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sábado, 10 de abril de 2010

La sociedad mundial de la ceguera.

Leonardo Boff. (*)
Brasil.

El poeta Alfonso Romano de Sant’ana y el premio Nobel de literatura el portugués José Saramago, hicieron, en base a la ceguera, severas críticas a la sociedad actual construida sobre una visión reduccionista de la realidad. Demostraron así que hay muchos presuntos videntes que son ciegos y algunos ciegos que son videntes.

Hoy se pregona pomposamente que vivimos en la sociedad del conocimiento, una especie de nueva era de las luces. Y efectivamente así es. Cada vez conocemos más sobre cada vez menos. El saber de un año es mayor que todo el saber acumulado en los últimos 40 mil años, Si eso, por una parte, nos aporta innegables beneficios, por otra nos vuelve ignorantes en muchas dimensiones colocándonos escamas en los ojos que nos impiden ver la totalidad.

Lo que hoy está en juego es la totalidad del destino humano y el futuro de la biósfera. Estamos pavimentando, objetivamente un camino que nos puede conducir al abismo. ¿Por qué ni la mayoría de los especialistas ni los jefes de Estado, ni los grandes medios que pretenden proyectar los posibles escenarios futuros no ven esta brutal situación? Simplemente porque la mayoría de ellos se hallan enclaustrados en sus saberes específicos en los cuales son muy competentes pero que por eso mismo, se vuelven ciegos ante los acuciantes problemas globales.

¿Cuál de los grandes centros de análisis mundial previó en los 60 el cambio climático de los 90? ¿Qué analista económico premio Nobel previó la crisis económica financiera que devastó a los países centrales en 2008? Todos eran especialistas en su campo limitado, pero como idiotas en temas fundamentales. En general sucede así solo vemos lo que comprendemos. Como los especialistas comprenden solo una mínima parte de lo que estudian, terminan viendo apenas esa mínima parte, pero permanecen ciegos para el todo. Cambiar esta forma cartesiana de saber desmantelaría habitos científicos consagrados y toda una visión del mundo.

La independencia en los terrenos de la física, de la química, de la biología, de la mecánica cuántica y de otros sectores es ilusoria. Todos los sectores y sus saberes son interdependientes, una función del todo. De este concepto derivó la teoría de Gaia que no es un tema del New Age sino el resultado de una minuciosa observación científica. Su formulación ofrece bases políticas globales para el control del calentamiento de la Tierra que para sobrevivir, tiende a reducir la biósfera y hasta el número de organismos vivos, sin excluir los humanos.

La reunión de la COP.15 en Copenhage sobre los cambios climáticos fue emblemática. Como en la mayor parte de nuestra cultura rehén de la atomización de los saberes, lo que predominó en los discursos de los jefes de Estado fueron intereses parciales : tasas de carbono, niveles de calentamiento, cuotas de inversión y otros datos fragmentarios. La cuestión central era otra: ¿qué destino queremos para toda nuestra Casa Común? ¿ Qué podemos hacer colectivamente para garantizarle a Gaia las condiciones necesarias para que pueda seguir siendo habitable para nosotros y para los demás seres vivos?

Esos son los problemas globales que trascienden nuestro paradigma del conocimiento especializado. La vida no cabe en una fórmula, ni puede quedar al cuidado de una ecuación matemática. Para captar el todo es necesario realizar una lectura sistémica, acompañada por una razón cordial y compasiva, será luego esa razón las que nos moverá a la acción.

Tenemos que desarrollar urgentemente diferentes capacidades, sumar, interactuar, unir, repensar, rehacer lo que fue deshecho e innovar. Es un desafío dirigido a todos los especialistas que deben convencerse de que una parte sin un todo no es una parte. Articulando todos esos fragmentos de saber rediseñaremos el conjunto de una realidad que debemos comprender, amar y cuidar. Su totalidad es el principal contenido de la conciencia planetaria, esa sí es la era de luz superior que nos liberará de la ceguera que nos aflije.+ (PE/ALAI)

(*) Leonardo Boff es teólogo y autor de “La nueva era: la conciencia planetaria” Record (2007)


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