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sábado, 28 de septiembre de 2019

“Choques” de castas políticas

Perú entre la cuestión de confianza, la vacancia presidencial y la irrupción de las masas
La Abeja


“… Las masas reclaman la unidad. Las masas quieren fe…”
José Carlos Mariátegui (El 1° de Mayo y el Frente Único, el Amauta, 1924).

El desarrollo de los acontecimientos en la tierra del poeta universal y marxista César Vallejo, producto de la crisis del establishment político, se caracteriza por la volatilidad, la polarización, el desconcierto y las tendencias a la reacción antidemocrática y a la rebelión popular, respectivamente.
Y no es para menos. El archivo del PL 4637 de Adelanto de elecciones, por parte de la Comisión de Constitución del Congreso de la República, implica un “portazo en la cara” del mandatario populista y liberal Martín Vizcarra y a la vez una nueva ofensiva del recompuesto y ultraconservador aprofujimorismo, que viene articulando una nueva correlación de fuerzas internacionales (Comisión de Venecia) y nacionales como Alianza Para el Progreso (APP), que integra el ex premier e involucrado en el affaire Lavajato, César Villanueva, así como una parte de su disgregada bancada ppkausista, entre otras.
A esta cuestión hay que agregar que el reciente fallo de la Corte Suprema de Inglaterra (madre de la democracia moderna y mayor inversionista minero en Perú), rechazando la disolución del Parlamento inglés (planteado como una estrategia para salir de la crisis del Brexit), por parte del premier conservador Boris Jhonson, le “quita piso” al gobierno semibonapartista de Vizcarra.
Y talvez este factor internacional podría explicar porque en la “Conferencia de prensa” del premier Salvador Del Solar, el día de hoy, hubo “mucho ruido y pocas nueces”, en el sentido de que solo atinó a declarar que, “no se quedaran con los brazos cruzados”, y que convocan a la ciudadanía a movilizarse. Lo que también puede ser comprendido como parte de una estrategia para “ganar tiempo” (no se imaginaban talvez el plan de acelerar los tiempos de la oposición política), y replantear su correlación de fuerzas. Es un secreto a voces que el oficialismo está convocando a una movilización social con la participación de sus prefectos en todo el país y que cuenta con el apoyo de la centroizquierda, oenegés y la Coordinadora por la Reforma Política (CRP).
El desarrollo de la crisis, que se origina en el sistema de dominación legal, hace una relativa metástasis involucrando al régimen político en su conjunto, pero que tiene al Ejecutivo, al “Poder Judicial”, las FF.AA. y algunos poderes fácticos del capital financiero, la construcción/inmobiliaria y la gran “prensa concentrada”, como un bloque liberal que se beneficia popularmente de la “lucha contra la corrupción” (prisiones preventivas, reformas), y que plantea “una salida inteligente” a la convulsión social que tiene su epicentro en “Tía María” y la crisis del sistema (caída de la demanda de materia prima y del crecimiento del PBI, migración venezolana, paquetazos DS 345/237), a través del adelanto de elecciones; mientras que el lumpen aprofujimorismo, pugna porque no haya ninguna reforma política, el control de la “lucha contra la corrupción” y por la mano dura y el garrote para derrotar la “rebelión” de la “nación clandestina” de trabajadorxs.
Es así como hemos llegado al impasse actual, donde las tendencias son relativamente claras. La renuncia de Vizcarra es poco probable ya que podría acabar preso por el caso CONIRSA, entre otros. El Cierre del Congreso con los “tanques” en las calles es inviable porque lo desprestigiaría más. Entonces, lo que aparece como una perspectiva más probable es, por un lado, la convocatoria a un referéndum con la “participación ciudadana” como actor protagónico (en ese sentido apunta la pulseada del premier Del Solar) o hacia una nueva negociación política (bicameralidad), lo que implicaría un desgaste político del populismo liberal.
En esta dinámica de la lucha de clases, y con una directiva como el de la CGTP, que convoca a marchas, pero sin un Plan de Lucha Unitario (PLU), que articule el malestar, un tercer actor, “irrumpió” en la escena política poniendo su sello en la historia. Nos referimos no solo a la lucha contra Tía María sino al proletariado minero. El primero obtuvo una victoria parcial con la suspensión de la licencia social a la transnacional. El segundo, “conquistó” el corazón de miles de trabajadorxs y jóvenes plebeyos al encarar a los otorongos congresistas en el propio hemiciclo y al gobierno en el MINTRA, siendo luego reprimido salvajemente como si fuera “delincuente”.
El Perú se caracteriza actualmente no solo por la crisis en las alturas sino por una convulsión social (huelgas obreras en Ica, comuneras en el Corredor Minero del Sur, etc.) y una lenta recomposición obrera. La marcha contra la privatización del agua fue importante bordeando los 10 000 pobladores. Un PLU de todos los sectores en conflicto a través del método de la movilización y la huelga, con su propia plataforma programática, derrotaría al régimen imponiendo la consigna “que se vayan todos”, y generando una nueva correlación de fuerzas y “rompiendo” con los esquemas de pensamiento conservador de la población. “Las masas quieren la unidad, las masas quieren fe”, decía Mariátegui, pues, llegó la hora de dárselas. De lo contrario, la derecha seguirá con la iniciativa y sus planes de ajustes a los más vulnerables.

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