El gobierno de México apuesta al diálogo y no
intervención para tratar de encontrar soluciones a casos como los que
viven las sociedades de Venezuela y Nicaragua, expresó el subsecretario
para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes.
Ayer el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos
(OEA) dio el primer paso en la aplicación del artículo 20 de la Carta
Interamericana al gobierno del presidente nicaragüense, Daniel Ortega.
Esa normativa se emplea cuando existe una ruptura del orden democrático y
puede llegar a implicar la suspensión de un país del organismo.
El secretario general de este organismo, Luis Almagro, consideró que
la situación que atraviesa dicho país amerita invocar el mecanismo.
Sobre el caso, en entrevista, el subsecretario Reyes explicó este
viernes que el Consejo Permanente de la OEA se declaró en sesión
permanente para emprender una apreciación colectiva de la situación en
Nicaragua y adoptar las decisiones que estime convenientes.
Detalló que la aplicación de la carta aún esta por discutirse e
informó que México acompañará a esta sesión permanente en atención. No
obstante, adelantó que la administración mexicana considera que en
Nicaragua no se ha roto el orden constitucional, pero
sí nos tiene muy preocupados y alarmados la violencia que se genera ahí.
Desde el 18 de abril Nicaragua ha sido escenario de protestas que se
iniciaron contra una reforma del seguro social y desembocaron en un
movimiento para reclamar la renuncia de Ortega y de la vicepresidenta
Rosario Murillo. Las protestas han dejado unos 400 muertos.
El subsecretario habló sobre los señalamientos que se han hecho al
gobierno mexicano por no adherirse a la decisión de la OEA de desconocer
el segundo mandato del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y
ofrecerse como puente de comunicación entre las partes.
México queda posicionado como el único país que claramente ha abierto una posibilidad de diálogo entre las partes involucradas en la situación en Venezuela, expuso.
El único actor que en este momento se ha ubicado en el centro de estos extremos y posiciones tan radicales, equidistantes y antagónicas, es México, insistió.
En principio, detalló, para este puente de comunicación México
aprovechará las participaciones en los foros multilaterales, los grupos
como el de Lima y en la comunicación bilateral con Venezuela.
Hoy
el único país que habla con el gobierno de Maduro; con el Grupo de Lima; que habla en la OEA y con la oposición es México, insistió. No por ello el país deja de manifestar preocupación por la situación en el país hermano, aclaró.
Conflictos como el de Nicaragua y Venezuela se resuelven por “la vía
es el diálogo, la no intervención y el mulilateralismo […] Llamando a la
sensatez, la serenidad de las partes involucradas en ambos países y, en
seguida, estableciendo las bases mínimas de algo que pueda construir
una ruta de comunicación”, sostuvo.
Ana Langner
Periódico La Jornada
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