En 2018 aumentaron 29.5%: OCDE
La migración hacia México en busca de asilo se afianzó en
 2018. Contrario a la tendencia en otros países de la Organización para 
la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), aumentó 29.5 por 
ciento durante un año. Honduras, Venezuela y El Salvador son los 
principales países de donde salen.
El año pasado se recibieron alrededor de 29 mil 630 migrantes que 
solicitaron asilo en México y cerca de la mitad provenían de Honduras, 
con 13 mil 600 registros, un incremento de 4 mil 200 comparado con 2017;
 de Venezuela, 6 mil 300, y de El Salvador 6 mil 200, indica el informe 
Perspectivas de la Migración Internacional 2019 (International Migration
 Outlook).
Los resultados presentados por la Ocde destacan que la migración por 
motivos familiares y de trabajo hacia México ha ido a la baja, pero se 
han incrementado las solicitudes de asilo, mientras recrudece la 
violencia en varias zonas de América Latina.
La tendencia a la baja en el número de migrantes por motivo de 
trabajo o estudios en 2017 –cifras más actualizadas con las que cuenta 
la organización– implicó que en general el fenómeno se redujera 9.7 por 
ciento respecto a 2016. El flujo de personas que migran por un trabajo 
temporal disminuyó 17 por ciento; y entre estudiantes bajó 40 por 
ciento.
Del otro lado, la migración de mexicanos hacia países integrantes de 
la Ocde cayó 1.2 por ciento en 2018. De los 191 mil mexicanos que se 
tiene detectado emigraron, 89.7 por ciento lo hicieron a Estados Unidos,
 2.7 por ciento a España y 2.6 por ciento a Alemania.
Fuera de México, en la región de la Ocde cambió la configuración de 
los aspectos que generan la migración. Actualmente hay una tendencia más
 recargada en el trabajo y la migración familiar, mientras el número de 
solicitudes de asilo se redujo de forma pronunciada, acota el reporte.
El notable aumento de la migración laboral temporal es una señal del dinamismo de los mercados laborales de la OCDE, pero también de su integración, declaró el secretario general Ángel Gurría durante la exposición del informe en París.
Los migrantes temporales aportan habilidades y competencias necesarias para los empleadores.
Los flujos migratorios hacia los países de la región aumentaron 
ligeramente el año pasado, con alrededor de 5.3 millones de nuevos 
migrantes permanentes en 2018, 2 por ciento más respecto de 2017.
Las solicitudes de asilo se redujeron hasta 1.09 millones en 2018, lo
 que significa 35 por ciento por debajo de la marca más alta de 1.65 
millones registrada entre 2015 y 2016. La mayoría de los solicitantes 
proceden de Afganistán, seguidos de Siria, Irak y Venezuela.
Como consecuencia de la caída en las solicitudes de asilo el volumen 
de refugiados registrados también ha descendido 28 por ciento anual, 
detalló la organización.
En cuanto a perspectivas de trabajo, más de 68 por ciento de los 
migrantes están empleados y la tasa de desempleo es inferior a 9 por 
ciento. De manera similar a que si no salieran de sus países, jóvenes 
con bajo nivel educativo tienen más dificultades para encontrar empleo.
Dora Villanueva
Periódico La Jornada
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