
Hoy
 se cumplen cuarenta años (1980-2020) de la masacre cometida en la 
Embajada de España en Guatemala, provocada por fuerzas de seguridad de 
la dictadura militar de turno presidida por el general Fernando Romeo 
Lucas García (1978-1982), el ataque a esa representación diplomática 
dejó un saldo de 37 personas fallecidas.
El
 31 de enero de 1980 un grupo de campesinos mayas de la etnia Quiché, 
acompañados por estudiantes universitarios ocupó la citada embajada con 
la intención de atraer la atención nacional e internacional, para 
denunciar las atrocidades que el ejército guatemalteco estaba haciendo 
contra la población indígena, sobre todo, en el área Ixil.
En
 esos años había un mundo bipolar, dos potencias mundiales divergentes 
(Estados Unidos y la ex Unión Soviética) se disputaban el dominio del 
planeta, estaba vigente la guerra fría y las políticas anticomunistas 
contrainsurgentes, promovidas por el imperialismo estadounidense 
dirigidas a contener lo que llamaron “el avance del comunismo”.
En
 Guatemala estaba en auge la lucha armada y por la polarización social 
existente cualquier acto, expresión o acción de personas, grupos, 
organizaciones o instituciones que se interpretara como opositor al 
Gobierno, se consideraba “subversivo”. Ante un probable triunfo de los 
insurrectos, el ejército diseñó una ofensiva militar sin precedentes, 
que incluyó políticas de tierra arrasada, genocidio y crímenes de lesa 
humanidad (ejecuciones extrajudiciales, detenciones ilegales y 
arbitrarias, torturas, tratos crueles e inhumanos, desaparición forzada o
 involuntaria), todo lo cual causó miles de víctimas.
Al
 conocerse la ocupación de la embajada, el Gobierno ordenó a la policía 
nacional (PN) desalojar al grupo campesino, menospreciando las 
peticiones del embajador Máximo Cajal de que se retiraran, para buscar 
una solución pacífica mediante el diálogo. Luego de la acción brutal de 
la PN, el Gobierno español de Adolfo Suárez rompió relaciones 
diplomáticas con Guatemala, restablecidas hasta 1985.
Por
 la masacre fueron acusados: Donaldo Álvarez Ruiz, ex Ministro de 
Gobernación, hasta la fecha prófugo; Germán Chupina Barahona, ex 
director de la extinta PN, el general Óscar Humberto Mejía Victores, ya 
fallecidos y Pedro García Arredondo, ex jefe del comando seis de la PN. 
El 19 de enero de 2015 el Tribunal B de Mayor Riesgo, condenó a 90 años 
de prisión a García Arredondo, hallado culpable de la masacre. También 
fue declarado culpable de la ejecución de dos estudiantes universitarios
 que participaban en las honras fúnebres de las víctimas del incendio en
 la embajada.
Entre las víctimas mortales 
figuran el ex vicepresidente de Guatemala, Eduardo Cáceres Lehnhoff, y 
el ex canciller, Adolfo Molina Orantes. También el cónsul de España 
Jaime Ruíz del Árbol y los españoles, Luis Felipe Sanz y María Teresa 
Villa.
Otras víctimas: 
Juan Chic Hernández, Vicente Menchú, Gabina Morán Chupé, María Pinula 
Lux, Regina Pol Juy, María Ramírez Anay, Antonia Ramírez Anay, Mateo Sic
 Chen, Mateo Sis, Juan Tomás Lux, Francisco Tum Castro, Gaspar Vivi, 
Juan Us Chic, José Ángel Xoná Gómez, Juan López Yac, Gregorio Yuja Xoná,
 Mateo López Calvo, Juan José Yos, Francisco Chen Tecú, Salomón Tabico 
Zapeta, Edgar Rodolfo Negreros Straube, Leopoldo Pineda, Luis Antonio 
Ramírez Paz, Sonia Magali Welches Hernández, Lucrecia Anleu, Lucrecia de
 Avilés, Mary de Barillas, Nora Mena Aceituno, Miriam Rodríguez, 
Fernando Antonio García Rac y Trinidad Gómez Hernández.
Lo
 que queda por hacer, mantener viva la memoria histórica, honrar a las 
víctimas y su lucha, seguir combatiendo la impunidad y asegurar la 
garantía de no repetición.
Guatemala, 31/01/2020.
-Factor Méndez Doninelli es maestro e investigador, consultor en Derechos Humanos y métodos alternativos de resolución de conflictos.
 
 
 
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