
Adital
Raúl Juárez
Religión Digital
Corresponsal en Argentina
"Mi impresión es que el Papa Francisco ha inaugurado
una nueva genealogía de Papas que vendrán de donde el cristianismo es vivo y tiene
algo a decir a la humanidad. Es decir los futuros Papas vendrán de África, Asia
y de América Latina”. El teólogo brasileño Leonardo Boff se siente, pese a todo,
optimista respecto al futuro de la Iglesia, pues "hoy por hoy, el cristianismo
es una religión del Tercer Mundo.
Estimado Leonardo, las CEBs [Comunidades Eclesiales de Base] de Argentina están muy movilizadas con la cuestión de la ecología integral, motivadas por la realidad concreta y por el llamado hecho por el papa Francisco en [la encíclica] Laudato Si', por ejemplo, las comunidades de la Región Noroeste Argentino reflexionaron este año bajo el lema "CEBs. Guardianas de la Madre Tierra en defensa de la Vida amenazada" y las de la Región Buenos Aires, bajo el lema "Desde la ternura de Dios, Las CEBs construimos la Casa Común, engendrando vida" ¿Qué le podrías vos decir al respecto como teólogo, como pastor, como hermano a nuestras CEBs?
Las CEBs más que otras instancias de la Iglesia se han dado cuenta de la crisis ecológica. Tal vez porque viven cerca de la naturaleza y perciben los cambios climáticos y la degradación de regiones enteras o ecosistemas. Hoy pertenece a la catequesis y a la pastoral la inclusión de nuestra responsabilidad por la Casa Común que está siendo negativamente afectada especialmente por la escasez de los bienes y servicios naturales, en particular, de agua dulce. En Brasil en un encuentro nacional de comunidades se ha decidido de entender las CEBs no solamente como comunidades eclesiales de base sino también como comunidades ecológicas de base. Veo que en Argentina se sigue por el mismo camino. Y así debe ser para toda la Iglesia siguiendo el llamado del Papa Francisco en su encíclica "cuidando de la Casa Común".
Hemos sentido muy fuerte la presencia de Francisco en su primer viaje apostólico, que fue para visitar Ecuador, Bolivia y Paraguay. Nos conmovió la firme, clara y contundente condena que él hizo del sistema neoliberal, denunciando cuan caduco es este sistema ¿Qué podrías comentar sobre todo esto vos?
El Papa es heredero del magisterio episcopal de la Iglesia
de América Latina expresado en los varios encuentros del Celam [Consejo
Episcopal Latinamericano], especialmente en Medellín (Colombia, 1968), Puebla (México,
1979) y Aparecida (Brasil, 2002). En los textos de estos verdaderos concilios regionales,
los obispos declararon con valentía el carácter anti-vida del sistema capitalista.
Éste es grande productor de la pobreza de nuestras poblaciones, porque su lógica
es acumular de forma privada lo más posible a costa de la creación de dos injusticias:
una social, creando más y más empobrecidos y otra ecológica, devastando ecosistemas
enteros como la deforestación de vastas regiones, como es el caso de la Floresta
Amazónica. El Papa asumió este discurso que no era tan explícito en los papas anteriores,
por el hecho de que ellos vivían en el centro del sistema del capital, en Europa.
Pero en el Papa Francisco que viene de la periferia del sistema, se ve clara la
marca registrada de la teología de la liberación (o del pueblo oprimido o de la
cultura silenciada como se prefería decir en Argentina) que es la opción por los
pobres, contra la pobreza y en favor de la liberación y de la justicia social. En
la encíclica no solamente denuncia la explotación de los pobres y de la naturaleza,
sino que va a las raíces del sistema que no respeta la dignidad de la Madre Tierra
y no reconoce el valor intrínseco de cada ser porque solamente vale mientras se
ordena al uso del ser humano, a sui antojo. Para él es la tecnociencia el nefasto
instrumento de agresión sistemática al sistema-vida y al sistema-Tierra en función
del enriquecimiento ilimitado y excluyente. La técnica es irrenunciable para atender
a las demandas humanas. Pero no puede instituirse como la única forma de relación
con la Madre Tierra, desconociendo y hasta despreciando otras formas de conocimiento,
como aquellas de los pueblos originarios y los que nacen de la intuición y de la
razón sensible y cordial tan presente en los textos de la encíclica. Por ella uno
siente como suyo el dolor del mundo y se llena de compasión con los que sufren en
la naturaleza y en la humanidad con sentido de solidaridad y compasión.
Leonardo, sois un teólogo que ha sabido desenmascarar con agudeza los modelos subyacentes a las ideologías del consumo, del antropocentrismo. Has propuesto como alternativa el paradigma del Saber Cuidar, como sabiduría profunda presente en todas las culturas ¿Cómo podríamos nosotros vivir este paradigma de vida de un modo más vigoroso, más presente, más cotidiano?
El paradigma dominante desde la irrupción de la tecnociencia es la conquista y la dominación de tierras, de pueblos y de la entera naturaleza. Ha contribuido con grandes comodidades para la vida humana. Pero simultáneamente ha creado una maquinaria de muerte con armas nucleares, químicas y biológicas capaces de destruir toda la vida sobre el planeta. La conquista y la dominación significaron una agresión sistemática a los ritmos de la naturaleza y la explotación de sus bienes y servicios no renovables. Hoy hemos llegado al paroxismo de este tipo de paradigma, es decir, de la manera de habitar la Casa Común. Es un planeta finito que no aguanta un proyecto de crecimiento infinito. La Madre Tierra necesita de un año y medio para reponer lo que le sacamos en un año. En otras palabras, la Tierra, productora de todo lo que necesitamos para vivir, ya no tiene sostenibilidad. A este paradigma violento estamos proponiendo el paradigma del cuidado esencial y de la corresponsabilidad colectiva. El cuidado es esencial porque, según una alta tradición filosófica, se dice que la esencia del ser humano y de todos los vivientes es el cuidado. Sin cuidado nada subsiste, va degenerando hasta desaparecer. El cuidado es una relación amorosa con la realidad, es la mano que se extiende para levantar el caído, para proteger al amenazado y para hacer una alianza de colaboración y mutualidad con la naturaleza y la Madre Tierra. Todo lo que amamos también lo cuidamos y todo lo que cuidamos también lo amamos. Este paradigma nos puede salvar: cura las heridas pasadas e impide las futuras. Junto con el cuidado, viene la responsabilidad colectiva. El problema ecológico es global y exige una colaboración global para superarlo, particularmente el calentamiento global y la escasez de agua potable. Esta vez ya no hay un arca de Noé que salve a algunos y deje perecer a los demás. O nos salvamos todos o corremos el riesgo de que perezcamos todos. El cuidado es tan esencial, tan dentro de nuestra naturaleza que no necesita ser enseñado, sino desentrañado de dentro de cada uno de forma que se haga del cuidado un hábito permanente, un proyecto personal internalizado de cuidar y amar a todo lo que existe y vive. Y la responsabilidad está también dentro de nosotros porque sabemos las consecuencias de nuestros actos y de nuestras actitudes. Hoy debemos vivir este imperativo categórico: actúe de tal forma que las consecuencias de tus acciones sean buenas para la vida y para el futuro de todos.
Si tuviésemos que hablar de un modelo Político del Saber Cuidar, o de una Caridad Política o de una Misericordia Política ¿Cómo es que debería ser esto?
Creo que hay que reinventar o regenerar el ser humano.
Él tiene dos pulsiones: una de afirmarse a sí mismo porque teme ser absorbido por
el otro. Cada uno quiere vivir y sobrevivir. Pero hay también una otra pulsión que
es el integrarse en un todo más grande, sin lo cual también no puede sobrevivir.
Nadie vive solo. No vivimos, convivimos. Nacimos dentro de una familia y estamos
insertos dentro de un tipo de sociedad. Ocurre que en la historia de los últimos
siglos ha predominado la autoafirmación a costa de la integración. El capitalismo
nació de esta pulsión egoísta y centrada sobre sí mismo sin mantener un sentido
de solidaridad y convivencia con los demás. El socialismo intentó conferir centralidad
a la integración en un nosotros mayor pero a costa del yo y de su libertad. Ambos
sistemas nos han deshumanizado y han roto el equilibrio necesario para vivir humanamente
con todos los demás. A mi juicio la forma de articular la autoafirmación (el yo)
con la integración (el nosotros) es la democracia participativa e incluyente. Cada
uno se siente ciudadano con su individualidad y al mismo tiempo vive dentro de la
colectividad con sus normas e instituciones que mantienen el equilibrio de los dos
polos. El problema nuestro es que casi todas nuestras democracias son de baja intensidad:
son meramente representativas y casi nada participativas. Más bien representan los
intereses de los poderosos que el bien común de la colectividad. Pero hay que mantener
la democracia como ideal, utopía y búsqueda permanente para sea vivida en la familia,
en la comunidad, en los sindicatos, en los partidos y en la forma de organizar el
poder público, el Estado. Sería una democracia sin fin, siempre abierta a nuevos
enriquecimientos y formas de participación.
En estos momentos estamos bajo gobiernos que han sido llamados progresistas, es decir, que no son de cuño neoliberal pero tampoco han roto del todo con el modelo de consumo y libre mercado, y hoy parece que poco a poco comienzan a mostrar haber llegado a un agotamiento del sistema ¿Qué comentario nos harías de la situación política de Latinoamérica?
El sistema social mundial es dominado pela economía política
neoliberal. De una economía de mercado hemos pasado a una sociedad de mercado. Es
decir todo puede transformarse en una mercancía y de todo se puede ganar dinero.
Marx veía en esta gran transformación la gran corrupción. Decía que una sociedad
de mercado no respeta nada. Las cosas más sagradas que nos permitían una comunicación
humana como la verdad, el amor, la conciencia y la libertad se han transformado
también en mercancía y (han sido) puestas en el mercado y ganan su precio. Tal vez
raramente en la historia hemos vivido una forma tal materialista y banal de organizar
las relaciones humanas. Es una regresión a una especie superada de barbarie. Por
eso el ser humano no cuenta. Cuenta solamente su fuerza de trabajo ya sea manual
o sea intelectual. Este sistema no ama las personas. Ama su capacidad de consumir.
Se ha destruido en gran parte el sentido de pueblo para hacer de todos consumidores
de bienes materiales, en un ritmo que no tiene límites. Esta dinámica ha creado
una sociedad de la saciedad, del cansancio, de la depresión y del absurdo. Tenemos
que buscar otras formas de vivir y de sobrevivir: pasar de una sociedad industrialista
que esclaviza a las personas y degrada la naturaleza para una sociedad del cuidado
de toda vida y de los medios que garantizan la vida. Ese paso es difícil porque
todos vivimos dentro de la cultura del capital que nos hace a cada rato cambiar
de celular, comprar otro tipo de televisor, consumir otros productos. Tal vez al
agravarse la crisis del sistema global, seremos convencidos de que podemos ser más
con menos, como dice el Papa en su encíclica, de que opuestamente a un consumo sin
solidaridad y medida hay que acostumbrarse a una sobriedad compartida y a una simplicidad
voluntaria.
Estos gobiernos progresistas también tienen en común la opción por la producción a gran escala de la soja, lo que ha producido entre otras cosas, además del uso de semillas transgénicas, agroquímicos y pesticidas altamente peligrosos, también esta opción ha llevado al desmonte en gran escala de grandes reservas de biodiversidad, como ser gran parte de la Amazonia o del monte Chaqueño. O por ejemplo el modelo extrativista de la Megaminería ¿Cuál puede ser tu comentario al respecto?
Todos somos rehenes del sistema imperante y no vemos,
a corto plazo, una alternativa realista. Pero podemos ya ahora empezar a vivir lo
nuevo. Concretizar efectivamente las varias erres (r) de las que habla la Carta
de la Tierra: reducir, reusar, reciclar, reparar, reforestar, resistir al marketing
consumista, respetar todos los seres. Con ello las que va a cambiar serán nuevas
prácticas más que nuevas ideas. Importa vivir lo alternativo, ser un poco anti-sistema,
no renunciar al sueño y a la utopía de que otro mundo es posible y necesario. Por
todas partes en el mundo se está inaugurando una gran ola por la alimentación sana,
orgánica, sin agrotóxicos. Se crean cooperativas de agroecologia, se desarrolla
una economía ecológica, es decir, saca de la naturaleza estrictamente de lo que
tenemos necesidad y le concede descanso para rehacerse. Más que la globalización
se piensa en un bioregionalismo, y se entiende con ello, el bien-estar humano dentro
de cada bioregión con lo que ella puede ofrecer en bienes y servicios, con la valorización
de la cultura local, de las tradiciones del pueblo, de sus fiestas y formas de venerar,
gestando un orden social más harmónico y en consonancia con los ritmos de la naturaleza.
Leonardo, nos preocupan los ataques que está viviendo Francisco desde los sectores más conservadores, sabemos bien que vos mismo, en carne propia viviste la injusticia y el peso de todo el sistema curial romano que se vuelve contra una persona. En fin, si bien esto es preocupante mucho más preocupante se nos presenta el período post-Francisco, sabiendo bien cómo estos sectores ultraconservadores fueron capaces de no solo desfigurar los rasgos principales de todo un concilio, sino de retornar, regresivamente a toda una disciplina eclesiástica caduca ¿Qué sería importante para prever una no vuelta atrás de la Iglesia Católica? ¿Cuáles serían, a tu entender las medidas estratégicas más importantes a realizar?
Yo soy optimista. El tiempo del cristianismo europeo ya pasó. En Europa solamente viven 25% de todos los católicos. Todos los demás viven en el tercer mundo. Hoy por hoy el cristianismo es una religión del tercer mundo. En estas regiones se han creado iglesias que han lanzado raíces profundas en las culturas de los pueblos. Han generado formas de celebrar adecuadas a la cultura local. Se han elaborado teologías que nacen de estas prácticas y las justifican. Mi impresión es que el Papa Francisco ha inaugurado una nueva genealogía de Papas que vendrán de donde el cristianismo es vivo y tiene algo a decir a la humanidad. Es decir los futuros Papas vendrán de África, Asia y de América Latina. Esas Iglesias conseguirán reanimar la Europa vastamente secularizada que considera el cristianismo importante para su pasado, pero que tiene poco para decir en la actualidad. Nosotros pensamos que el Cristianismo puede ser una apuesta buena para la Humanidad. La encíclica del Papa dirigida a toda la humanidad es profética, por que apunta hacia un futuro que no será más europeo sino mundial y globalizado. Hay que confiar en la fuerza espiritual de nuestros pueblos. Ellos no fueron contaminados con las sospechas de los modernos ni afectados con el cinismo que tratada a nuestra historia como sin sentido y de cierta manera absurda. Para nosotros, la historia tiene sentido, es construida por el esfuerzo generoso de los seres humanos, iluminados e inspirados por valores humanos y cristianos. El Papa Francisco nos está rescatando la Tradición de Jesús por encima de las doctrinas y tradiciones que desvirtúan el mensaje de Jesús. La Tradición de Jesús es más movimiento que institución, hecha de amor incondicional, de ternura esencial, de misericordia, de cercanía a la gente, especialmente a los más pobres. Jesús vino para alimentar la emergencia del hombre nuevo y la mujer nueva, más que fundar una nueva religión.
Volviendo al tema de la ecología integral, vemos en todo el esfuerzo intelectual que vienes realizando a través de todos estos años una riqueza que va pasando por la antropología, por la visión del mundo, por la teología misma. Vemos aún algo más allá ¿Podríamos decir que estamos frente a una nueva o mejor dicho, el resurgir de toda una mística que parte desde la ecología y nos eleva más allá, o más adentro?
La preocupación ecológica hoy es uno de los pocos lugares en donde se gestan todavía nuevos sueños y las personas se re-encantan por un sentido mayor que es amar nuestra Madre Tierra como amamos nuestras madres, cuidar de la herencia sagrada que Dios nos ha confiado que es el Paraíso terrenal e intentar tratar humanamente a todos los humanos sin discriminación ni exclusión. Hasta ahora nos hemos concentrado en el capital material extrayendo de la Tierra todo lo que podíamos para nuestra comodidad. De repente nos hemos dado cuenta de que los bienes y servicios son limitados. Hemos tocado los límites físicos de la Madre Tierra. No podemos seguir por este camino por que puede llevarnos a un abismo. Además somos seres espirituales, vale decir, somos más que animales hambrientos. Somos seres de tienen nostalgia de Dios, de la verdad sencilla, de la trasparencia clara de todas las cosas. Tenemos una dimensión espiritual que es nuestro profundo en donde se elaboran las grandes preguntas: ¿de dónde vengo, hacia dónde voy, qué significa mi vida en este mundo, qué puedo esperar después de la muerte, qué es lo que se esconde detrás de las estrellas? Sentimos que hay una Presencia Misteriosa en todas las cosas que nos emite mensajes de admiración, de veneración, de búsqueda de una harmonía perdida. Descubrimos nuestro Capital Espiritual hecho de amor, de solidaridad, de compasión y de perdón. El capital material no se agota. Es espiritual, es infinito, porque no hay límites para el amor, para la solidaridad y para la compasión.Sospecho que el legado de nuestra crisis generalizada que es la crisis del capital material, es el descubrimiento del capital espiritual. Que podemos desde lo espiritual organizar la economía para la vida y no para el mercado, la política como forma de inclusión de todos y de participación en la construcción del bien común, el cuidado por todo lo que existe y vive. Todo esto está dentro de las posibilidades humanas. Y creemos que si están ahí es para que sean activadas a fin de forjar un otro tipo de historia con otro tipo de humanidad, probablemente más sencilla, más fraterna, más amiga de la vida y más espiritual, sabiendo dar mil nombre diferentes a ese misterio que atraviesa toda la realidad, Dios y que en la forma de entusiasmo está también dentro de nosotros.
Religión Digital
Corresponsal en Argentina

Estimado Leonardo, las CEBs [Comunidades Eclesiales de Base] de Argentina están muy movilizadas con la cuestión de la ecología integral, motivadas por la realidad concreta y por el llamado hecho por el papa Francisco en [la encíclica] Laudato Si', por ejemplo, las comunidades de la Región Noroeste Argentino reflexionaron este año bajo el lema "CEBs. Guardianas de la Madre Tierra en defensa de la Vida amenazada" y las de la Región Buenos Aires, bajo el lema "Desde la ternura de Dios, Las CEBs construimos la Casa Común, engendrando vida" ¿Qué le podrías vos decir al respecto como teólogo, como pastor, como hermano a nuestras CEBs?
Las CEBs más que otras instancias de la Iglesia se han dado cuenta de la crisis ecológica. Tal vez porque viven cerca de la naturaleza y perciben los cambios climáticos y la degradación de regiones enteras o ecosistemas. Hoy pertenece a la catequesis y a la pastoral la inclusión de nuestra responsabilidad por la Casa Común que está siendo negativamente afectada especialmente por la escasez de los bienes y servicios naturales, en particular, de agua dulce. En Brasil en un encuentro nacional de comunidades se ha decidido de entender las CEBs no solamente como comunidades eclesiales de base sino también como comunidades ecológicas de base. Veo que en Argentina se sigue por el mismo camino. Y así debe ser para toda la Iglesia siguiendo el llamado del Papa Francisco en su encíclica "cuidando de la Casa Común".
Hemos sentido muy fuerte la presencia de Francisco en su primer viaje apostólico, que fue para visitar Ecuador, Bolivia y Paraguay. Nos conmovió la firme, clara y contundente condena que él hizo del sistema neoliberal, denunciando cuan caduco es este sistema ¿Qué podrías comentar sobre todo esto vos?

Leonardo, sois un teólogo que ha sabido desenmascarar con agudeza los modelos subyacentes a las ideologías del consumo, del antropocentrismo. Has propuesto como alternativa el paradigma del Saber Cuidar, como sabiduría profunda presente en todas las culturas ¿Cómo podríamos nosotros vivir este paradigma de vida de un modo más vigoroso, más presente, más cotidiano?
El paradigma dominante desde la irrupción de la tecnociencia es la conquista y la dominación de tierras, de pueblos y de la entera naturaleza. Ha contribuido con grandes comodidades para la vida humana. Pero simultáneamente ha creado una maquinaria de muerte con armas nucleares, químicas y biológicas capaces de destruir toda la vida sobre el planeta. La conquista y la dominación significaron una agresión sistemática a los ritmos de la naturaleza y la explotación de sus bienes y servicios no renovables. Hoy hemos llegado al paroxismo de este tipo de paradigma, es decir, de la manera de habitar la Casa Común. Es un planeta finito que no aguanta un proyecto de crecimiento infinito. La Madre Tierra necesita de un año y medio para reponer lo que le sacamos en un año. En otras palabras, la Tierra, productora de todo lo que necesitamos para vivir, ya no tiene sostenibilidad. A este paradigma violento estamos proponiendo el paradigma del cuidado esencial y de la corresponsabilidad colectiva. El cuidado es esencial porque, según una alta tradición filosófica, se dice que la esencia del ser humano y de todos los vivientes es el cuidado. Sin cuidado nada subsiste, va degenerando hasta desaparecer. El cuidado es una relación amorosa con la realidad, es la mano que se extiende para levantar el caído, para proteger al amenazado y para hacer una alianza de colaboración y mutualidad con la naturaleza y la Madre Tierra. Todo lo que amamos también lo cuidamos y todo lo que cuidamos también lo amamos. Este paradigma nos puede salvar: cura las heridas pasadas e impide las futuras. Junto con el cuidado, viene la responsabilidad colectiva. El problema ecológico es global y exige una colaboración global para superarlo, particularmente el calentamiento global y la escasez de agua potable. Esta vez ya no hay un arca de Noé que salve a algunos y deje perecer a los demás. O nos salvamos todos o corremos el riesgo de que perezcamos todos. El cuidado es tan esencial, tan dentro de nuestra naturaleza que no necesita ser enseñado, sino desentrañado de dentro de cada uno de forma que se haga del cuidado un hábito permanente, un proyecto personal internalizado de cuidar y amar a todo lo que existe y vive. Y la responsabilidad está también dentro de nosotros porque sabemos las consecuencias de nuestros actos y de nuestras actitudes. Hoy debemos vivir este imperativo categórico: actúe de tal forma que las consecuencias de tus acciones sean buenas para la vida y para el futuro de todos.
Si tuviésemos que hablar de un modelo Político del Saber Cuidar, o de una Caridad Política o de una Misericordia Política ¿Cómo es que debería ser esto?

En estos momentos estamos bajo gobiernos que han sido llamados progresistas, es decir, que no son de cuño neoliberal pero tampoco han roto del todo con el modelo de consumo y libre mercado, y hoy parece que poco a poco comienzan a mostrar haber llegado a un agotamiento del sistema ¿Qué comentario nos harías de la situación política de Latinoamérica?

Estos gobiernos progresistas también tienen en común la opción por la producción a gran escala de la soja, lo que ha producido entre otras cosas, además del uso de semillas transgénicas, agroquímicos y pesticidas altamente peligrosos, también esta opción ha llevado al desmonte en gran escala de grandes reservas de biodiversidad, como ser gran parte de la Amazonia o del monte Chaqueño. O por ejemplo el modelo extrativista de la Megaminería ¿Cuál puede ser tu comentario al respecto?

Leonardo, nos preocupan los ataques que está viviendo Francisco desde los sectores más conservadores, sabemos bien que vos mismo, en carne propia viviste la injusticia y el peso de todo el sistema curial romano que se vuelve contra una persona. En fin, si bien esto es preocupante mucho más preocupante se nos presenta el período post-Francisco, sabiendo bien cómo estos sectores ultraconservadores fueron capaces de no solo desfigurar los rasgos principales de todo un concilio, sino de retornar, regresivamente a toda una disciplina eclesiástica caduca ¿Qué sería importante para prever una no vuelta atrás de la Iglesia Católica? ¿Cuáles serían, a tu entender las medidas estratégicas más importantes a realizar?
Yo soy optimista. El tiempo del cristianismo europeo ya pasó. En Europa solamente viven 25% de todos los católicos. Todos los demás viven en el tercer mundo. Hoy por hoy el cristianismo es una religión del tercer mundo. En estas regiones se han creado iglesias que han lanzado raíces profundas en las culturas de los pueblos. Han generado formas de celebrar adecuadas a la cultura local. Se han elaborado teologías que nacen de estas prácticas y las justifican. Mi impresión es que el Papa Francisco ha inaugurado una nueva genealogía de Papas que vendrán de donde el cristianismo es vivo y tiene algo a decir a la humanidad. Es decir los futuros Papas vendrán de África, Asia y de América Latina. Esas Iglesias conseguirán reanimar la Europa vastamente secularizada que considera el cristianismo importante para su pasado, pero que tiene poco para decir en la actualidad. Nosotros pensamos que el Cristianismo puede ser una apuesta buena para la Humanidad. La encíclica del Papa dirigida a toda la humanidad es profética, por que apunta hacia un futuro que no será más europeo sino mundial y globalizado. Hay que confiar en la fuerza espiritual de nuestros pueblos. Ellos no fueron contaminados con las sospechas de los modernos ni afectados con el cinismo que tratada a nuestra historia como sin sentido y de cierta manera absurda. Para nosotros, la historia tiene sentido, es construida por el esfuerzo generoso de los seres humanos, iluminados e inspirados por valores humanos y cristianos. El Papa Francisco nos está rescatando la Tradición de Jesús por encima de las doctrinas y tradiciones que desvirtúan el mensaje de Jesús. La Tradición de Jesús es más movimiento que institución, hecha de amor incondicional, de ternura esencial, de misericordia, de cercanía a la gente, especialmente a los más pobres. Jesús vino para alimentar la emergencia del hombre nuevo y la mujer nueva, más que fundar una nueva religión.
Volviendo al tema de la ecología integral, vemos en todo el esfuerzo intelectual que vienes realizando a través de todos estos años una riqueza que va pasando por la antropología, por la visión del mundo, por la teología misma. Vemos aún algo más allá ¿Podríamos decir que estamos frente a una nueva o mejor dicho, el resurgir de toda una mística que parte desde la ecología y nos eleva más allá, o más adentro?
La preocupación ecológica hoy es uno de los pocos lugares en donde se gestan todavía nuevos sueños y las personas se re-encantan por un sentido mayor que es amar nuestra Madre Tierra como amamos nuestras madres, cuidar de la herencia sagrada que Dios nos ha confiado que es el Paraíso terrenal e intentar tratar humanamente a todos los humanos sin discriminación ni exclusión. Hasta ahora nos hemos concentrado en el capital material extrayendo de la Tierra todo lo que podíamos para nuestra comodidad. De repente nos hemos dado cuenta de que los bienes y servicios son limitados. Hemos tocado los límites físicos de la Madre Tierra. No podemos seguir por este camino por que puede llevarnos a un abismo. Además somos seres espirituales, vale decir, somos más que animales hambrientos. Somos seres de tienen nostalgia de Dios, de la verdad sencilla, de la trasparencia clara de todas las cosas. Tenemos una dimensión espiritual que es nuestro profundo en donde se elaboran las grandes preguntas: ¿de dónde vengo, hacia dónde voy, qué significa mi vida en este mundo, qué puedo esperar después de la muerte, qué es lo que se esconde detrás de las estrellas? Sentimos que hay una Presencia Misteriosa en todas las cosas que nos emite mensajes de admiración, de veneración, de búsqueda de una harmonía perdida. Descubrimos nuestro Capital Espiritual hecho de amor, de solidaridad, de compasión y de perdón. El capital material no se agota. Es espiritual, es infinito, porque no hay límites para el amor, para la solidaridad y para la compasión.Sospecho que el legado de nuestra crisis generalizada que es la crisis del capital material, es el descubrimiento del capital espiritual. Que podemos desde lo espiritual organizar la economía para la vida y no para el mercado, la política como forma de inclusión de todos y de participación en la construcción del bien común, el cuidado por todo lo que existe y vive. Todo esto está dentro de las posibilidades humanas. Y creemos que si están ahí es para que sean activadas a fin de forjar un otro tipo de historia con otro tipo de humanidad, probablemente más sencilla, más fraterna, más amiga de la vida y más espiritual, sabiendo dar mil nombre diferentes a ese misterio que atraviesa toda la realidad, Dios y que en la forma de entusiasmo está también dentro de nosotros.
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