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jueves, 5 de julio de 2018

Ningún país va a tomar en serio una orden de detención ilegal: Correa


Denuncia complot

El ex presidente, residente en Bélgica, dice que con esta cacería Ecuador vuelve a ser una república bananera

Afp
Periódico La Jornada
Jueves 5 de julio de 2018, p. 23
Bruselas

El ex presidente ecuatorian Rafael Correa (2007-2017) denunció ayer un complot del actual gobierno de Lenín Moreno, después que la justicia ecuatoriana emitió una orden de detención en su contra por su presunta vinculación en el secuestro de un legislador de oposición en Colombia en 2012, y aseveró que con esta cacería Ecuador vuelve a ser una república bananera.

“Hay toda una hoja de ruta… Un complot”, denunció Correa en una entrevista para la agencia de noticias Afp en Bruselas, en la cual expresó su confianza en que Interpol rechazará la circular roja emitida por la justicia ecuatoriana, ya que, a su juicio, se trata de un caso político.

Ningún país se va a tomar en serio una orden de detención tan claramente política, ilegal y absurda, empezando por Bélgica, afirmó en otra entrevista con Euronews, y aseguró: Ecuador vuelve a ser considerado una república bananera.

Correa está acusado de asociación ilícita y de secuestro del ex diputado Fernando Balda, según la fiscalía, pero el ex gobernante niega cualquier implicación y lamenta que lo vincularon sin pruebas.

Para el ex mandatario socialista, que reside en Bélgica junto a su familia desde que dejó el poder, el gobierno de su sucesor Lenín Moreno está sin duda detrás del complot; él está detrás de todo esto de la judicialización de la política, agregó.

Según Correa, Moreno se reunió con Balda y con el anterior fiscal para meter preso a Jorge Glas, su vicepresidente entre 2013 y 2017, condenado a seis años de prisión por recibir 13.5 millones de dólares de la empresa constructora brasileña Odebrecht.

Esa hoja de ruta contaría también con el llamado de Quito a los asambleístas, a favor de levantar su inmunidad presidencial y el intento de presionar a personas claves, como Pablo Romero, ex jefe de la Secretaría Nacional de Inteligencia.

Sobre Romero, quien reside en España, pesa también una solicitud de extradición en el contexto de la investigación todavía en curso que ya condujo a la detención de tres agentes de inteligencia y un ex comandante de la policía.

La juez Daniela Camacho ordenó el martes la prisión preventiva del popular ex mandatario, de 55 años, a petición del fiscal, por incumplir la medida cautelar de presentarse periódicamente ante la Corte Nacional de Justicia (CNJ) en Quito.

Correa defendió su derecho, como residente en el extranjero, de presentarse ante el consulado de su país, como hizo el lunes y el 24 de mayo, cuando rechazó su implicación en el presunto secuestro tras declarar ante la fiscalía.

En medio de su enconada lucha con su sucesor y ex aliado Lenín Moreno, el ex presidente quedó en la mira de la justicia debido a una demanda de Balda, quien lo acusa de ordenar su secuestro cuando se había refugiado en Bogotá, en 2012.

La policía colombiana frustró el secuestro. Poco después, Balda fue expulsado de Colombia a pedido de Quito para que respondiera por varios delitos y estuvo en la cárcel más de dos años por injurias, así como por atentar contra la seguridad del Estado.

Correa indicó que apeló de la decisión de la justicia, aunque sin esperanza y con el objetivo de poder ir a tribunales internacionales. Y no descartó solicitar el asilo en Bélgica, un país que, en su opinión, jamás daría trámite a su extradición.

“¿Por qué tengo que sacrificar nuevamente a mi familia? Yo le ofrecí, después de 10 años de marginarla por dedicarme entero a mi patria (...) años de paz en Bélgica. Incluso vivir y morir aquí", agregó.

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