Immanuel Wallerstein
Savannah Guthrie, comunicadora de NBC, entrevistó este viernes a Michael Wolff, autor del libro Fuego y furia, el cual desagradó y molestó al presidente estadunidense, Donald TrumpFoto Ap
Iba yo a escribir de
las elecciones en Cataluña o de los debates en Australia sobre lo que
deberían hacer en relación a las rivalidades estadunidense-china en el
sureste asiático. Considero ambos tópicos de importancia crucial para el
futuro inmediato de nuestro sistema-mundo capitalista. Pero lo que todo
mundo quiere discutir, me parece, es al señor Trump –qué va a decir
ahora, y si importa.
La cuestión que la gente se pregunta, tanto amigos como adversarios,
es: ¿podrá durar? Yo no solía pensarlo, pero ahora lo hago y aquí digo
por qué. ¿Qué es lo que sabemos de la situación actual? Trump es
vastamente impopular y los resultados de sus encuestas, ya ahora bajos
en extremo, bien podrían muy pronto bajar más.
Trump alega que los resultados bajos en sus encuestas son noticias
falsas. Y parece que él mismo lo cree así. Trump actúa para satisfacer
su ego. Mide sus logros a través de su habilidad para mantenerse en el
cargo ahora, ganar la reelección en 2020 y mantenerse en su puesto hasta
2024.
Pienso que éstas son sus tácticas. Primero, busca mantenerse como
noticia constantemente, aun si son noticias negativas. Noten que este
comentario mío demuestra que lo logró conmigo. Una de los pocas cosas
perspicaces que Trump ha dicho es que muchas de las ventanas noticiosas
mismas sobreviven porque hablan de él. De otra manera, Trump dice,
muchas ya estarían en bancarrota.
No obstante, mantenerse en las noticias no es suficiente. Trump busca
siempre seguir polarizando los escenarios de la opinión pública
estadunidense y mundial. Mientras más polarizados estén los residentes y
votantes estadunidenses más seguro estará él. Pende sobre él la amenaza
del posible hallazgo, por parte de un gran jurado, de que procuró y
recibió asistencia rusa en su elección de 2016. Por supuesto que Trump
niega esto. Pero sus minions también atacan implacables a
cualquiera que aporte o brinde evidencia de que haya cometido alguna
ilegalidad: su lema es que nunca hay que admitir ni la más mínima cosa. Y
hacen lo que sea necesario para negarle credibilidad a sus críticos.
¿Puede Trump ser llevado a juicio? Conforme avanza el tiempo, parece
cada vez más improbable. Y aun si el Senado estadunidense votara por
mayoría este juicio, esto meramente enviaría el asunto a la cámara de
representantes. Ahí se requieren dos tercios de la votación para
condenarlo. ¿Le podrán negar una candidatura republicana en 2020? Sería
muy poco plausible, pues Trump podría contender como independiente y
esto sin duda garantizaría una victoria demócrata.
La consecuencia en las elecciones de una jugada contra Trump
vendría de dos factores. El núcleo de los considerados súper leales se
negará a apoyar a cualquier político que intente echar a Trump. Al mismo
tiempo, sus simpatizantes
suavespodrían también abstenerse de votar por Trump por el descontento que existe con sus posiciones
extremas. Obviamente serán los demócratas los que ganen. Algunos analistas prevén lo que se conoce como elección por oleadas –victorias demócratas a todo lo ancho.
La amenaza de un arrasamiento demócrata tiende a reunificar a los
republicanos y de algún modo dividir a los demócratas que están
debatiendo sus propias tácticas. Lo crucial es recordar que Trump nunca
se irá calladamente –¡Trump es golpeteo! Luchará como un tigre herido
hasta el final. Perpetrará cualquier acto, por escandaloso que sea, si
eso le ayuda a impulsar su causa. Ésta es, entonces, su fortaleza
personal. Yo, personalmente, no pienso que una reelección de Trump vaya a
ser tan desastrosa. Creo, como muchos, que un presidente Pence sería
mucho más grave para las causas progresistas que un presidente Trump
–sólo que habrá un poco menos de golpeteo.
En el resto del mundo, Trump no tiene poder. Sin embargo, este simple
hecho lo puede hacer muy peligroso. Y conforme se mueve de una total
ignorancia acerca del mundo a entender un poco, comete más y más
errores. Entonces pierde más y más su capacidad –y en consecuencia la de
cualquier futuro presidente de Estados Unidos– de poder ganar con
alguna ventaja diplomática. Pero él es peligroso, porque controla el
lanzamiento de armas nucleares estadunidenses con una propensión
irreprimible a proferir amenazas provocadoras, sin estar preparado para
llevarlas a cabo.
Estamos, me temo, atorados con el golpeteo de Trump. Pero eso no
significa que no seamos capaces de obtener algunas victorias para las
causas progresistas. Debemos concentrarnos en lo que nosotros podemos
hacer y no en lo que Trump podría acometer.
Traducción: Ramón Vera-Herrera
© Immanuel Wallerstein
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