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martes, 17 de septiembre de 2019

El escándalo de sobornos de las empresas brasileñas Odebrecht y OAS llega a Chile: salpica a Bachelet


Las fiscalías de Argentina, Chile, Perú y Uruguay han recibido antecedentes sobre supuestos fraudes de OAS. En tanto, según la justicia estadounidense, Odebrecht, la mayor constructora de América Latina, sobornó a políticos y empresas de Argentina, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Panamá, Perú y República Dominicana.

Por Eva Vergara
SANTIAGO DE CHILE (AP) — El escándalo de sobornos de las empresas brasileñas Odebrecht y OAS llegó a Chile: un ex empresario condenado por corrupción reveló que hizo un aporte por unos 140 mil dólares a la campaña presidencial de Michelle Bachelet de 2013.
Léo Pinheiro, ex ejecutivo de OAS investigado y condenado por corrupción en el marco del caso Lava Jato que indaga una vasta telaraña de corrupción que incluye a políticos de varios países latinoamericanos, dijo a la justicia brasileña que aportó los fondos para Bachelet por pedido del ex Presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, reveló el periódico Folha de Sao Paulo.
“No he tenido nunca un vínculo con OAS, ni con ninguna otra empresa”, aseveró Bachelet en exclusiva al canal de televisión chileno 24Horas en una entrevista que la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas brindó en Ginebra.
Las fiscalías de Argentina, Chile, Perú y Uruguay han recibido antecedentes sobre supuestos fraudes de OAS. En tanto, según la justicia estadounidense, Odebrecht, la mayor constructora de América Latina, sobornó a políticos y empresas de Argentina, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Panamá, Perú y República Dominicana.
Mientras el gobierno centroderechista del Presidente Sebastián Piñera declinó referirse al tema porque, dijo, carece de información detallada, diputados oficialistas pidieron a Bachelet que hable sobre la acusación de Pinheiro.
“OAS es una empresa internacional que se dedicó a financiar candidaturas de izquierda a cambio de contraprestaciones, o sea, de corrupción”, declaró el legislador Antonio Coloma.
Por su parte, el político ultraderechista José Antonio Kast dijo que, de ser ciertas las declaraciones del empresario, “sería el escándalo más grande de corrupción que afecte a un presidente de Chile”.
“Michelle Bachelet debe renunciar a su cargo (de Alta Comisionada) y venir a enfrentar a la justicia chilena”, añadió.
En Chile la justicia inició una investigación sobre supuestos aportes irregulares a Bachelet, a Marco Enríquez Ominami -candidato presidencial de centroizquierda en las elecciones de 2009- y a varios políticos. Algunas causas llegaron a condenas en libertad pactadas. El caso de Enríquez Ominami sigue activo y el de la ex mandataria está en suspenso a la espera de más información.
Enríquez Ominami usó un avión de OAS durante su campaña a la presidencia.
El fiscal nacional Jorge Abott señaló que se indagará para establecer “la efectividad de ese financiamiento y poder hacer los reproches penales que correspondan y a las personas que se ven involucradas, sean quienes sean. Nadie está por sobre la ley”.
Políticos de centroizquierda rechazaron la acusación contra Bachelet.
La Fiscal chilena Ximena Chong, quien en seis oportunidades intentó interrogar a Pinheiro pero éste se negó, encontró un par de facturas de OAS pagadas al geógrafo Giorgio Martelli, quien fue el recaudador de la primera campaña presidencial de Bachelet y recibió unos 84 mil dólares de la constructora brasileña.
Martelli ha asegurado que el dinero de OAS fue por trabajos de estudio de suelos y un mapa que realizó para la constructora. “Mi empresa jamás ha recibido dinero para financiamiento político”, aseguró en un comunicado.
En Chile OAS participó en un consorcio internacional que se adjudicó la construcción de un puente para unir la isla de Chiloé con el continente, en el sur, durante el primer gobierno de Piñera (2010-2014). Sin embargo, el grupo se deshizo y desde julio la obra está en manos de la surcoreana Hyundai.

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