Estamos con Evo
Teresa Maniglia
teresamaniglia@yahoo.com
En septiembre del año pasado, estábamos en el Estado Bolívar con motivo de una visita de trabajo y allí estaba Evo Morales. Realmente estaba emocionado de visitar el lugar porque sentía el suelo de la historia estremecerle el alma. ¿Por qué? Muy sencillo: Evo Morales nació en Orinoca, un cantón compuesto por tres ayllus, que son la estructura indígena aymara y ahora estaba frente al Orinoco…De Orinoca a Orinoco… y Simón Bolívar se presentía hasta en el aire. Además, estaba llegando de su tierra, donde tan sólo horas antes había presidido el acto con motivo del día de la alfabetización. Allá daba sus pasos el plan para sacar del analfabetismo a más de un millón de personas, el mismo método que usamos en Venezuela y que a las dos naciones se lo enseñó Cuba. Venía conmovido, ¡no era poca cosa! Porque quería que su Bolivia fuera “el tercer o cuarto país sin analfabetismo” ¡cómo lo logramos nosotros, pues!
Nunca lo he dicho pero el rostro de Evo tiene la particularidad de llamar profundamente la atención, porque además de que expresa sin palabras, desprende un brillo de decisión verdaderamente interesante. Demuestra disposición, entrega y persistencia. Siempre he observado esas particularidades en este personaje, no ha perdido la humildad y sencillez aun cuando lleva las riendas de un país tan difícil y sublime a la vez como lo es Bolivia. Créanme, he visto a muchos políticos y muy pocos tienen ese halo.
Pero decía que aquel día en Bolívar, tuve la oportunidad de conversar un poco con él, incluso, logré grabarle unas palabras que calaron muy hondo en mi alma. Entonces, me habló de sus sueños, que no eran asuntos individuales, como los tenemos la mayoría, sino deseos nacionales. En ese tono reposado, mientras la vista se le iba en una inmensidad ante la belleza del río, aseveró que soñaba con una “Bolivia libre”, pero no como se usa el término “libre” en la retórica de cualquier político, ¡No! Evo suspiro desde sus entrañas y comenzó a narrar esa libertad de igualdad, de conocimiento, de sensibilidad y unión para su pueblo. Ese día, la voz se le entrecortó varias veces, insistía en que no es posible que en esta época todavía existan personas que discriminen a los nacidos en su propia tierra, que crean que unas monedas, unas propiedades, una ropa, una posición, en fin, cosas materiales, los vuelvan creyentes de un privilegio y un don especial. Condenaba la avaricia como una plaga a erradicar y exaltaba la belleza de lo humano, cuando es posible ver a todos como hermanos y compartir en conjunto no una mirada frente a frente, porque te pierdes el mundo, sino una visión hacia una misma dirección que nos permita a todos abrir el panorama para un bienestar común.
Desde que llegó al poder este hombre, no ha hecho más que luchar y luchar, no por sus ideales de grandeza, sino por la grandeza ideal de su patria. Como buen indígena, persevera y se mantiene. Hoy cuando desde la hermana tierra llegan tantas noticias preocupantes, cuando el imperio tambien allá quiere re-establecer sus tentáculos de viejos tiempos, cuando lo veo enfrentarse con la dignidad hecha roble y la perseverancia mantenida en muralla, yo voy a Evo Morales. No es mucho lo que puedo hacer, pero llamo a la Corte Indígena para que lo proteja, evoco a los guerreros de otros siglos, para que vayan a “Bolivia hecho millones”. A él y a su pueblo bueno los quiero ver triunfar en esta nueva batalla. La historia de la hija predilecta de Bolívar, merece esa victoria.
Esta semana de abril, volvió Evo por Caracas, la cita del ALBA, reunió a los solidarios. Cuando llegó le vi el rostro, esta vez por televisión y me dolió el alma y los recuerdos me arrancaron las lágrimas. Su piel marcaba en trazos la narración de la historia que se está viviendo en su tierra; es la lucha, y de pronto me supo amargo abril, recordé “el otro abril” el que vivimos en Venezuela con nuestro Chávez. Es verdad, a Evo le quieren dar un golpe, no de esos que se llaman “suaves”, este viene con fuerza porque la canalla se retuerce. Nunca olvidaré el rostro del presidente Hugo Chávez cuando se lo llevaron preso la madrugada del 12 de abril del 2002, podría pasar horas describiéndolo y no sería suficiente para definir “el dolor por todos”. Pero la diferencia con el ahora es que hemos crecido. Aquella vez no teníamos ALBA, tuvimos amanecer a ¡Dios Gracias! Porque el pueblo marcó la hora, pero pasamos momentos de espinoso tormento. Hoy para Evo tiene que ser diferente. Hoy Bolivia somos todos y el imperio no nos puede derrumbar a todos. Hagamos ya el 13 de abril para esa nación que lo espera. Evo es lo mejor que le ha pasado a Bolivia, es ya no solo la promesa, sino la verdad de transformación, superación y respeto del pueblo. Siempre me gustó mucho el nombre de ALBA para la alternativa bolivariana, porque significa que “Amanece, siempre amanece y nos da la oportunidad que el sol se vea más bonito” pero para verlo, hay que vencer las tinieblas. Una vez más estamos a prueba y aunque el himno de mi tierra no es el mismo en La Paz, nos unen los libertadores del pasado que se levanta. Oye Bolivia: “Y si el despotismo levanta la voz, seguid el ejemplo que Caracas dio”…hoy mañana y siempre: ¡Gloria al bravo Pueblo! Desde Venezuela, VOY A EVO… ¡Boliviano! ¿Tu qué dices?
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