Natasha Pitts
Adital
En el contexto de los
Diálogos de Paz, en el cual las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(Farc) y el gobierno colombiano están tratando el tema de las víctimas del
conflicto, la guerrilla divulgó un relato inédito de Diana -una de sus
integrantes- sobre la historia de la dirigente política, actualmente diputada
derechista, Clara Rojas (Partido Liberal). En el relato, la guerrillera
explicita que Clara no tiene derecho a presentarse como una víctima de las
Farc. Ante las críticas voraces disparadas después de la divulgación de la
declaración de la guerrillera, las Farc, a través de un comunicado, reafirmaron
el derecho de Diana a narrar sus vivencias en la selva, tal como lo hizo la
diputada al escribir su biografía.
La historia de Clara
Rojas con la guerrilla comenzó con el secuestro de Ingrid Betancourt, en
febrero de 2002. Las Farc ya habían avisado a los políticos en campaña
presidencial que no se arriesgaran a ir a la antigua zona de distensión en San
Vicente del Caguán, pero Ingrid habría desafiado el alerta y fue capturada. Con
ella, viajaban Clara, un chofer y un guardia de seguridad. En el momento de la
detención, todos fueron dispensados, excepto Ingrid, pero la diputada se habría
negado y dicho que se quedaría, afirmando que cualquier cosa que le sucediera a
Ingrid debería sucederle a ella. Así, los integrantes del Bloque Sur terminaron
llevándose a las dos.
De acuerdo con el relato
de Diana, las prisioneras gozaban de cierta libertad en el campamento y jamás quedaron
amarradas, lo que posibilitó intentos de fuga en dos ocasiones. Esa "libertad”
también permitió que Clara quedara embarazada de uno de los guerrilleros, que
trabajaba como guardia. Como este tipo de relación no está permitido en la
guerrilla, todo habría ocurrido a escondidas y por libre y espontánea voluntad
de Clara, a pesar de que ésta haya declarado su arrepentimiento posteriormente.
Al descubrir el embarazo,
cuenta Diana, Clara e Ingrid se pelearon y rompieron relaciones por algún
tiempo. Por otro lado, la gestación habría sido motivo de alegría entre los
demás prisioneros, que comenzaron a confeccionar ropas y utensilios para el
bebé. Pero según Diana, la futura madre no expresaba alegría, por el contrario,
tenía incontrolables ataques de furia y se golpeaba la panza, diciendo que quería
perder el bebé. La guerrillera recuerda que Clara gritaba que no sabía como iba
a explicar al país la existencia de aquel niño. Durante ese período, la actual
diputada habría quedado bajo cuidado y observación.
Según el relato, Clara
tuvo un parto difícil, pedía morir, y no logró expulsar al niño naturalmente,
pues decía no tener fuerzas. Los enfermeros, aun sin práctica, hicieron una
incisión y retiraron al niño, cuyo brazo se fracturó. A partir de ahí, los
cuidados con ambos fueron redoblados. Varias mujeres habrían amamantado al
bebé, pues Clara no tenía leche, ofrecido todos los cuidados necesarios y también
enseñado a la madre cómo cambiar pañales, bañar y alimentar al bebé.
Diana cuenta que el niño
pasó tres días llorando mucho, lo que hizo que Ingrid pidiera que alejaran al
bebé de la madre, pues alegaba que Clara lo estaba maltratando e iba a dejarlo
morir. Pidió, por lo menos, que las guerrilleras que llevaban alimento al niño
verificaran cómo estaba. Después de que el pedido fue aceptado, se descubrió
que el bebé tenía los testículos y el pene en carne viva y que el brazo fracturado
no tenía ataduras.
Después de eso, Clara
sólo podría estar con el niño dos veces por día. En uno de esos momentos, ella habría
herido a propósito el brazo fracturado del hijo. Después del episodio, sólo
tuvo permiso para ver al niño de lejos.
Cuando el enfrentamiento
con el Ejército colombiano se hizo intenso, se decidió que el niño sería puesto
bajo el cuidado de una familia campesina. Diana recuerda que la decisión, sin
duda, fue temporaria y autocrática, pero necesaria en virtud de la naturaleza
de la confrontación que se desarrollaba.
En 2008, Clara fue liberada
junto con Consuelo González de Perdomo. Ambas fueron entregadas a una
delegación humanitaria del Comité Internacional de la Cruz Roja y al gobierno
venezolano. Hoy, Clara Rojas es representante de la extrema derecha en la Cámara colombiana y se
presenta como víctima de la guerrilla. "Con la mano en el corazón, puedo
decirles que no tiene ese derecho”, reclama Diana.
Con informaciones de
Anncol.
Traducción: Daniel
Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com
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