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jueves, 11 de septiembre de 2014



Natasha Pitts
Adital

En el contexto de los Diálogos de Paz, en el cual las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y el gobierno colombiano están tratando el tema de las víctimas del conflicto, la guerrilla divulgó un relato inédito de Diana -una de sus integrantes- sobre la historia de la dirigente política, actualmente diputada derechista, Clara Rojas (Partido Liberal). En el relato, la guerrillera explicita que Clara no tiene derecho a presentarse como una víctima de las Farc. Ante las críticas voraces disparadas después de la divulgación de la declaración de la guerrillera, las Farc, a través de un comunicado, reafirmaron el derecho de Diana a narrar sus vivencias en la selva, tal como lo hizo la diputada al escribir su biografía.


La historia de Clara Rojas con la guerrilla comenzó con el secuestro de Ingrid Betancourt, en febrero de 2002. Las Farc ya habían avisado a los políticos en campaña presidencial que no se arriesgaran a ir a la antigua zona de distensión en San Vicente del Caguán, pero Ingrid habría desafiado el alerta y fue capturada. Con ella, viajaban Clara, un chofer y un guardia de seguridad. En el momento de la detención, todos fueron dispensados, excepto Ingrid, pero la diputada se habría negado y dicho que se quedaría, afirmando que cualquier cosa que le sucediera a Ingrid debería sucederle a ella. Así, los integrantes del Bloque Sur terminaron llevándose a las dos.

De acuerdo con el relato de Diana, las prisioneras gozaban de cierta libertad en el campamento y jamás quedaron amarradas, lo que posibilitó intentos de fuga en dos ocasiones. Esa "libertad” también permitió que Clara quedara embarazada de uno de los guerrilleros, que trabajaba como guardia. Como este tipo de relación no está permitido en la guerrilla, todo habría ocurrido a escondidas y por libre y espontánea voluntad de Clara, a pesar de que ésta haya declarado su arrepentimiento posteriormente.

Al descubrir el embarazo, cuenta Diana, Clara e Ingrid se pelearon y rompieron relaciones por algún tiempo. Por otro lado, la gestación habría sido motivo de alegría entre los demás prisioneros, que comenzaron a confeccionar ropas y utensilios para el bebé. Pero según Diana, la futura madre no expresaba alegría, por el contrario, tenía incontrolables ataques de furia y se golpeaba la panza, diciendo que quería perder el bebé. La guerrillera recuerda que Clara gritaba que no sabía como iba a explicar al país la existencia de aquel niño. Durante ese período, la actual diputada habría quedado bajo cuidado y observación.

Según el relato, Clara tuvo un parto difícil, pedía morir, y no logró expulsar al niño naturalmente, pues decía no tener fuerzas. Los enfermeros, aun sin práctica, hicieron una incisión y retiraron al niño, cuyo brazo se fracturó. A partir de ahí, los cuidados con ambos fueron redoblados. Varias mujeres habrían amamantado al bebé, pues Clara no tenía leche, ofrecido todos los cuidados necesarios y también enseñado a la madre cómo cambiar pañales, bañar y alimentar al bebé.

Diana cuenta que el niño pasó tres días llorando mucho, lo que hizo que Ingrid pidiera que alejaran al bebé de la madre, pues alegaba que Clara lo estaba maltratando e iba a dejarlo morir. Pidió, por lo menos, que las guerrilleras que llevaban alimento al niño verificaran cómo estaba. Después de que el pedido fue aceptado, se descubrió que el bebé tenía los testículos y el pene en carne viva y que el brazo fracturado no tenía ataduras.

Después de eso, Clara sólo podría estar con el niño dos veces por día. En uno de esos momentos, ella habría herido a propósito el brazo fracturado del hijo. Después del episodio, sólo tuvo permiso para ver al niño de lejos.

Cuando el enfrentamiento con el Ejército colombiano se hizo intenso, se decidió que el niño sería puesto bajo el cuidado de una familia campesina. Diana recuerda que la decisión, sin duda, fue temporaria y autocrática, pero necesaria en virtud de la naturaleza de la confrontación que se desarrollaba.

En 2008, Clara fue liberada junto con Consuelo González de Perdomo. Ambas fueron entregadas a una delegación humanitaria del Comité Internacional de la Cruz Roja y al gobierno venezolano. Hoy, Clara Rojas es representante de la extrema derecha en la Cámara colombiana y se presenta como víctima de la guerrilla. "Con la mano en el corazón, puedo decirles que no tiene ese derecho”, reclama Diana.

Con informaciones de Anncol.

Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com

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