescobarsarti@gmail.com

No hay comentarios: