Estados Unidos ha impuesto este
lunes restricciones de entrada a más funcionarios venezolanos por haber
cometido supuestas violaciones a los derechos humanos durante los
disturbios que sufrió el país latinoamericano entre febrero y mayo de
2014.
“Estamos enviando un mensaje muy claro que los violadores de derechos humanos y aquéllos que se benefician de la corrupción, y sus familias, no son bienvenidos en Estados Unidos”, ha señalado la portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Jen Psaki, en un comunicado.
Ha aseverado también que las sanciones serán aplicadas a funcionarios involucrados en supuestos casos de corrupción que, a juicio del Departamento de Estado, “están contribuyendo al empeoramiento de las condiciones socioeconómicas del país”.
Sin identificar a los funcionarios que se verán afectados, Psaki ha justificado que esta medida va contra individuos específicos y no contra la nación venezolana.
El pasado 19 de diciembre, el presidente estadounidense, Barack Obama, firmó una ley, aprobada previamente por las dos cámaras del Congreso, que estipula la suspensión de visas y el congelamiento de activos de funcionarios venezolanos acusados de cometer supuestas violaciones de derechos humanos en las protestas del año pasado. La medida fue rechazada por gobiernos y organizaciones internacionales.
Durante febrero y mayo de 2014, Venezuela sufrió violentos disturbios orquestados por la ultraderecha venezolana, apoyada por Estados Unidos, con el fin de desestabilizar el país y posibilitar un golpe de Estado contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Estas violentas manifestaciones se saldaron con decenas de muertos, centenares de heridos y numerosos daños a las infraestructuras del país.

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