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lunes, 12 de febrero de 2018

La hermana de Kim Jong-un invita al presidente sudcoreano Moon a Norcorea

Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme


Foto
Desde la izquierda, Moon Jae-in, presidente de Sudcorea; Thomas Bach,
 presidente del Comité Olímpico Internacional; Kim Yong-nam, el presidente
de la Asamblea Suprema del Pueblo de Norcorea, y Kim Yo-jong, hermana del líder
de Norcorea, Kim Jong-un, ayer durante el encuentro de hockey femenil sobre hielo
entre el equipo unificado de Corea y Suiza, en el contexto de los Juegos Olímpicos de Invierno
en Pyeongchang, Corea del Sur Foto Afp
Mientras el nonagenario ex secretario de Estado Kissiger incita a un “tentador golpe nuclear contra Norcorea (https://goo.gl/K6fGpU)”, las dos Coreas se han unido en un solo equipo para participar en los Juegos Olímpicos de Invierno, donde se sentaron en la primera fila el día de la apertura, el vicepresidente Mike Pence, su esposa Karen, y el pugnaz premier japonés, Shinzo Abe, detrás de quienes se encontraba la princesa norcoreana Kim Yo-jong, hermana del mandatario norcoreano, Kim Jong-un, que ha cautivado a la opinión pública de Sudcorea (https://goo.gl/fSHgdQ).
La princesa, enviada especial de su hermano, fue acompañada por el ceremonial jefe de Estado Kim Yong-nam, de 90 años de edad.
Lo más espectacular ha sido la invitación al presidente sudcoreano, Moon Jae-in, entregada por la princesa para visitar Norcorea.
La princesa conocida por su humildad pese a su gran poder tras bambalinas –que en forma absurda ha sido bautizada por la CIA como la Ivanka Trump de Norcorea– escribió un mensaje en el libro de anfitriones en el palacio presidencial de la Casa Azul de Sudcorea: Espero que Pyongyang y Seúl estén más cercanos en los corazones de los coreanos y lleven a la unificación (¡supersic!) y la prosperidad en el futuro cercano.
La princesa norcoreana ganó la competencia de relaciones públicas al vicepresidente Mike Pence, no se diga a su mujer Karen, y al premier japonés Abe, que dejó una pésima imagen de intervencionismo bélico.
En su vuelo de regreso a Estados Unidos (EU), el vicepresidente Pence, quien amenazó con sanciones más drásticas contra Norcorea, comentó que no existía claridad entre EU, Sudcorea y Japón en el contencioso de la nuclearización de Norcorea.
A juicio de Shane Savitsky, del portal Axios (10/2/18), la invitación al presidente Moon a visitar Norcorea trata de colocar una cuña diplomática entre Sudcorea y EU.
No será fácil que Trump –quien anhela un limitado golpe militar nuclear contra Norcorea, bautizado como sangrado de nariz– venda su primera guerra como presidente cuando las dos Coreas lo han dejado aislado y están dispuestas a evitar la guerra en la penísnula.
El almirante retirado de EU James Stavridis, anterior comandante supremo en la OTAN, juzga de que “no existen opciones militares que resulten en menos de centenas de miles de víctimas y quizá hasta 3  millones (¡megasic!) (https://goo.gl/8zQMZx)”.
A propósito, el nombrado (y aceptado) embajador de EU en Sudcorea, Victor Cha, consejero sénior del think tank CSIS y profesor de Georgetown, quien fue defenestrado feamente por Trump debido a sus declaraciones cuando calculó, sin contar las víctimas autóctonas de las dos Coreas y Japón, que una opción militar pondría en riesgo a 230 mil estadunidenses (civiles y militares) que radican en Sudcorea y 90 mil en Japón, cuya evacuación sería “virtualmente imposible (https://goo.gl/L9SL8y)”.
Un portavoz del presidente sudcoreano Moon dio la bienvenida a la posibilidad de una reunión con el líder de Norcorea al comentar que las dos Coreas deben trabajar juntas para crear el ambiente propicio.
El portal chino Global Times arguye que la invitación constituye una señal positiva para la paz, pero que la actitud de EU a la relación de las dos Coreas es problemática y constituye un obstáculo real.
Zheng Jiyong, director del Centro de Estudios Coreanos en la Universidad Fudan, adujo que EU está fuera de control y después de los Juegos Olímpicos Trump ejercerá mucha presión sobre Moon para endurecer su postura con Norcorea. Agregó que si Moon desea menos barreras y presiones de EU será necesario que busque a China y a Rusia, así como “superar la oposición doméstica de los conservadores que no desean mejorar las relaciones con el norte (https://goo.gl/fsQJRa)”.
El presidente sudcoreano, quien ha resultado un gran estadista, deberá operar un equilibrio muy delicado entre Norcorea y su supuesto aliado EU, por lo que promueve la reanudación del diálogo entre Pyongyang y Washington, y el “desarrollo norte-sur en la península (https://goo.gl/8nzcrs)”.
Por lo pronto, el presidente Moon paró en seco la intromisión del premier japonés, quien exigió no posponer los ejercicios militares de Sudcorea y EU.
El acercamiento de las dos Coreas ha dejado aislado el belicismo del premier Abe, quien parece haberse olvidado de que EU lanzó dos bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki.
El editorial de Global Times menciona que ahora existen más opciones y ventanas de oportunidad, ya que Moon ha tratado a la delegación de Norcorea con gran hospitalidad cuando el resentimiento de EU ha sido notorio: Mike Pence llegó tarde a la recepción anterior a la apertura de ceremonia y permaneció solamente cinco minutos, lo cual fue descortés por “desear expresar su insatisfacción con Sudcorea (https://goo.gl/DeHB6y)”.
Otra descortesía fue que Pence y su esposa Karen no se pusieron de pie para saludar a la delegación unificada de las dos Coreas.
Global Times sopesa la factibilidad del viaje de Moon que depende de varios factores. Uno de ellos es que la situación retorne a los niveles de antes de los Juegos Olímpicos, con ejercicios militares conjuntos de EU y Sudcorea y continuas pruebas de misiles de Norcorea, especialmente pruebas nucleares, lo cual descarrilaría la visita.
Global Times considera que lo más crítico es la capacidad de Moon a demostrar la habilidad para configurar la situación en la península. El acercamiento de Norcorea intenta continuar la suspensión de los programas nucleares y misilísticos después de los juegos, lo cual es inseparable para resolver la crisis nuclear.
Según el editorial chino, EU mantiene la opinión de que la suspensión del programa nuclear y misilístico de Pyongyang es unilateral e irrelevante (¡supersic!) para los ejercicios militares de EU y Sudcorea cuando EU también exige que Pyongyang abandone las armas nucleares para que exista un fundamento al diálogo de EU con Norcorea. De allí que la próxima tarea de Moon sería persuadir a Washington cuando tiene las cartas en su mano para presionar a Washington para hacer concesiones o por lo menos disminuir la intensidad de los ejercicios militares conjuntos, lo cual ciertamente no es sencillo y puede ser políticamente arriesgado, pero es ese movimiento que puede dar la esperanza de resolver pacíficamente la crisis nuclear con Norcorea.
Yang Jiechi, enviado especial de China instó a Trump a impulsar la coordinación sobre Norcorea (https://goo.gl/SswKTz).
Para China no solamente debe existir un diálogo regular intercoreano, sino también entre Pyongyang y Washington.
El portal SCMP refiere que Shi Yinhong, director del Centro de Estudios Estadunidenses de la Universidad Renmin, comentó que China probablemente usará la distensión para tratar de persuadir a EU de reconsiderar su estrategia de prevenirle tomar una acción militar.
¿Prevalecerán en la mente de Trump los consejos de guerra auspiciados por Kissinger o la sapiencia militar del almirante retirado Stavridis, para quien no existe opción militar en la península coreana?
Twitter: @AlfredoJalifeR_
Facebook: AlfredoJalife

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