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jueves, 25 de junio de 2015

“El FMI había dicho que no iba a repetir lo que hizo con Argentina”




Mientras crece la tensión en Europa, Atenas y sus acreedores negocian a contrarreloj y se multiplican las protestas en Grecia, para Dimitri Papadimitriou, economista heleno y presidente de un prestigioso instituto heterodoxo de Estados Unidos, el FMI está cometiendo los mismos errores que cometió con Argentina hace 15 años.
“Después del fiasco con Argentina, el FMI había dicho que nunca iba a repetir lo que hizo con Buenos Aires. Sin embargo, sigue haciendo lo mismo (…) Al FMI no le pareció suficiente la última propuesta de Grecia, muchos impuestos y poco recorte del gasto. Sigue reclamando una política que nunca funcionó”, sentenció el economista.
Desde Nueva York y antes de partir a Atenas, Papadimitriou conversó vía telefónica con Télam y se animó a pronosticar que “lo más probable es que no se llegue a un acuerdo esta semana”.
“Incluso si no hay un acuerdo, van a acordar prolongar el programa (de asistencia financiera), o en otras palabras, van a estar de acuerdo en que no están de acuerdo y van a seguir negociando tres, seis o nueve meses más”, concluyó el presidente del Levy Economics Institute de la universidad Bard College, uno de los principales centros de pensamiento económico heterodoxo de Estados Unidos.
Desde hace más de cinco meses que el nuevo gobierno de Grecia, dirigido por el izquierdista Alexis Tsipras, intenta renegociar las condiciones para destrabar el último tramo del programa de asistencia financiera, también conocido como rescate, que sus antecesores firmaron con los tres acreedores de su país: el FMI, la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE).
Se trata de 7.200 millones de euros que no sólo permitirían a Grecia cumplir con el vencimiento del FMI de 1.600 millones de euros el próximo martes, sino también el de 3.500 millones del BCE el próximo 20 de julio.
Grecia y las tres instituciones acreedoras tienen hasta el próximo martes 30 para sellar un acuerdo y hacerlo aprobar por los Parlamentos de Atenas y el resto de los países de la eurozona. Si esto no sucede y los líderes del bloque no proponen otra alternativa, como extender una vez más las negociaciones, Tsipras se verá obligado a declarar el default y abandonar el euro.
“El gran problema ahora es que el gobierno griego debe pagar un gran vencimiento al FMI a fin de mes. Puedo imaginar que si se prolongan las negociaciones, el BCE proveerá apoyo adicional al gobierno (griego) para que pueda cumplir”, señaló el economista.
Papadimitriou está convencido de que “a nadie le conviene que se rompan las negociaciones” y destacó ninguna de las tres instituciones acreedoras “han mostrado voluntad de hacer un acuerdo, pero tampoco de echar a Grecia de la zona euro”.
Para Grecia, según explicó, una salida del euro implicaría “sufrir al menos tres años muy difíciles”, mientras que “los acreedores temen un eventual efecto dominó”, especialmente entre los países europeos que aún no lograron salir de sus crisis económicas,como España.
Papadimitriou incluso se animó a pronosticar que si Grecia abandona el euro, no tardará más de un año en ser seguido por otro país europeo.
El posible escenario que describe el reconocido economista heleno es que el programa de asistencia financiera se extenderá “durante tres, seis o nueve meses”, lo que permitirá mantener abiertas las negociaciones y que el BCE continúe inyectando fondos de emergencia a Grecia, para que ésta siga cumpliendo con sus compromisos de deuda y su presupuesto interno.
El problema de este escenario es que en tres, seis o nueve meses Grecia y sus acreedores se encontrarán otra vez en la misma situación.
“Hace dos años los acreedores dijeron que si Grecia bajaba el déficit primario, ellos analizarían recortar su deuda exterior. En 2014, Atenas había reducido su déficit, pero aun así (las tres instituciones) continuaron negándose a reestructurar la deuda”, recordó el economista.
La deuda total de Grecia es de unos 440.000 millones de euros, una cifra claramente impagable para un país que el año pasado tuvo un PBI de unos 250.000 millones de euros. Una parte importante de esta deuda externa está en manos de Alemania y Francia, las dos potencias económicas de la eurozona.
Por eso, agregó, ni la canciller alemana, Angela Merkel, ni el presidente francés, Francois Hollande, quieren incluir una reestructuración de la deuda griega en un eventual acuerdo.
“De hacerlo, tendrían que lograr que sus Parlamentos en Berlín y París les aprueben un plan que les hará perder dinero”, sentenció el especialista.
Papadimitriou intenta no pintar un futuro pesimista para su país; sin embargo, las pocas opciones que ofrecen los socios europeos a Grecia, un país sin commodities ni industria más que el turismo, no lo ayudan.
“La inversión privada no irá a un país que está pasando por lo que pasa Grecia, y la industria turística no puede sacar al país de la recesión. Se necesita de un programa de desarrollo en serio que ataque el problema del desempleo”, sentenció.
En el contexto actual, el único capaz de ofrecer los fondos para un programa de desarrollo de esa envergadura es el BCE, y no lo hará sin un acuerdo previo con el resto de los acreedores.
“Creo que Grecia tendrá que tomar una decisión muy pronto, no puede seguir esperando mucho tiempo más sin apoyo. Hoy, aun si la mayoría de la gente quiere el euro, apoyan al gobierno en la negociación con sus acreedores. La salida de la eurozona no es una realidad ahora, pero lo podría ser muy pronto”, sentenció Papadimitriou.
Telam

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