México asumió la
presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(CELAC) en un contexto mundial por demás complejo, en las últimas
semanas las tensiones políticas han conducido a acciones bélicas en el
Medio Oriente, debido a la empeñada actitud imperialista de los Estados
Unidos que pone al orbe en una nueva crisis. En Venezuela la asamblea
derrocó al fin al títere Juan Guaidó al deponerlo y elegir a un nuevo
dirigente, aún de oposición pero por el momento respetuoso de los
caminos constitucionales de la República Bolivariana, la agresión contra
el gobierno de Nicolás Maduro no ha cesado, aunque sí nuevos actores
aparecen en la escena.
En Bolivia el Movimiento al Socialismo (MAS)
logró ser respetado en su derecho a competir en las próximas elecciones
que efectuará el gobierno de facto después del golpe de Estado contra
Evo Morales, el mismo hecho de participar en las elecciones controladas
por los golpistas es un riesgo pero por el momento es el camino para dar
cauce a la restitución democrática. Chile continua movilizado, la
Asamblea Constituyente es el deseo popular para salir de la trampa de la
negación gubernamental, romper las formas neoliberales y las
estructuras dictatoriales que sobreviven, el pueblo chile sigue en la
primera línea ante poniendo el bienestar de todos contra la degradación
impuesta desde décadas atrás.
En Haití continua la agudización de las
condiciones de vida, un pueblo olvidado e invisibilizado en el mundo que
resiste siglos de opresión, la marcha del deseo haitiano de libertad
sigue a pesar de la noche sobre puesta desde los centros hegemónicos del
poder global. En Colombia los asesinatos de luchadores sociales siguen,
la utilización de los falsos positivos para justificar la represión ya
ha sido denunciada hasta el cansancio, pero los oídos sordos al clamor
popular del gobierno mantiene la fórmula de terror. La Revolución Cubana
ha cumplido un año más de ser guía, ejemplo y dignidad, contra todo
persiste en un permanente camino de autocrítica, ni el bloqueo genocida
ni las amenazas pueden desanimar a quien decidió ser libre por encima de
todo.
En ese contexto y mucho más la figura de México da luz en el
sendero de la integración latinoamericana y caribeña que había sido
desvirtuado por el avance de la ultraderecha y el neofascismo, pues el
pasado 8 de enero, con presencia de la mayoría de los países de la
región, exceptuando a Brasil y Bolivia, inició el periodo de dirigencia
mexicana de la CELAC, que fuera fundada en el 2011, con el deseo de
hacer realidad los ideales integradores de unidad y solidaridad que
plantearan José Martí y Simón Bolívar desde el siglo XIX. El papel
directivo de México será central para reorientar y revitalizar las
acciones de la CELAC, cuya congelación fue una de las estrategias
imperialistas después de la muerte de los comandantes Hugo Chávez y
Fidel Castro, ahora, el gobierno mexicano ha marcado nuevas pautas
retomando la esencia del respeto al derecho internacional, la no
intervención y la colaboración por el bien de la región, esto lo ha
demostrado con su postura frente a la agresiones contra Venezuela, el
asilo a Evo Morales y el rechazo al gobierno de facto impuesto tras el
golpe de Estado en Bolivia, además, de que libra su propia batalla
contra los deseos de dominación de los Estados Unidos, la presidencia de
México se asume como una esperanza y con el deseo de reactivar los
esfuerzos comunes.
El reto no es menor, hacer uso de la
diplomacia de manera estratégica será una de las herramientas
principales, la clara diferencia ideológica entre gobiernos es un factor
complejo, y más en el marco de las ya mencionadas acciones
imperialistas a las que muchos gobernantes regionales se someten sin
cuestionamiento. Como primer paso, el canciller mexicano, Marcelo
Ebrard, presentó en la reunión una propuesta con catorce puntos
enfocados a lograr la integración y la colaboración mutua:
1) Cooperación
en espacio y aeronáutica;
2) Gestión integral de riesgos por desastres;
3) Ciencia y Tecnología para las sociedadess/STS-1er encuentro CELAC
innovación;
4) Primer encuentro CELAC de Rectores;
5) Compras
consolidadas en común;
6) Monitoreo sobre la resistencia a
antimicrobianos;
7) Metodología CELAC contra la corrupción;
8) Foro
Ministerial CELAC-China;
9) Agenda AGONU;
10) Órgano de gobernabilidad;
11) Premio CELAC contra la desigualdad y la pobreza;
12) Concertación
política regional e intervenciones conjuntas en los foros
multilaterales;
13) Gestión sustentable de los recursos oceánicos;
14)
Acción Turística Común.
Al término de la primera reunión, el
canciller mexicano, Marcelo Erbrad, dijo: “Ha sido una reunión cordial,
respetuosa y centrada primordialmente en estos elementos que acabo de
referir. Para México es muy importante, es un compromiso de muy alto
nivel para la SRE y le vamos a dedicar todo el tiempo y el esfuerzo para
tener los resultados que se merecen nuestras sociedades, nuestros
pueblos”. Puede notarse la intensión subrayada de la dirigencia mexicana
por priorizar el trabajo colaborativo para el desarrollo más allá de
las diferencias ideológicas tan marcadas en la región, esto, puede ser
una gran logro o una gran auto-trampa, el espíritu presente es la
conformación de un bloque regional fuerte que pueda desarrollar la
integración basada en la consciente acción conjunta. El nuevo periodo de
dirigencia abre grandes expectativas para todas las partes. Confiamos
que estos puntos puedan ser puentes de unificación e integración para
contrarrestar la desfavorable injerencia imperialista estadounidense,
los pueblos latinoamericanos y caribeños tienen en la historia el
vínculo de su porvenir, sea esta nueva etapa de la CELAC la
materialización del sueño unitario de real integración de nuestra
naciones hermanas.
Cristóbal León Campos es integrante del Colectivo Disyuntivas
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