Un comunicado firmado por los clérigos de todo el país señala que el Chocó padece un sostenido abandono estatal, un alto registro de asesinatos, incremento del narcotráfico y la drogadicción en niños y jóvenes, junto a un aumento de la violencia sexual y el maltrato a la mujer.
El tema fue abordado en la Asamblea Plenaria del Episcopado, concluida la víspera, en la cual los sacerdotes subrayaron la reiterada violación de los derechos a la educación, la salud y la libre movilización de que es víctima la población chocoana.
A eso se suman problemáticas como la concerniente a la seguridad alimentaria y la ausencia de políticas que privilegien la producción agrícola.
La Asamblea calificó de grave e inquietante una situación que se repite en otras ciudades de ese departamento, entre ellas Apartadó e Istmina-Tadó, inmersas en la marginación y la pobreza.
Asimismo expresaron su preocupación por la baja calidad de la infraestructura hospitalaria y la desatención de las Empresas Promotoras de Salud, que evaden continuamente sus responsabilidades, lo cual se traduce en una alta mortalidad de la población infantil (150 por cada mil nacidos vivos), en su mayoría originada por enfermedades prevenibles.
Los sacerdotes resaltaron la incidencia de las bandas delicuenciales que han provocado desplazamientos forzados, intimidaciones y asesinatos selectivos de líderes comunitarios.
Los participantes en la plenaria coincidieron en que las condiciones de vida de los habitantes del Chocó distan mucho de ser dignas.
El Chocó, aducen, se esta convirtiendo en un territorio de violencia.
Se llora demasiado, la alegría se ha perdido, manifestó el obispo de Istmina, Julio Hernando García. Allí se vivía en abundancia de comida, añadió, ahora la gente padece hambre. Los niños se mueren por desnutrición", denunció.
tgjag
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