En el documento del jefe del
Comando Sur, almirante Kurt W. Tidd, presentado en el Comité
Senatorial de Fuerzas Armadas de Estados Unidos en febrero, se reitera
la narrativa sobre Venezuela que los imperialistas han impuesto en los
medios de comunicación planetarios: la de un
régimen dictatorialcolapsado, convulsionado, con una crisis política, económica y humanitaria, marcada por la escasez de medicinas, comida y energía eléctrica, y en la que 93 por ciento de los venezolanos no pueden cubrir sus necesidades alimentarias y con un
éxodode medio millón de personas fuera del país. Claro, el inhumano bloqueo político, financiero y de mercancías de primera necesidad por parte de Estados Unidos, sus aliados y los grupos oligárquicos de la oposición fascista no son mencionados en el
acuciosodiagnóstico del almirante-sociólogo. Asimismo, el categórico triunfo electoral del presidente Nicolás Maduro, con 67 por ciento de los votos válidos y un acompañamiento de observadores electorales de diversas posiciones políticas, avalando la legitimidad del proceso, refutan esta visión catastrófica. La mentira cae por su propio peso.
El almirante advierte que, pese a amenazas y retos en el hemisferio
de actores estatales y no estatales, internos y externos, Estados Unidos
ha logrado construir una red regional de seguridad y fortalecer la
capacidad, capacitación e interoperatividad, así como profundizar
información y relaciones con sus aliados regionales
comprometidos y capaces. El jefe del Comando Sur destaca con mucho entusiasmo los avances de sus aliados: El Salvador, Guatemala, Honduras, Belice, Panamá, Colombia, Perú, Chile, Brasil, Trinidad, Tobago, Argentina y Ecuador.
Tidd rinde tributo a los aparatos de seguridad de estos países como
piezas claves en la tarea de coadyuvar en labores de la seguridad
nacional de Estados Unidos. Sin embargo, el aliado predilecto de Estados
Unidos es Colombia; Tidd no ahorra adjetivos:
Como socio de la OTAN, ancla de la estabilidad regional y colaborador emergente de los desafíos de la seguridad global, Colombia sigue siendo un amigo leal cuyo liderazgo es fundamental para enfrentar las amenazas regionales.
Recomienda una reorganización interna del Comando Sur para enfrentar eficientemente
las amenazas criminales y extremistas desde su origen. Informa que Panamá, Trinidad y la República Dominicana, al igual que Guatemala y El Salvador han incrementado intercepciones marítimas exitosas en apoyo directo y bajo el mando de fuerzas militares de Estados Unidos, con operaciones navales y aéreas. Igualmente Brasil, Chile, Perú y Colombia participan en estas
operaciones multinacionales.
De todos estos países, el almirante vuelve a destacar a Colombia como
aliado indispensable:
Hoy en día es inconcebible que permitamos cualquier disminución de nuestros lazos con Colombia.Se refiere al papel de este país como
lídery exportador neto en materia de seguridad para México, América Central y el Caribe.
Por medio del Comando Sur se fortalece la cooperación de los aparatos de seguridad de los
aliadoslatinoamericanos con el FBI, la DEA y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Tidd hace apología de la
ayuda humanitariaque Estados Unidos brinda desinteresadamente a los países de la región por conducto de su base aérea Soto Cano en Honduras, para responder presuntamente a desastres naturales y promover cooperación en materia de seguridad, todo ello en concurrencia con el Departamento de Estado y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, también conocida por sus siglas en inglés, USAID que, como hermanitas de la caridad, están muy preocupadas por mejorar la
gobernanzay
prevenir el crimen y la violencia, promover la prosperidad y extender la presencia del Estado mediante sus compromisos médicos y humanitarios. Con estas coberturas
altruistas, la base Soto Cano de Honduras es la sede de un sofisticado centro de análisis de inteligencia conocido como Forensic Explotation and Analysis Center, el primero de su tipo en América Central.
Tidd también resalta el fortalecimiento de las relaciones del Comando
Sur con el Comando Norte y el Cuerpo de Marinos Norte que han llevado a
cabo operaciones combinadas multinacionales y trasregionales con
fuerzas de seguridad mexicanas, guatemaltecas y beliceñas, de las cuales
el Senado de México parece no tener noticia.
En suma, de este documento se infiere que una eventual acción militar
de Estados Unidos, directa o indirecta, contra Venezuela, podría darse
desde Colombia, ahora flamante integrante de la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN). Asimismo, es de lamentar el papel de las
fuerzas armadas y los aparatos de seguridad de los países
aliados(incluyendo México, en el Comando Norte) que, actuando como ejércitos de ocupación y represión de sus propios pueblos, están al servicio de los intereses estratégicos de Estados Unidos en América Latina, como dóciles instrumentos del imperio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario