No hace propuestas sobre control de armas
Trump condena ataques
de odio, tras dos años de mensajes racistas
El nacionalismo blanco ha obtenido legitimidad con el magnate en la Casa Blanca: New York Times
▲ En El Paso, Texas, se realizaron ayer los entierros de varias víctimas
del tiroteo del sábado en el Walmart de Cielo Vista. En este contexto,
miembros de March for Our Lives, movimiento de jóvenes y adolescentes
que lucha por un mayor control de armas en Estados Unidos, realizaron
una vigilia frente a la sede de la Asociación Nacional del Rifle en
Fairfax, Virginia, en memoria de los fallecidos en la ciudad texana,
Ohio y Chicago.
Nueva York. El presidente Donald Trump se vio obligado
ayer a denunciar lo que él mismo ayudó a fomentar: la violencia racista y
terrorismo de supremacistas blancos. Aunque en sus primeros comentarios
en persona sobre los dos tiroteos masivos de este fin de semana que
sacudieron a este país condenó las
ideologíasde odio, se negó a aceptar responsabilidad alguna en lo que ya muchos califican de grave problema de
terrorismo domésticode nacionalistas blancos en Estados Unidos.
En una voz, nuestra nación debe condenar el racismo, la intolerancia y la supremacía blanca. Estas ideologías siniestras tienen que ser derrotadas. El odio no tiene lugar en Estados Unidos, declaró en la Casa Blanca, donde leyó de manera seca y sin gran emoción un texto preparado.
Fue notable que Trump y su equipo decidieran que esta vez era
políticamente necesario condenar la supremacía blanca y el racismo, algo
que casi nunca sucede. Pero el presidente no aceptó ninguna
responsabilidad por los dos años de sus propios mensajes festejados por
nacionalistas blancos, neonazis y antimigrantes. Tampoco ofreció ninguna
propuesta para imponer controles mínimos sobre las armas de fuego; algo
que una abrumadora mayoría de estadunidenses favorece, según encuestas,
y que legisladores demócratas han promovido en proyectos de ley que se
encuentran estancados en el Congreso por la oposición republicana.
De hecho, el presidente declaró que la culpa en este fenómeno de
tiroteos masivos no son las armas, sino Internet y las redes sociales.
Estos canales, afirmó, ofrecen
una avenida peligrosa para radicalizar mentes perturbadas y realizar actos dementes, obviamente sin referirse a cómo él y su régimen han utilizado a estas
avenidaspara propagar mensajes racistas y antimigrantes.
También responsabilizó a los juegos de video violentos y a las
enfermedades mentales por este tipo de actos (algo que es falso:
expertos han concluido que no hay tal vínculo entre enfermedad mental o
violencia en videos con tiroteos masivos).
Descartó que las armas sean parte del problema.
La enfermedad mental y el odio jalan el gatillo, no la arma, sostuvo.
Poco después, la Asociación Nacional del Rifle –cuyos puntos en este
debate eterno repitió Trump– elogió el mensaje presidencial.
Agrupaciones a favor del control de armas criticaron la respuesta, al
señalar que otros países también tienen videos violentos, redes
sociales y problemas de salud mental, pero que Estados Unidos es único
en el mundo avanzado –y aun a nivel internacional– que tiene el problema
de frecuentes tiroteos masivos (más de uno cada día en promedio) y
permite a sus residentes un acceso increíblemente fácil a las armas.
La matanza en El Paso, Texas, el sábado, cuyo saldo subió a 22
muertes y más de dos decenas de heridos, seguida unas 13 horas después
con otro tiroteo masivo en Dayton, Ohio, con nueve muertos y otros 27
heridos, continúa sacudiendo al país, incluida la clase política.
Aunque aún no se ha detectado el motivo del tiroteo de Dayton (el
responsable, otro joven blanco, murió), en el caso de El Paso, Patrick
Crusius, de 21 años, dejó en claro su motivación. Anunció por escrito
poco antes que su acción era en respuesta a la
invasión hispanade Texas, repitió frases del vocabulario de Trump, y se reporta que luego de su captura por policías comentó que su propósito era
matar tantos mexicanos como fuera posible.
Por ello, las autoridades indicaron que estaban considerando el delito como un
crimen de odioracial y como un atentado de
terrorismo doméstico.
De hecho, en sus comentarios, Trump envió
condolencias de nuestra nación al presidente Andrés Manuel López Obrador, y a todo el pueblo de México por la pérdida de sus ciudadanos en el tiroteo de El Paso.
Una y otra vez, críticos señalaron, después de los atentados en El
Paso y Dayton, que Trump ignoró las advertencias de que sus palabras
estaban invitando a la violencia de esta naturaleza y rehúsa reconocer
que los crímenes de odio y actos de terrorismo doméstico vinculado con
la supremacía blanca se han incrementado durante su presidencia, según
datos de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).
Muchos recordaron que durante las últimas semanas Trump había
intensificado sus ataques abiertamente racistas contra legisladores
federales minoritarios y sus comunidades, acusándolos de
traicióny repitiendo sus frases favoritas sobre la
invasiónde inmigrantes latinoamericanos, vocabulario usado por el atacante de El Paso.
En mayo, recordaron otros, en medio de un mitin político en Florida, Trump preguntó:
¿Cómo podemos parar a esta gente?, en referencia a los migrantes, y uno de sus fanáticos gritó:
disparen contra ellos; el presidente respondió sólo con una risita.
Mientras sus raíces modernas anteceden al gobierno de Trump por varias décadas, el nacionalismo blanco ha obtenido una legitimidad general durante el periodo de Trump en el puesto, escribió ayer en su editorial el New York Times al argumentar que el país tiene que enfrentar el
problema de terrorismo de nacionalistas blancostanto aquí como a escala internacional. Recomienda que debe ser atacado de la misma manera e intensidad como se ha hecho contra los
terroristas islámicos radicalesdesde el 11-S.
Vale reportar, en este contexto, que este lunes Cesar Sayoc,
ferviente fanático del presidente, quien envió dispositivos explosivos a
críticos y opositores de Trump en 2018 –incluyendo a Barack Obama,
George Soros, CNN, Hillary Clinton, varios legisladores federales
demócratas, y el actor Robert de Niro–, fue sentenciado a 20 años de
prisión. Sus abogados habían argumentado que, como fanático seguidor de
Trump con problemas mentales,
la retórica del presidente contribuyó al comportamiento de Sayoc.
Después de dos años de declaraciones sobre el grave peligro, incluso de
terrorismo, que representan los inmigrantes que
invadenEstados Unidos, con el atentado en El Paso resulta que el peligro real en este país son hombres angloestadunidenses nutridos por la retórica de odio, nacionalismo blanco y antimigrante del régimen actual en Washington.
Foto Afp
David Brooks
Corresponsal, Periódico La Jornada
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