Jorge Elbaum
La plataforma Netflix distribuye desde la semana pasada un documental
sobre cómo la empresa Cambridge Analytica (CA) condicionó elecciones en
diversos lugares del mundo, utilizando en forma ilegal datos personales
de millones de usuarios de internet. El título original de la película
es The Great Hack.
Su traducción literal es El gran hackeo. Con el objetivo de
concederle un cariz más asociado a los aspectos del derecho personal a
la propiedad de la información (por sobre cuestiones ligadas a la
malversación del sistema democrático), Netflix la presentó al mundo
hispanoparlante como Nada es privado.
El escándalo internacional divulgado por la difusión de las
actividades de CA puso en evidencia que el origen de la empresa se
conectaba con contratistas militares, organismos de inteligencia y
acaudalados magnates, todos comprometidos en tendencializar procesos
electorales en diversos países del mundo.
El impacto local del film, dirigido por Jehane Noujaim y Karim Amer,
se articula con la intervención de CA en las campañas electorales
argentinas de 2015 y 2017 y el rol jugado por sus plataformas en la
configuración de climas políticos opuestos al kirchnerismo.
La empresa CA, dirigida por Alexander Nix, compró a Facebook, propietaria
también de WhatsApp desde febrero de 2014, 87 millones de perfiles
completos capaces de delimitar 5000 puntos de interés de cada uno de los
mismos (1). Dicha información fue utilizada para orientar el voto de
millones de sufragistas en distintas partes del mundo y potenciar el
triunfo en diversas compulsas electorales.
Luego de tres años y medio de gobierno, el macrismo ha dado sobradas
evidencias de una marcada eficiencia en el uso del artificio y el engaño
para ejercer específicas formas de captación, imposición de agendas y
tergiversación de la realidad. Uno de los dispositivos más utilizados ha
sido la manipulación comunicacional, apelando a herramientas provistas
por la inteligencia artificial, la big data, la posterior
detección de segmentos poblacionales capaces de ser persuadidos y la
elaboración de contenidos sensibles orientados a sus características
específicas e individuales.
El vínculo de CA con América Latina se remonta a los tiempos
menemistas cuando su CEO Alexander Nix se instaló en Argentina y
registró una sede corporativa en Buenos Aires bajo el nombre de Strategic Communication Laboratories (SCL), en Arenales 941 (2).
En esa misma oficina, su amigo polista Lucas Carlos Talamoni Grether
radicó su empresa Black Soil, dedicada al rubro agrícola, de la cual Nix
aparece también como socio, en su formato de offshore radicada en Panamá.
Sus contactos locales, además, lo relacionan con el pampeano Juan
Pepa, que tiene residencia en Londres y Santa Rosa, de quien Nix fue
socio entre 2007 y 2010 en la empresa Rubirosa Ltd, dedicada a la
comunicación estratégica, rubro coincidente con el de CA. Nix y Pepa
compartieron iniciativas caritativas en la Asociación Pro Alvear, encargada de recaudar fondos para fines benéficos relacionados con la promoción social. Uno de los padrinos de Pro Alvear (textual) es Mauricio Macri (3).
Actividades de Alexander Nix en Argentina orientadas a desprestigiar a referentes del kirchnerismo.
El segmento textual del intercambio entre Damian Collins (DC)
–integrante de la Comisión de Asuntos Digitales del parlamento
británico— y Alexander Nix (AN) incluye el siguiente contrapunto:
DC: ¿Trabajó en Argentina?
AN: Sí, trabajamos en Argentina.
DC: Estoy viendo una nota que alguien compartió
conmigo de una reunión del grupo SCL (la empresa madre de Cambridge
Analytica) del 27 de mayo, donde hay una nota que dice: «Campaña
antikirchnerista presentada al tomador de decisiones, esperando
devolución».
AN: Correcto.
DC: Pero para ser claro. Las reuniones giraban
alrededor de esa premisa, que era una campaña antikirchnerista, entonces
estaban trabajando para un partido de la oposición u otra persona
interesada en influenciar la política en Argentina, que no estaba
apoyando al Gobierno.
AN: Esa sería la apariencia.
Dividir para restar
En enero de 2018, los periódicos The Guardian y The Observer junto
con el New York Times (NYC) divulgaron una cámara oculta en la que
Alexander Nix afirmaba haber influido en procesos electorales. Según los
analistas de CA entrevistados para el documental, el modelo de trabajo
de CA consistió, en primer término, en instalar el temor y el odio
(hacia un sujeto prediseñado) entre aquellos segmentos de la sociedad
que son percibidos como presa fácil de dichos sentimientos.
Para individualizar a los receptores de los bombardeos de sentido se
utilizaron rastreos de aspiraciones, gustos, fobias y sensibilidades de
cada uno de los perfiles. Dichos registros aparecen como huellas en la
historia personalizada de los tránsitos que se realizan a diario por las
redes, los usos que le damos al celular y la ubicación geográfica desde
donde se llevan a cabo dichas interacciones con otros. En ocasiones esa
información se puede cruzar, además, con datos de seguros,
transacciones bancarias, consultas médicas y/o comunicaciones personales
(4)
Esa ingeniería permite la detección precisa de conglomerados de sujetos (denominados persuadibles
por CA), agrupados en colectivos genéricamente considerados indecisos o
grupos parcialmente indiferentes a los discursos políticos. Este
universo es el objetivo básico de las plataformas que actúan como CA:
descartan trabajar sobre aquellos colectivos que ya están convencidos.
Apuntan únicamente al sector más influenciable, conformado por sujetos
ajenos al universo de los debates políticos.
La acumulación de perfiles (big data)
se procesa mediante algoritmos automatizados (inteligencia artificial)
logrando conformar subgrupos tipologizados a quienes se le destinarán
mensajes a medida: a los amantes de los perros (por ejemplo) se les
advertirá sobre el peligro de que el Frente de Todxs proscriba la
tenencia de canes en los edificios. A los adultos mayores se les
advertirá, subrepticiamente, sobre la potencial legislación de una norma
dispuestas a liberar a los presos sociales, con el objeto de sembrar el
pánico.
La película producida por Netflix deja en claro que las
microsegmentaciones son más eficaces si se logra, previamente, dividir
artificialmente a la sociedad. En Argentina dicha partición se logró
instituir mediante la denominada grieta, a partir de la cual se
consiguió canalizar posteriormente una serie creciente de etiquetas
sintetizadoras de todos los males. De no existir la partición (la
división en el campo popular), enseñan los testimonios provistos por los
analistas de CA, aparecería como más ardua la labor de anclar mensajes
pregnantes al interior de los grupos escogidos.
La segmentación trabaja sobre minorías, que en caso de paridad,
pueden establecer una diferencia electoral definitoria. Al ser
detectados por fuera de la interacción política se los agrupa y
encasilla por intereses específicos. Dada la delimitación de información
precisa se logra abordarlos desde sus íntimos deseos. Sin embargo,
estas herramientas advierten que la segmentación virtualizada no logra
suplantar la acción política clásica, territorial, cara a cara: sólo
puede complementarla en relación a aquellas fracciones que la actividad
política no logra penetrar.
Una vez que el mal
está instalado, que se ha logrado convencer a una parte de la sociedad
acerca de la existencia de enemigos (corruptos, violentos,
antirrepublicanos), se habilita la circulación de mensajes condenatorios
entre los grupos de incautos. Sin división previa, marcada, instituida,
las campañas de estigmatización carecen de territorio fértil para
habilitar su reproducción cariocinética. En última instancia las
operaciones de CA, y las de todas las empresas (o concepciones políticas
dedicadas a la manipulación emocional y/o electoral), reconocen que
únicamente son eficaces sobre quienes carecen de conciencia crítica y
logran ser presa fácil de fantasmagorías fabricadas a medida.
Los analistas que han estudiado en profundidad los efectos de la
virtualización electoral consideran que estas herramientas no pueden
compararse con los mecanismos comunicacionales genéricos (TV, radio,
prensa escrita), porque su efectividad se orienta a incidir en los
niveles más profundos de la sensibilidad de los receptores
seleccionados. Mientras que los medios tradicionales se dirigen a un
espectador promedio y a facetas básicas y genéricas de índole
sociodemográfica, la targetización (obtenida en este caso por
CA mediante la compra de información personalizada a Facebook, sin
mediar autorización de sus titulares), sólo logra interpelar con mayor
exactitud a destinatarios específicos (5)
Farsas digitales
Las investigaciones realizadas por la Comisión de Asuntos Digitales
de la Cámara de los Comunes, la Justicia de Estados Unidos y el
Parlamento Europeo, revelaron que el supremacista Steve Bannon fue uno
de los articuladores de la campaña del Brexit al vincular a CA con Nigel
Farage, titular del partido político eurófobo UKIP, quien terminó
convirtiéndose en el gran triunfador de la consulta por el abandono del
Reino Unido de la Unión Europea (6)
Tiempo después Bannon se convirtió en vicepresidente de CA, recalando
en el entorno de Donald Trump como uno de sus jefes de campaña. En esa
función ayudó a recaudar 250 millones de dólares de aportes, a través de
las herramientas ofrecidas por Facebook. Mediante esa misma plataforma
organizó el envío de 50.000 anuncios diarios personalizados a
microsegmentos detectados por CA (7).
Uno de los más prominentes inversores de la compañía fue el actual
Consejero Nacional de Seguridad (Ministro de Defensa) de Donald Trump,
John Bolton. Luego del triunfo del Brexit, Bolton aportó 1 millón de
dólares entre 2014 y 2015, periodo en el que CA trabajó para la campaña
de Mauricio Macri promoviendo segmentaciones de corte antikirchnerista.
La denuncia contra CA se inició a partir de una investigación
coordinada por una periodista británica de The Observer, Carole
Cadwalladr, quien logró entrevistar a uno de los funcionarios
prominentes de CA, Christopher Wylie. Cadwalladr detalla en forma
pormenorizada las actividades ilícitas impulsadas por Bannon y Nix,
entre las que figura la asociación entre CA y la agencia Palantir, conformada para promover relevamientos de datos en distintas partes del mundo (8).
Palantir es una start-up apalancada por el fondo In-Q-Tel, propiedad de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, según el NYT (9).
El ex titular de la Unidad Especial de Investigación del atentado a la
AMIA, Mario Cimadevilla, que renunció a su cargo en marzo de 2018 (y
denunció al titular de la cartera de Justicia Germán Garavano por
encubrimiento), declaró que Andrés Ibarra, responsable del ministerio de
modernización, se encontraba negociando con Palantir la digitalización
de la información pertenecientes a la causa AMIA (10). A partir de ese
dato, la organización APEMIA, formada por familiares y amigos de las
víctimas del atentado, realizó un pedido de información sobre la
licitación (cuyo monto rondaba los 1.900.000 dólares) que nunca fue
respondida (11).
Más del 90 % del tráfico de internet entre América Latina y el mundo
circula a través de servidores instalados en Estados Unidos. Los datos
residuales de dichas interacciones poseen sedes físicas en nubes
instaladas en países septentrionales. Washington define ese quantum de
información como soporte de su seguridad estratégica (12).A pesar de que
el mundo digital se ha convertido en un elemento central del sistema
social y económico, todavía no se abordan con rigurosidad los efectos
sobre la pérdida de la soberanía (personal y/o nacional) que su
manipulación admite, ni las consecuencias sobre la descomposición del
sistema democrático que potencialmente genera.
Cambridge Analytica es la forma de hacer política del macrismo, dada
su necesidad intrínseca de instalar divisiones artificiosas, ajenas a
las demandas sociales postergadas de las grandes mayorías sociales.
Habrá que aprender a evitar quiebres inútiles y a no sumarse a las
grietas instituidos por quienes requieren esas rupturas. Y aprender,
mientras tanto, a interpelar a los incautos, capaces de definir, en
determinadas circunstancias, opciones electorales definitorias.
Notas
[1]. Ese conglomerado de información supone el reconocimiento
pormenorizado de todos los intereses, prácticas, consumos, deseos y
aspiraciones de cada uno de los 87 millones de perfiles entregados por
FB a CA. Sobre cada uno de esos sujetos la inteligencia artificial
jerarquiza aspectos de mayor incidencia potencial para influir sobre
ellos y reconvertirlos en contenidos de odio contra enemigos previamente
estigmatizados.
[2]. Datos revelados por los periodistas Mariana Escalada y Agustín Ronconi del portal www.eldisenso.com
[3]. https://www.elcohetealaluna.com/sexo-mentiras-y-video/
[4]. El último miercoles el Defensor del Pueblo bonaerense, Guido
Lorenzino, realizó un pedido formal a la Jefatura de Gabinete de la
Nación con el objeto de conocer si la base de datos de la ANSES, se ha
utilizado con fines electorales. http://bit.ly/2YxB0ql
[5]. Moore, Martin: Democracy Hacked: How Technology is Destabilising Global Politics. Oneworld, Columbia, 2018.
[6]. http://bit.ly/2ZrlOIn
[7]. http://bit.ly/2YkZDXG
[8]. https://n.pr/2ZoUXfT
[9]. https://nyti.ms/2YpiO2Y
[10]. http://bit.ly/2YFFS8A
[11]. http://bit.ly/2MAGxWy
[12]. http://bit.ly/3347kQW
*Sociólogo, doctor en Ciencias Económicas, analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la). Publicado en cohetealaluna.com
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