La presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, logró ingresar al Parlamento
lavaca.org
La presidenta del
Senado, Adriana Salvatierra, logró ingresar al Parlamento, pese al
intento policial de detenerla, y con la camisa rota y moretones anunció:
“Venimos a trabajar”. La senadora de 30 años logró así dejar en
evidencia que la autoproclamación de Jeanine Áñez como Presidenta es
anticonstitucional. En las calles y desde El Alto, una multitud se
movilizó para dejar en claro que desconoce a esta mandataria de facto y
reclamar el regreso de Evo Morales. Bolivia está peleando así momentos
trascendentes para las instituciones democráticas.

A
tres días de la renuncia forzada de Evo Morales a la presidencia de
Bolivia, la careta democrática de los golpistas comienza a caer. Ayer,
las y los legisladores del Movimiento Al Socialismo (MAS) intentaron
ingresar a la Asamblea Legislativa Plurinacional para rechazar la
autoproclamación de la senadora Jeanine Áñez como nueva Presidenta. El
plan era rechazar la carta de renuncia de Evo Morales y exigir su
retorno al país para que retome sus funciones. La Policía intentó
impedir que ingresaran a la plaza Murillo. El día anterior era Áñez
quien rogaba que se acercaran al Parlamento para dar quórum. Mientras,
las muertes de bolivianos en enfrentamientos contra las Fuerzas Armadas y
la Policía continúan en aumento.
Legisladores del MAS
solicitaron a los medios de comunicación que divulguen los asesinatos de
defensores de Morales en enfrentamientos callejeros. Ayer se confirmó
el deceso de dos personas en Yapacaní y en Montero, poblaciones de Santa
Cruz de la Sierra, mayormente campesinas. No hay un conteo oficial de
los caídos en repudio al golpe. Según la Defensoría del Pueblo, hasta la
mañana del miércoles eran cuatro. Según la Fiscalía General, eran seis.
En El Alto dicen que son muchos más. Los medios de comunicación guardan
silencio sobre estas muertes. Salvo la señal argentina Crónica TV,
ningún medio estuvo ayer en la represión a balazos contra la población
alteña.
Este miércoles una noticia pasó desapercibida. El jefe de
las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, renunció a su cargo. De
inmediato, Áñez designó una nueva cúpula militar. Kaliman había sido
posesionado por Evo Morales en 2018. El domingo pasado, dejó de
obedecerle y se sumó al derrocamiento. Ahora, cuando se evidencia que
hay mucha gente dispuesta a salir a la calle para dar la vida por Evo,
optó por retirarse. Todo parece indicar que se viene una represión más
despiadada para quienes defiendan al MAS.
El domingo, cuando
renunció Morales, sumaron sus renuncias unos cuarenta de sus
legisladores, ministros, funcionarios de toda línea, con la intención de
“pacificar el país”, pero ninguna de esas renuncias fue aceptada
conforme a los procesos administrativos.
Ayer, legisladores del
MAS, que hasta el 22 de enero de 2020 tienen la mayoría en ambas
cámaras, intentaron llegar a la Asamblea. La policía lo impidió. Hubo
forcejeos, empujones, golpes y gasificación, que terminaron con la
Presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, con la ropa rota y
moretones. Habiendo renunciado Evo Morales y Álvaro García Linera,
constitucionalmente correspondería a ella jurar como nueva Presidenta.
Quien sí lo hizo, Áñez, es la vicepresidenta segunda del Senado y al
reaparecer Salvatierra en el Parlamento, no le correspondería
constitucionalmente el título que ahora ostenta.
Las
movilizaciones de ayer en El Alto y en La Paz reclamaron por la
ilegalidad de la unción de Áñez. Organizaciones campesinas de Cochabamba
y Chuquisaca, que nunca dejaron de apoyar a Morales, anunciaron que
este jueves comenzarán a bloquear carreteras hasta que regrese “el
Presidente”, como le siguen llamando.
En conferencia de prensa,
la Presidenta del Senado Adriana Salvatierra dijo: “Han pretendido
impedir el acceso a parlamentarios y parlamentarias, hemos sido
violentamente agredidas, nos han golpeado, nos han gasificado. Como MAS,
denunciamos la inexistencia de garantías para trabajar con tranquilidad
en nuestras acciones parlamentarias. Es la clara muestra de la
violencia que están dispuestos a ejercer. Anoche en el Parlamento no
tuvieron quorum, por lo cual lo que hicieron es una ilegalidad a toda
costa. Es más ilegal aun, cuando este ejercicio se complementa con
violencia física hacia los parlamentarios. Queremos paz para las y los
bolivianos. Pero esa paz no puede existir si no existen garantías para
la vida. El presidente Evo Morales ha sido claro: no queremos que exista
violencia. Antes de que salgan fuerzas militares a las calles, él
prefirió retirar su presidencia del Estado.
Más tarde, subió un
video a sus redes sociales, donde dio dos mensajes: “Primero, soy una
persona sumamente respetuosa de los símbolos patrios, por supuesto de la
bandera nacional y de la wiphala. No soy una persona que quema
wiphalas, que saca wiphalas de los lugares centrales donde merecen
estar”, dijo en referencia a las y los golpistas.
“El segundo
mensaje fundamental, es que estamos iniciando una lucha por la
recuperación de la democracia y contra el Golpe de Estado. Y eso, así
como nuestra bandera, debe ser la lucha que una a todo el pueblo
boliviano”, concluyó.
Ayer, el multitudinario cabildo en la
ciudad de El Alto finalizó con la lectura de una declaración, en la cual
sostuvieron que “nos quieren someter como en anteriores dictaduras. Por
eso el pueblo alteño se levanta contra el Golpe de Estado provocado por
la derecha racista”. En ese documento, exigieron “la renuncia inmediata
de la senadora Jeanine Áñez Chávez, por golpista y autonombrarse
Presidenta del Estado a sabiendas de que es ilegal e ilegítima su
posesión”. Y advirtieron que “en caso de no ser escuchados, tomaremos
medidas drásticas con movilizaciones y nos declararemos en Paro Cívico
en la ciudad de El Alto”. Como firma, el clamor que se hizo conocido en
2003 y ahora vuelve a resonar: “El Alto de pie, nunca de rodillas”.
Quién es la mandataria de facto
El
martes por la noche, la senadora Jeanine Áñez ingresó al Palacio
Quemado a tomar posesión de las oficinas presidenciales, llevando en
alto una enorme Biblia. A partir de la viralización de varios de sus
tweets, es de público conocimiento su desprecio por los indígenas. Ahora
está borrando esos mensajes, que aún persisten en capturas de pantalla.
El que más circuló, de abril de 2013, reza: “Sueño con una Bolivia
libre de ritos satánico (sic) indígenas. La ciudad no es para los
indios, que se vayan al Altiplano o al Chaco”.
Hace 52 años nació
en San Joaquín, departamento de Beni. Esta región amazónica, junto con
Santa Cruz, poseen más del 50 por ciento del territorio nacional. Tanta
tierra es usada mayormente por la agroindustria cruceña y por la
ganadería beniana, cuyos intereses Áñez siempre defendió.
Ingresó
a la política en 2006, como constituyente en la Asamblea Constituyente
que elaboró la Constitución actual, aprobada en 2009 y que incluye
varios símbolos indígenas en la administración y gestión del Estado
Plurinacional. Desde 2010 es senadora por el partido de derecha Unidad
Demócrata. Es Licenciada en Derecho. Y está en contra del aborto legal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario