Conselho Nacional de Igrejas Cristãs do Brasil - CONIC
Los extremistas han
utilizado el lema "Dios por encima de todo" a lo largo de la historia
para establecer regímenes económicos y políticos autoritarios y
violentos. Los nazis usaron durante años el nombre de Dios y elementos
de la fe cristiana para justificar su ideología y sus crímenes. En el
manifiesto del partido nazi Hitler incluso le pide a Dios que bendiga
las armas alemanas. [1]
La trama fue similar con miembros de la
secta fundamentalista de extrema derecha Ku Klux Klan en América del
Norte, [2]. Para unirse al grupo el futuro miembro debía ser cristiano,
además de blanco y nacido en los Estados Unidos. Como una forma de
legitimar la secta se usaba una Biblia en el bautismoy luego se leían
extractos de Romanos 12, junto con ciertos versos seleccionados fuera de
contexto.
En América Latina estamos observando la
instrumentalización del cristianismo para que grupos de antiguas
oligarquías regresen a espacios políticos e implementen programas
autoritarios y neoliberales en detrimento de la gente. La entrada con la
Biblia en el Palacio de Gobierno del grupo que obligó a Evo Morales a
renunciar representa el vínculo peligroso entre la política autoritaria y
la instrumentalización de la religión.
Bolivia es un país
plurinacional, formado por una población indígena que mantiene su
cultura y sus tradiciones de una manera vibrante. La bandera de Whipala
es uno de los símbolos de la plurinacionalidad boliviana. Forzar la
Biblia y hacer violencia contra los pobres y la población indígena, en
nombre del Dios cristiano, es recuperar las prácticas colonialistas [3]
del pasado [4].
La diferencia es que esta vez el colonialismo
es neoliberal y el dios que está detrás de esta práctica es el del
mercado, no el Dios amoroso y misericordioso que conocemos en el
Evangelio.
El Dios del Evangelio no ataca ni viola las
múltiples formas de espiritualidad de un pueblo. Es un Dios que solo
reconoce el lenguaje del amor. Como personas que desean mantener una
coherencia mínima con su fe en Jesucristo no podemos aceptar el ataque a
la democracia y la violencia en nombre de Dios ni en Bolivia ni en
Brasil ni en cualquier otra parte del mundo.
Que el orden democrático, firmemente basado en el laicismo, el
plurinacionalismo que respeta la diversidad cultural y religiosa,
regrese a Bolivia. Estamos atentos y vigilantes para garantizar la
integridad del presidente Evo Morales, el liderazgo popular y los
defensores de los derechos humanos. Al pueblo boliviano, nuestra
solidaridad. Que vuestra bandera Whipala flamee de nuevo.
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