Estas acciones se sumaron a otras protestas y movilizaciones protagonizadas por miles de estudiantes y secundarios, universitarios, así como de profesores, que conmocionan a la sociedad chilena desde hace dos meses.
Los estudiantes colocaron barricadas de neumáticos, ain de detener el tráfico en seis lugares de la ciudad.
Fuerzas policiales (carabineros) se presentaron y reprimieron las acciones con el uso de carros lanza-aguas y gases lacrimógenos.
Al calor de las movilizaciones iniciadas en mayo, los jóvenes también ocuparon un centenar de colegios y universidades y convocaron tres marchas masivas en Santiago y otras ciudades del país.
Los desfiles llevados a cabo en la capital, epicentro de las demandas de estudiantes y profesores, han reunido a unas 80 mil personas cada vez.
En la actualidad, cerca de 40 estudiantes permanecen en huelga de hambre, decididos a llegar hasta las últimas consecuencias en reclamo del cumplimiento de sus demandas, según declararon sus principales dirigentes.
El alumnado y los profesores piden al Gobierno realizar una profunda reforma educacional, con fortalecimiento del papel del Estado y la eliminación del lucro dentro del sector.
El Presidente Sebastián Piñera, en declaraciones recientes, admitió que los cambios a realizarse en la educación tras las demandas requieren reajustes en la Constitución del país.
Dos semanas atrás, el mandatario sustituyó al titular del ramo, Joaquín Lavín, por el actual ministro, Felipe Bulnes, a consecuencias del incremento de las presiones estudiantiles.
En la primera reunón entre Bulnes y el movimiento estudintil, los movilizados entregaron una propuesta para viabilizar sus demandas y en el día de hoy están a la espera de la respuesta oficial del ejecutivo.
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