John Saxe-Fernández

Asertaron. El nacional trumpismo y la diplomacia de fuerza del
magnate colocan en riesgo día a día la biota global. Ante su deterioro
electoral registrado en encuestas su retórica antiterrorista y de guerra fría
criminaliza las protestas ante asesinatos policiales. Y como para
acentuar su vínculo con la industria de guerra, alienta el presupuesto
militar que rebasa el billón de dólares de los cuales cerca de 28 mil
millones van a la modernización y producción de armamento nuclear y de
balística Intercontinental y casi 20 mil millones de dólares para una
curiosa administración nuclear cuya finalidad se desconoce, excepto que
ya, durante 24 meses, Trump se niega a
reafirmar, como lo plantea Rusia, que
en una guerra nuclear no habría ganadores, sería catastrófica para toda la humanidad.
Lo de
nefastase refiere al actual manejo electorero, egocéntrico e irreflexivo de la presidencia de EU, tanto en su proyección doméstica –lanzando la fuerza policial-militar contra múltiples manifestaciones de rechazo al asesinato de George Lloyd a manos de policías blancos– como externa, centrada en el aumento de los riesgos de guerra general entre potencias centrales, vía el unilateralismo agresivo en lo comercial y militar adosado con una chinofobia alimentada por Peter Navarro, considerado
el general más polémico de las nuevas guerras comerciales de EU, quien alienta algo tan grave como intensificar la geopolitización de las relaciones económicas internacionales, entre los principales precipitantes de la Segunda Guerra Mundial. Esto ocurre junto al abandono de tratados y normas en materia estratégica y de
seguridad aérea, lo que llevó a Vladimir Putin, presidente de la Federación de Rusia a declarar que
todo ingreso balístico en el espacio aéreo ruso será considerado nuclear.
Con Rusia y EU en control de poco más de 90 por ciento del armamento
nuclear y ambas potencias con su despliegue balístico en condición de
alerta máxima, el riesgo de guerra accidental o intencional, es alto. La declaración de Putin, dada a conocer por la prensa sin mayor explicación, en efecto se acompañó con un pronunciamiento de Sergey Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores de Rusia en un discurso ante la Conferencia Primakov en Moscú. Elena Teslova, en síntesis difundida por Anadolu Agency (AA) (10/7/20) permite calibrar lo dicho por Putin. Teslova indica que
Rusia advierte de una creciente amenaza de guerra. En medio de un intenso impulso del Pentágono a las armas nucleares de
bajo impacto( low yield), para equipararse como
armamento convencional, lo que aumenta la intención de EU de usarlas. Lo grave es abrir un primer ataque sorpresivo, que ha sido el escenario favorito de EU desde los años 1960, según reveló Daniel Ellsberg, The Doomsday Machine (2017), libro con el subtítulo de
Confesiones de un planificador de guerra nuclear,entre las tareas de Ellsberg, quien liberó al público y al mundo, desde la Rand Corp, los operativos secretos de la criminal guerra de Vietnam.
En su discurso Lavrov advirtió que
el riesgo de una guerra nuclear aumenta de manera significativa porque EU no acepta reafirmar su imposibilidad. Agregó que
estamos en particular preocupados de manera significativa por el rechazo de ya 2 años, de los estadunidenses de reafirmar el principio fundamental de que no puede haber ganadores en caso de una guerra nuclear y en consecuencia nunca debe ser desatada. Además, dijo que
Washington destruye los instrumentos de control armamentista, desde el Tratado Antibalístico hasta el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, que Lavrov predice que EU no renovará en 2021. Todo eso
para librarse de ataduras y amenazar con el uso de la fuerzay agregó significativamente que
a los pedidos de Moscú para reafirmar la imposibilidad de una guerra nuclear, entregados por escrito, Washington responde que todavía sigue examinando el documento, pero en su comentario el lado ruso percibe que
EU gustaría debilitar lo categórico de este axioma.
Twitter: @JohnSaxeF
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