Costa Rica
Resumen de las intervenciones del diputado José María Villalta Flórez-Estrada en la Municipalidad de San José el 25 de agosto de 2018 y en el plenario de la Asamblea Legislativa el 27 de agosto de 2018. |
“Por un comunismo tico, será nuestra consigna de ahora en adelante”
Manuel Mora Valverde, 1938
Este
27 de agosto de 2018 se cumplen 109 años del nacimiento del fundador
del Partido Comunista de Costa Rica y el 75 aniversario de la
promulgación del Código de Trabajo. Ambas fechas coinciden porque el Dr.
Rafael Ángel Calderón Guardia decidió en 1943 hacer de esa manera un
reconocimiento a Manuel Mora Valverde y a su partido.
El Código de Trabajo entró a regir el 15 de setiembre de ese año 1943 porque así lo pidió el líder comunista costarricense: “La
idea era que las fiestas patrias coincidieran con la entrada en
vigencia del Código que, en nuestro concepto, abría el periodo de la
segunda independencia nacional…”, explicó años después.
En
un acto muy emotivo, la Municipalidad de San José develó en el Parque de
las Garantías Sociales un busto de Manuel Mora Valverde, haciendo
justicia histórica a este prócer y Benemérito de la Patria, cuyo
pensamiento político tiene la mayor actualidad aunque algunos lo
ignoran.
Manuel Mora Valverde fue un pensador adelantado a su
época, político destacado, luchador social, diputado combatiente,
periodista agitador de conciencias, orador de barricada.
Su
pensamiento creador se vincula al nacimiento del “comunismo a la tica”,
fundamentado en los principios del marxismo-leninismo, en una
interpretación acertada de la realidad nacional y en un programa de
transformación social para la Costa Rica de los años 30 y 40 del siglo
pasado. Se podría decir que fue consecuente Manuel Mora con la propuesta
de Carlos Marx en la Tesis XI sobre Feuerbach donde decía que: “ Los
filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo,
pero de lo que se trata es de transformarlo”.
El “comunismo a
la tica” tiene su origen en una concepción que vincula la lucha social y
política con el propósito de elevar los estados de la conciencia de
clase de las masas populares y de impulsar transformaciones en la
institucionalidad en beneficio de las mayorías de acuerdo a las
condiciones socioeconómicas existentes.
Todo ello entendido en
aquel momento como una especie de transición democrática al socialismo o
de etapa democrática de la revolución. Pensamiento avanzado para su
época como destacaba el diputado José Merino del Río en la sesión
legislativa donde Manuel Mora Valverde fue declarado Benemérito de la
Patria:
“Trató de hacer (…) una síntesis creativa y por eso
lanza en Costa Rica la tesis de que aquí se podría aplicar un comunismo
que él denominó “a la tica”, cincuenta años antes de que en Europa
surgieran corrientes novedosas como el eurocomunismo, por ejemplo, que
trataban de combinar la idea del socialismo con la idea de la
democracia. En este pequeño país hubo un hombre talentoso que planteó la
posibilidad de que en Costa Rica se pudiera combinar el ideal
socialista con el ideal democrático, el ideal de la libertad, con el
ideal de la igualdad y de la justicia social”.
El
“comunismo a la tica” construyó en aquellos tiempos instrumentos
políticos partidarios firmes en sus principios y, al mismo tiempo,
flexibles en sus tácticas y sus políticas de alianzas. Como antecedentes
inmediatos la Liga Antiimperialista de las Américas (Sección Costa
Rica) y la Asociación Revolucionaria de Cultura Obrera (ARCO). Ya como
agrupaciones político-ideológicas permanentes, el Partido Comunista de
Costa Rica, el Bloque de Obreros y Campesinos (como instrumento
electoral), el Partido Vanguardia Popular y, como coalición, el Bloque
de la Victoria.
El proceso de alianzas con el Dr. Rafael Ángel
Calderón Guardia y Monseñor Víctor Manuel Sanabria, con el Partido
Republicano y la Iglesia Católica, y el surgimiento de Vanguardia
Popular fue una muestra de realismo y audacia política. Se había
disuelto la Comintern , la Tercera Internacional Comunista, y
eso creo condiciones para el encuentro, comprensión y constitución de
esta alianza original en la historia política no sólo de Costa Rica sino
de todo el Continente. Según dijo José Merino del Río en la sesión del
plenario mencionada:
“…Por primera vez un líder comunista
hace una alianza con el jefe de una Iglesia Católica nacional y con el
Presidente de un Ejecutivo que no compartía las ideas de Mora, pero que
supieron esas tres personalidades, el doctor Calderón Guardia, Monseñor
Sanabria y Manuel Mora Valverde, poner por encima de sus diferencias
ideológicas, y por encima de sus visiones también diferentes sobre
diversos aspectos de la vida social y política del país, por encima de
sus discrepancias pudieron poner todo al servicio de la unidad de
propósitos, para hacer posible en esos años la reforma social más
importante de la historia política nacional, la reforma social que hoy
sigue siendo la base de la conciliación nacional; sigue siendo la base
del derecho y de la justicia…”.
Un día después de
la disolución del Partido Comunista, ocurrida el 13 de junio de 1943,
Manuel Mora Valverde le escribe a Monseñor Sanabria para informarle de
la constitución de un nuevo partido denominado Vanguardia Popular y le
plantea que:
“…Urge crear un bloque poderoso de todas las
fuerzas nacionales progresistas que sean capaces de entender que se
imponen grandes sacrificios para poder salvar a Costa Rica”.
A su vez Monseñor Sanabria responde de inmediato:
“Juzgo
que en el Programa del nuevo partido o agrupación, tal como consta en
el texto que he recibido, de una parte quedan a salvo, aunque en forma
negativa, las doctrinas fundamentales que informan la conciencia
católica, y positivamente no hay nada que desnaturalice o desmejore
aquellas doctrinas fundamentales, y por consiguiente sin gravamen de
conciencia pueden los católicos que así lo deseen, suscribirlo e
ingresar en la nueva agrupación”.
El 15 de setiembre de
1943 recorrerían ambos, Manuel Mora y Monseñor Sanabria, junto al Dr.
Calderón Guardia las calles de San José en una apoteósica manifestación
con motivo de la promulgación del Código de Trabajo y; pocos días
después, se anunciaba la creación del Bloque de la Victoria, coalición
del Partido Republicano y el Partido Vanguardia Popular.
La
alianza por supuesto no significó sumisión, Manuel Mora Valverde y
Vanguardia Popular mantuvieron su independencia política y criticaron
con sinceridad lo que consideraron actuaciones equivocadas del Gobierno e
hicieron públicas sus divergencias con transparencia. Una lección para
nuestros tiempos donde también el Frente Amplio participa en el gobierno
de unidad nacional. Decía Manuel Mora en 1945:
“Para
definir nuestras relaciones con el Gobierno que nosotros ayudamos a
formar, hemos comenzado por hacer un balance de lo positivo y lo
negativo con que puede contar el pueblo dentro de la acción
gubernamental. Luego, hemos estudiado las posibilidades de combatir lo
negativo y de robustecer lo positivo con el apoyo de todas las fuerzas
progresistas de la república. Y es a la luz de estas consideraciones que
hemos encontrado nuestro rumbo actual”.
El “comunismo a la
tica” contribuyó a la transformación del agotado Estado Liberal,
rescatando sus aspectos positivos pero dando paso al nacimiento del
Estado Social de Derecho en Costa Rica, también llamado Estado de
Bienestar. La creación de la Universidad de Costa Rica, de la Caja
Costarricense del Seguro Social, la promulgación de las Garantías
Sociales, el Código de Trabajo y la Ley de Casas Baratas; son parte de
las raíces sólidas del Estado costarricense, que subsisten hoy día a
pesar de los embates neoliberales y sus procesos de privatización
durante los últimos treinta años.
Manuel Mora Valverde como
político y diputado mostró una extraordinaria capacidad táctica y de
entendimiento de la idiosincrasia nacional. Dice Monseñor Sanabria en su
“Memorándum sobre gestiones para disolución del Partido Comunista” que
durante una de las reuniones Manuel Mora, quien le pareció “sobre todo, muy sincero, muy sagaz y muy realista”, le dijo que “él creía que la religión no debía darse en las escuelas, pero que sin embargo no había votado contra la ley respectiva”.
De igual manera cuando se discutió la creación de la Universidad de
Costa Rica en el parlamento Manuel Mora se opuso con vehemencia a una
moción que en su opinión le restaba autonomía a la institución. Contando
con el respaldo de la Federación Nacional de Estudiantes, dijo:
“…Que
resultaría inconveniente si el Congreso desquicia el principio de
autonomía universitaria, estableciendo que el Consejo y la Asamblea
Universitarios fueran presididos por el Secretario de Educación Pública,
funcionario de extraordinaria influencia, que podría introducir dentro
de aquel organismo el turbión de la política”.
Luego del
intenso debate y entendiendo que lo vital era revivir la educación
superior estatal y que la lucha por la autonomía universitaria
continuaría, Manuel Mora votó a favor la moción y el “Proyecto de Ley
Orgánica de la Universidad de Costa Rica” en su conjunto. La
promulgación de la Ley No. 362 por parte del presidente Dr. Rafael Ángel
Calderón Guardia y el Secretario de Educación Pública, Lic. Luis
Demetrio Tinoco, ocurrió el 26 de agosto de 1940, por lo que celebramos
en estos días también el 78 aniversario de la fundación del Alma Mater,
hoy amenazada por un consorcio mediático que un día sí y otro también
desconoce su aporte al país y repudia su papel de “conciencia crítica”
de la sociedad.
El proceso de discusión y aprobación del Código
de Trabajo ofrece otro valioso ejemplo de habilidad en la negociación
de Manuel Mora Valverde. La oligarquía reaccionaba cada vez con mayor
virulencia, se opuso a la creación de la Caja Costarricense del Seguro
Social. El gobierno de Calderón Guardia avanzó el Capítulo de las
Garantías Sociales en la Constitución Política y luego el Código de
Trabajo que exacerbaron aún más los ánimos. Se decía que la empresa
privada desaparecería y los sindicatos tomarían el poder. Frente a esta
situación Manuel Mora optó por reforzar la alianza progresista, por eso
el artículo primero del Código de Trabajo dice: “El presente Código
regula los derechos y obligaciones de patronos y trabajadores con
ocasión del trabajo, de acuerdo con los principios cristianos de
Justicia Social” .
El Código de Trabajo estableció el
salario mínimo, la jornada laboral de ocho horas, el derecho a las
vacaciones, el derecho al pago de los días feriados, el preaviso y el
auxilio de cesantía en caso de despido sin causa, las condiciones
mínimas de higiene en el lugar de trabajo. Hizo realidad demandas que
empezaron a plantear movimientos de trabajadores y artesanos desde el
Siglo XIX. Como decía Manuel Mora:
“Nos dábamos cuenta de que
al impulsar esas leyes, estábamos haciendo nacer una etapa nueva de la
vida nacional, estábamos impulsando una verdadera revolución social en
nuestro país”.
Recientemente hemos tenido un debate y un
proceso parecido en el país con el trámite de la Reforma Procesal
Laboral (RPL), combatido fieramente por una parte de los empresarios e
incomprendido por una parte de la sociedad. La Asamblea Legislativa
aprobó esta Ley, luego de superar un complejo proceso de negociación son
los sindicatos y los patrones y un veto presidencial, el 14 de
diciembre de 2015 y empezó a regir el 25 de julio de 2017.
La
Reforma Procesal Laboral es una actualización a la realidad nacional y
laboral del Código de Trabajo de cara al Siglo XXI, que contó con el
apoyo decidido del Frente Amplio. Beneficia al trabajador y la
trabajadora del sector privado, que antes estaban desprotegidos (as),
crea mejores condiciones para la organización sindical y reduce los
tiempos de resolución de los conflictos en estrados judiciales, da forma
a la defensa pública gratuita.
No es casualidad que su balance, tras un año de vigencia, sea positivo. Así nos dice la magistrada Julia Varela Araya:
“La
población femenina en condición de vulnerabilidad ha sido muy
beneficiada, quienes se ven violentadas en sus derechos laborales por
razones de embarazo o lactancia, también las personas sindicalizadas y
grupos de personas trabajadoras de escasos recursos económicos, quienes
han tenido un acompañamiento legal que es necesario”.
El
Código de Trabajo ha sido remozado con la aprobación en la Asamblea
Legislativa de la Reforma Procesal Laboral que está permitiendo que
tengan acceso a la justicia trabajadores explotados, trabajadores
discriminados, las mujeres trabajadoras que sufren discriminación, por
ejemplo, por condición de lactancia, y eso es un avance que tenemos que
recordar en este momento.
Manuel Mora Valverde fue diputado en
cinco ocasiones y candidato presidencial en dos. Antes de la Guerra
Civil existía la carrera parlamentaria por lo que ocupó una curul desde
1933 hasta 1948 y después volvió a la Asamblea Legislativa para el
período constitucional de 1970 a 1974, electo por el Partido Acción
Socialista (PASO), mientras todavía permanecía proscrito el Partido
Comunista. Fue candidato presidencial del Bloque en 1940 y el PASO en
1974.
Desde 1934 se fundió su condición de diputado con la de
luchador social y político cuando estalló la gran huelga bananera
conducida por Carlos Luis Fallas y otros camaradas. En esos tiempos el
gobierno estaba al servicio de la “Mamita Yunai” y no había leyes que
regularan las condiciones laborales. Desde el parlamento Manuel Mora
presentó proyectos de ley sencillos para mejor las condiciones de vida y
de trabajo de los empleados de la bananera que fueron rechazados.
Mientras crecía la agitación y la indignación en las fincas que condujo a
la huelga. Finalmente la United Fruit Company fue obligada a negociar.
Al hacer un balance decía Manuel Mora Valverde:
“La huelga
terminó con un triunfo. Lo que habíamos perdido en el parlamento, lo
ganamos afuera, con los trabajadores organizados. No esperen concesiones
graciosas de los poderosos. NO crean que los grandes capitalistas y las
grandes compañías de Costa Rica les van a conceder sus derechos en aras
de una justicia social en la que ellos no creen”.
Manuel
Mora Valverde alimentó la prensa con sus escritos desde las páginas de
“Revolución” (1930-1931), “Trabajo” (1931-1951), “Adelante” (1952-1962) y
“Libertad” (1962-1989). Es decir, una trayectoria de casi 60 años de
educación popular a través de los medios escritos del partido, dando la
batalla ideológica permanente por las mentes y los corazones de la
ciudadanía y buscando siempre la elevación de la conciencia de lucha del
pueblo trabajador de la ciudad y el campo. Es una tarea pendiente de
los científicos sociales recoger y valorar históricamente la vasta
producción intelectual de Manuel Mora Valverde en los medios escritos
partidarios y en las actas de la Asamblea Legislativa.
Manuel
Mora Valverde tenía también una vibrante oratoria, era un pedagogo, un
agitador de masas y un propagandista sin igual, con claridad y sencillez
en el discurso. Por eso con propiedad solicitaba a sus copartidarios
poner atención al papel de la propaganda directa y emular aquella época
donde el trabajo “era fundamentalmente, de agitación de masas”, donde se forjaban líderes del pueblo. Decía Manuel Mora que “Los líderes no se estorban unos a otros. Por el contrario, ellos elevan la tarima del Partido en provecho de todo el proceso”.
En
los turbulentos años setentas y ochentas del siglo pasado en
Centroamérica y el Caribe a Manuel Mora Valverde le correspondió
impulsar a las fuerzas progresistas del cambio en la región y a la vez
negociar condiciones que impidieran escalar los niveles de guerra que
existían. Son conocidas sus gestiones a la par de don José Figueres
Ferrer y en conjunto con Fidel Castro, para abrirle paso a negociaciones
de paz.
En Costa Rica alentó la articulación de fuerzas
progresistas con la creación en el campo político de la Coalición Pueblo
Unido, donde participaron el Partido Vanguardia Popular, el Partido
Socialista Costarricense y el Movimiento Revolucionario del Pueblo, y en
el campo sindical con el nacimiento la Central Unitaria de Trabajadores
(CUT) primero y el Consejo Permanente de los Trabajadores (CTP)
posteriormente.
Rendir homenaje a Manuel Mora Valverde también
es rendirlo a sus camaradas de lucha, su hermano Eduardo Mora Valverde y
José Merino del Río, fundadores del Frente Amplio, partido que recoge
la concepción y la tradición del “comunismo a la tica” o “comunismo
criollo” y la adapta creativamente a las condiciones del Siglo XXI. Es
darle reconocimiento a Carmen Lyra, Carlos Luis Fallas, Luisa González,
Arnoldo Ferreto, Jaime Cerdas, Luis Carballo, Adolfo Braña, Alfredo
Picado, Joaquín Gutiérrez, Fabián Dobles, Emilia Prieto, Carlos Luis
Sáenz, Adela Ferreto, María Alfaro, Adolfo Herrera García, Rodolfo
Guzmán, Roberto Castellanos, Yamileth López, Pepe Romero, Virginia
Grütter y miles de militantes que no nos alcanza el tiempo para
mencionarlos. Particularmente hace falta saludar con entusiasmo en este
día a la compañera Alicia Albertazzi, una de las fundadoras del
movimiento de mujeres en Costa Rica, que pronto, el 18 de setiembre,
cumplirá 100 años de vida y es tal vez la última persona viva de la
generación fundadora del Partido Comunista que fundó Manuel Mora
Valverde el 16 de junio de 1931.
El legado principal de Manuel
Mora Valverde para las nuevas generaciones y lo que sigue vigente es su
concepción de “comunismo a la tica” que ahora llamamos en el Frente
Amplio “socialismo a la tica”. Eso significa en apretado resumen:
estudio profundo de la realidad nacional y partir de ello la elaboración
de un programa de transformación del Estado y la economía costarricense
en beneficio de los más desposeídos y discriminados; construcción de un
partido político con firmeza de principios y flexibilidad en sus
tácticas y política de alianzas con el fin de articular a los sectores
progresistas; hacer política comprendiendo la idiosincrasia nacional,
capacidad de lucha y de negociación en el parlamento como de
movilización en las calles, lugares de trabajo y estudio; unidad de la
lucha política y la lucha social; lucha ideológica (batalla de ideas) en
los medios escritos y con la comunicación directa, cara a cara, con la
población; formación de un liderazgo colectivo vinculado al pueblo.
Y a propósito de la reforma fiscal en discusión, recuerdo un discurso
de Manuel Mora de los años 40, pero que tiene mucha vigencia en estos
tiempos:
“El pueblo no resiste ya más cargas tributarias. El
pueblo no quiere que se repita el caso del baturro que queriendo
calmarle a un perro el hambre le cortó su propio rabo y se lo dio de
comer. En otras palabras, el pueblo no quiere que se le amargue más la
vida con impuestos directos e indirectos, pretextando que esos impuestos
tienen por objeto favorecerlo a él mismo. La verdad es una: que en
Costa Rica sólo el pueblo tributa. Los grandes rentistas no tributan,
los rentistas disfrutan tranquilamente de sus rentas, nuestro criterio
es que ha llegado la hora de establecer el impuesto sobre la renta…”
Lamentablemente estamos frente a una situación parecida. La
transformación del Impuesto sobre las Ventas al Impuesto de Valor
Agregado (IVA) es un avance, pero no deja de ser un impuesto regresivo
que tendría que estar acompañado de una devolución a las familias más
desfavorecidas, el 20% de los hogares que viven en la pobreza sin poder
satisfacer las necesidades básicas, las 600 mil familias de los estratos
más pobres, las 230 personas desempleadas.
Y se continúa
protegiendo desde el Estado a los más poderosos. No se quiere aumentar
un 2% al impuesto sobre las utilidades de grandes contribuyentes que
brindaría ₡60 mil millones de colones al año. No se quiere convertir en
delito la elusión fiscal, ni prohibir que se otorguen exoneraciones a
personas físicas o jurídicas que no están al día con el fisco o con la
seguridad social.
Sigue entonces vigente el pensamiento de
Manuel Mora, la lucha para no perjudicar al pueblo con más impuestos y
que pague cada quién de acuerdo a sus utilidades. Hace falta una reforma
fiscal más progresiva y más progresista, no la que se discute
actualmente en la Asamblea Legislativa.
Fuentes:
-Asamblea Legislativa de Costa Rica. Declaratoria de Benemérito de la Patria al licenciado Manuel Mora Valverde, expediente Nº 12.062. Acta de la sesión plenaria No. 13 del día martes 19 de mayo de 1998.
-Alvarenga Venutolo, Patricia. Las mujeres del Partido Vanguardia Popular en la constitución de la ciudadanía femenina en Costa Rica, 1952-1983. Escuela de Historia, Universidad de Costa Rica, s.f.
-Despacho del Diputado José Merino del Río. Manuel Mora y el Código de Trabajo. Asamblea Legislativa de Costa Rica, 2008.
-Escuela de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Estatal a Distancia. Manuel Mora Valverde. En Revista Espiga, Volumen XI, Número 24, julio – diciembre 2012, EUNED.
-Molina Jiménez, Iván. Orígenes de la reforma social en Costa Rica: Iglesia Católica y comunistas en la década de 1940. Iconos, Revista de Ciencias Sociales, No. 25, Quito, Ecuador, FLACSO, mayo 2006.
-Mora Valverde, Manuel. Discursos (1934-1979). San José, Editorial Presbere, 1980.
-Mora Valverde, Manuel. La propaganda directa. San José, Comisión Nacional de Propaganda del Partido Vanguardia Popular, 1983.
-Observatorio Judicial. Reforma laboral potenció defensa de derecho de trabajadores . Edición digital No. 227, de 8 de agosto de 2018.
-Partido Vanguardia Popular. Por qué lucha Vanguardia Popular. Folleto para las elecciones parlamentarias de 1946. S.f.
-Partido Vanguardia Popular. Manuel Mora cumple 70 años: Toda una vida dedicada a la lucha por el bienestar popular, la democracia y el socialismo. Revista Trabajo. Cuarta época, Año 2, Número 4, julio – agosto 1979.
-Picado Gatjens, Miguel. Secretos de un Acuerdo: Monseñor Sanabria y Manuel Mora, junio de 1943. San José, Costa Rica: EUNED, 2013.
-Rivera Figueroa, Laura María. Congreso
Constitucional restablece la educación universitaria: Aprobación de la
Ley Orgánica de la Universidad de Costa Rica, 26 de agosto de 1940. Departamento de Servicios Parlamentarios de la Asamblea Legislativa, 2010.
José María Villalta Flórez-Estrada es Diputado del Frente Amplio
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