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miércoles, 18 de marzo de 2009

Ha llegado carta… Malas noticias para los chilenos


Fernando Barraza
(especial para ARGENPRESS.info)
A deferencia del mítico personaje de Gabriel García Márquez, los chilenos sí tienen quién le escriba: los remitentes son las Administradoras de Fondos de Pensiones, que, en estos días, les informan de las cuantiosas pérdidas de sus ahorros previsionales.Al igual que todos los habitantes del planeta, los chilenos ya no reciben cartas, salvo reiterados avisos de sus crecientes deudas o la notificación de un juicio de parte de alguno de sus acreedores.
El pintoresco “cartero”, un personaje familiar, que atendía cada domicilio durante años y que formaba parte del paisaje costumbrista urbano, ha desaparecido para siempre, dando lugar a mensajeros privados, que reparten gratuitamente las amenazas de las empresas de cobranzas.Pero, aunque Internet ha reemplazado al mítico “cartero”, en las últimas semanas, millones de chilenos, han estado recibiendo en sus domicilios, unas conceptuosas comunicaciones personalizadas, aunque de redacción uniforme.
En ellas, las Administradoras de Fondos de Pensiones, conocidas por la sigla de AFP, les informan que, en el último cuatrimestre del año pasado (de septiembre a diciembre del 2008) han “perdido” una cuantiosa cantidad de dinero, que disminuye sus ahorros previsionales, lo que, por cierto, perjudicará la suma mensual que recibirán al momento de acogerse a jubilación.Más allá de buenas palabras y explicaciones alambicadas, la fría realidad es dramática: las AFP han perdido 18 billones de pesos chilenos del Fondo de Pensiones, en el curso de la crisis, lo que equivale a la revalorización neta del total del Fondo, desde que fue creado en 1981, hasta ahora, expresada en moneda actual.Es decir, perdieron TODO el aporte de su gestión en inversiones del Fondo.
Pese a ello, muy sueltas de cuerpo, estas “Administradoras” le han cobrado por sus servicios a sus afiliados, 9,3 billones de pesos, en el mismo período, lo que equivale a uno de cada tres pesos cotizados.Esto contradice abiertamente, tanto las explicaciones de las cartas personales, como el contenido del aviso de una de las AFP, publicado a página completa en los principales diarios del país, por cierto, pagado con dinero de los afiliados, en que se afirmaba que las pérdidas sólo habían anulado las ganancias extraordinarias de los últimos años, dejando intactas las de años anteriores.
La carta y la verdadEn mi caso personal, la misiva de la AFP en que estoy inscrito, me informa que, entre septiembre y diciembre del año pasado, he “perdido” la suma de 1.157 dólares (694.308 pesos chilenos). Cabe destacar que soy un muy modesto ahorrista, perjudicado por la dictadura de Pinochet (justamente la que impuso el sistema, sin consultar a nadie), y que recibo, de esa misma AFP, una pensión de $104.079 mensuales, equivalentes a 173 dólares.
Vale decir, en el mismo cuatrimestre en que recibí 694 dólares (416.316 pesos chilenos), con cargo, por cierto, a mis exiguos fondos, “perdí”, gracias a la gestión de la AFP, en la que no tuve arte ni parte, la cantidad de 1.157 dólares (ó 694.308 pesos), deducidos, también, lógicamente de mis escasas reservas que, con todas estas deducciones, se redujeron de 25 mil dólares ($ 14.998.596), que era mi saldo provisional al agosto del 2008, a 23.132 ($ 13.879.334), que es lo que ahora me va quedando.Platas más, platas menos, algo similar le ha ocurrido a todos los chilenos, con la diferencia que hay amigos y parientes, entre ellos mi hijo mayor, que han perdido cuatro y medio y hasta cinco millones de pesos (8.333 dólares).
Frente a semejante desastre, don José Antonio Guzmán Matta, presidente de la AFP Hábitat, que es quién firma mi carta, y que, casualmente, fue un entusiasta partidario de la dictadura pìnochetista, me expresa textualmente:“No nos deja indiferente esta situación y aunque entendemos que es producto de una crisis global que afecta a todas las inversiones con una dimensión ocas veces vista, puedo garantizar que estamos haciendo todos los esfuerzos para contener y revertir esta circunstancia.”¿Me pregunto si, entre esos esfuerzos, se incluye reducirle el sueldo al señor José Antonio Guzmán Matta…?
Mi honorable remitente, más adelante, me plantea:“Creemos que en todo lo ocurrido hay lecciones que aprender. Una de ellas es que debemos reforzar, aún más, la relación con nuestros afiliados, para que dentro de la libertad y responsabilidad que les concede la ley en cuanto a la elección del fondo en que quieren mantener sus ahorros previsionales, tomen sus decisiones con la mayor y mejor información que podamos proveerles.”¡Que consuelo para situaciones similares en el futuro…!
¿Hasta cuando se hacen los lesos?La verdad es rotunda: el sistema de Administradora de Fondos de Pensiones está liquidado. Sus afiliados, en el presente, sencillamente no pueden pensionarse. Los fondos de pensiones se han hundido en forma tal, que han bajado entre un tercio y la mitad para la mayoría de los afiliados, incluidos los que están a punto de jubilar y no podrán hacerlo.Hoy en día, el dinero de los millones de los trabajadores chilenos, ahorrados con el esfuerzo de toda una vida laboral y “expropiados” por los grandes grupos económicos, que controlan las Administradoras de Fondos de Pensiones, ya no existe., ya que las AFP lo pedieron, apostándolo en la ruleta rusa financiera.
Las autoridades del gobierno de la Concertación, hasta ahora, no han hecho absolutamente nada. Los candidatos presidenciales, el empresario Sebastián Piñera, de la derecha aliancista, y el empresario Eduardo Frei, de la derecha concertacionista, no han formulado ni una sola propuesta que permita paliar siquiera las pérdidas de los más modestos ahorristas.Las pérdidas van a seguir aumentando y la supuesta “recuperación” puede tomar dos décadas o más. Entretanto, el sistema, inventado por José Piñera, hermano del candidato aliancista y ex ministro de la dictadura, sigue vigente sin ningún cuestionamiento y ni siquiera se ha podido legislar para que se instaure una AFP estatal.
Mucho menos, reconstruir el sistema público y solidario de reparto, que siempre existió en Chile y que fue pulverizado por la dictadura pinochetista y mantenido con entusiasmo por los gobierno de la Concertación.La única respuesta del sistema es hacerse los lesos y esperar que pase el chaparrón. Mientras tanto, los chilenos siguen recibiendo en sus domicilios, las fatídicas cartas de sus Administradoras de Fondos de Pensiones...

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