Trump, abierto a discutir medidas
mínimas
Más de 200 alcaldes apremian a senadores a suspender vacaciones y promover algunas iniciativas
▲ Migrantes detenidos en la redada en Misisipi, en imagen dada a conocer ayer por la autoridad migratoria.
Nueva York. Las balas en El Paso y Dayton el pasado fin
de semana siguen rebotando en el ámbito político, obligando por primera
vez a que el presidente y la cúpula republicana contemplen mayores
controles sobre las armas de fuego, y desenmascarando una crisis de
terror nacionalista blanco en Estados Unidos.
Por primera vez, el presidente Donald Trump indicó que está
abiertoa discutir algunas medidas mínimas para el control de armas y el líder la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, sorprendió con el anuncio de que ampliar las verificaciones del historial personal para todo comprador de armas estará
al frente y al centrodel debate en la cámara alta sobre cómo responder a incidentes recientes de violencia armada.
La Asociación Nacional del Rifle dejó entender a Trump, McConnell y otros de sus aliados que se
opone a cualquier legislación que infrinja de manera parcial los derechos de los ciudadanos.
Pero la presión política en favor de por lo menos algún control
mínimo proviene ya no sólo de organizaciones que abogan por el control
de armas, sino que ya se expresa en varios sectores después de los
ataques del fin de semana.
Más de 200 alcaldes apremiaron ayer a los líderes de ambas bancadas
en el Senado a suspender sus vacaciones de agosto para regresar a
Washington y promover medidas de control.
Nuestra nación ya no puede esperar más a que el gobierno federal emprenda la acción necesaria para evitar que gente que no debería tener acceso a las armas de fuego pueda comprarlas, afirmaron.
Alejandro Bedoya, capitán del equipo profesional de futbol soccer,
Union de Filadelfia, anotó un gol al inicio de un partido contra el DC
United el domingo pasado, y al celebrarlo encontró un micrófono en el
campo de juego –el partido fue trasmitido a nivel nacional en vivo por
Fox Sports– y gritó:
Oye, Congreso, haz algo ya; pongan fin a la violencia de las armas de fuego. Vamos. El video se viralizó.
Pero no se trata sólo de tiroteos masivos –251 ocurridos en lo que va
del año–, sino de quién está jalando el gatillo. El rebote de las balas
de El Paso provocó que un amplio coro de figuras públicas y
editorialistas declararan que Estados Unidos enfrenta ahora un grave
problema de
terrorismo domésticoperpetrado por supremacistas o nacionalistas blancos.
La portada de la revista nacional Time de esta semana tiene como trasfondo todos los nombres de las ciudades que han padecido tiroteos masivos y en altas la palabra:
Basta.
Nos están comiendo desde adentro, afirma al reportar cómo Estados Unidos
está perdiendo la batalla contra el terrorismo nacionalista blanco.
A la vez, dos candidatos presidenciales demócratas, la senadora
Elizabeth Warren y Beto O’Rourke (ex representante federal por El Paso)
calificaron al presidente de
supremacista blanco. Otros, como el senador Bernie Sanders y el centrista Joe Biden, han declarado que la retórica del mandatario abraza a los supremacistas blancos.
La matanza en El Paso –cometida por un joven anglo que afirmó que buscaba frenar
la invasión hispanaen Estados Unidos– fue fomentada por la ofensiva antimigrante impulsada por el régimen de Trump, denuncian líderes latinos e inmigrantes de todo el país.
De hecho, en El Paso se informó que muchos familiares no documentados
no acudieron al centro de reunificación familiar ni a los hospitales
para averiguar las condiciones o paradero de las víctimas por temor a
ser arrestados por autoridades de migración, parte del clima de
persecución promovido por Trump.
Óscar Chacón, director ejecutivo de Alianza Americas –red de
organizaciones de defensa de inmigrantes–, declaró que la redada en
Misisipi el miércoles, donde agentes de migración arrestaron a 680
trabajadores latinoamericanos,
debería ser considerada un acto de terror cometido contra familias trabajadoras por el gobierno de Trump.
Concluyó que los recursos empleados para ese tipo de redadas deberían usarse mejor
en combatir el terrorismo nacionalista blanco que ha tomado tantas vidas a lo largo de los años, incluidas las de la semana pasada en Texas.
Foto Afp/ICE
David Brooks
Corresponsal, Periódico La Jornada
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