Por Odalys Buscarón Ochoa
Moscú,
7 ago (PL) Las recientes disposiciones del presidente Vladimir Putin y
los pasos del gobierno ruso en defensa de la economía y la seguridad
nacionales asoman hoy como efectos de boomerang para la política de
sanciones unilaterales de Occidente contra este país.
Una semana después de que la Unión Europea (UE) adoptara el tercer
paquete de restricciones en contra de Rusia y Estados Unidos anunciara
medidas punitivas adicionales, el presidente Putin dispuso el cierre por
un año del mercado ruso a los países que impusieron sanciones.
Washington y Bruselas optaron por la añeja política del garrote como
instrumento de presión sobre Moscú para un cambio de postura en relación
con Ucrania, sin conseguirlo.
Para el titular del comité de
relaciones internacionales de la Duma estatal (cámara baja), Alexéi
Pushkov, el curso elegido por la Casa Blanca en relación con Rusia
condujo tan solo a una reducción de los resortes de presión sobre la
política exterior de su país.
Estados Unidos y aliados europeos
acusan al Kremlin de apoyar a las milicias de autodefensas y de no
contribuir a una distensión del conflicto interno ucraniano.
Putin reiteró la víspera a la canciller alemana, Angela Merkel, que Kiev
tiene toda la responsabilidad por lo que acontece en la vecina nación,
donde se prolonga el conflicto por las acciones de fuerza del Ejército
en el sureste ucraniano.
Dentro del gobierno ruso y entre
expertos existe coincidencia en que las represalias enfiladas a
debilitar la economía con afectaciones a sectores específicos
contribuirán en alto grado a una reorientación hacia las posibilidades
internas, además de una reestructuración del comercio.
Al
respecto, el vicecanciller Vasili Nebenzya destacó que en las actuales
circunstancias, la cooperación económica con la región de Asia Pacífico
reviste una importancia crucial, y la alianza con China es un ejemplo.
El régimen de las sanciones implantadas por Estados Unidos y la UE no
solo representan un desafío sino que abren una ventana de posibilidades
en el plano de la diversificación de la economía y de la cooperación
internacional, subrayó el diplomático.
La veda decretada por
Putin al ingreso de mercaderías y productos se extendió a Canadá,
Australia y Japón, además de Estados Unidos y el bloque de los 28 socios
comunitarios.
Según anunció el ayudante del titular de la
agencia de inspección fito sanitaria Rosseljoznadzor, Alexei Alekseenko,
las restricciones al mercado ruso abarcan por ahora los cárnicos y
productos agrícolas estadounidenses, así como frutas y vegetales
provenientes de la UE.
Fuentes gubernamentales rusas citadas por
medios locales dijeron que el Gobierno inició consultas comerciales con
algunos estados latinoamericanos como Argentina, Brasil, Ecuador y
Chile para incrementar la importación de carnes y productos agrícolas.
Desde Minsk, el viceministro de Agricultura Leonid Marinich afirmó este
jueves que Belarús tiene las condiciones para suministrar alimentos a
Rusia, en lugar de los países que implantaron sanciones en su contra.
Estamos listos a sustituir a los países occidentales en muchas
posiciones, en particular en los alimentos, puntualizó el funcionario
belaruso.
De acuerdo con lo dispuesto por el presidente Putin,
el gabinete del primer ministro Dmitri Medvedev prepara una lista de los
productos de aquellos países participantes en las sanciones contra
Moscú que serán sujetos a las prohibiciones de ingreso al mercado ruso.
tgjoda
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