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sábado, 4 de mayo de 2013

Argentina. A pesar que fuera probado el plan sistemático, las condenas no son por genocidio


    por Casapueblos

Condenados represores en el primer juicio por crímenes de lesa humanidad en Jujuy.
Noticia de Casapueblos-AEDD
El Tribunal Oral Federal (TOF) de Jujuy condenó a los represores Rafael Braga y José Bulgheroni a prisión perpetua y a Antonio Vargas a 25 años de cárcel, en el primer juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en Jujuy durante la última dictadura.
Las penas impuestas por los jueces René Vicente Casas, Marcelo Juárez Almaraz y Daniel Morin coincidieron con las solicitadas por la fiscalía y los querellantes, y su lectura fue recibida con una ovación y consignas dentro y fuera de la sala de audiencia.
Antes de leer la parte dispositiva de la sentencia, el TOF rechazó todas las nulidades presentadas por las defensas de los acusados y consideró los hechos juzgados como "delitos de lesa humanidad", por lo tanto imprescriptibles.
La lectura de la condena comenzó cerca de las 18.30, mientras unas 30.000 personas se agolpaban en los alrededores, hasta llegar a los vallados policiales desplegados en todos los accesos a unos 100 metros de la colmada sala de audiencia, próxima al microcentro de la capital provincial.
"Los pedacitos de historia e indicios que se han ido planteando en este juicio han logrado esta condena", dijo Hilda Figueroa, sobreviviente de La Noche del Apagón, cuando fueron secuestrados cientos de obreros y vecinos del ingenio Ledesma en julio de 1976.
Figueroa dijo  "unos los vimos (a los acusados), otros no los vimos y así se va armando la verdad", después de recordar que los sobrevivientes de aquella represión masiva, como en su caso, estaban "vendados, atados, con la mayor indefensión que se puede tener, como animales en un centro clandestino".
El abogado Néstor Ruarte, querellante por familiares de las víctimas en dos de las cinco causas acumuladas en este juicio, señaló a su vez que "la prueba fue directa y clara, no quedó ninguna duda sobre la participación de estas tres personas".
"Ninguna duda sobre su participación en el plan sistemático criminal en Jujuy", agregó sobre la represión con 130 desaparecidos y muchas más víctimas en la provincia, al cabo del juicio que condenó a tres acusados de delitos de lesa humanidad contra 43 víctimas, dos de las cuales fueron asesinadas.
Ruarte agradeció "a la lucha de los organismos de derechos humanos desde el 76 a esta parte" y dijo que "con la participación de las organizaciones sociales hemos logrado estas condenas. Ahora es la verdad real para la justicia argentina".
"Esta condena es resultado de muchos años de lucha, de trabajo, y el inicio de los próximos juicios. Creo que estas penas están a la altura de los hechos" juzgados, dijo a su vez Pablo Pelazzo, fiscal ad hoc nombrado por la Unidad Fiscal de seguimiento a las causas por crímenes de lesa humanidad.
Pelazzo añadió que quedan por delante "el resto de las causas y los imputados que no han estado sentados en este juicio", que aportó "un poco de justicia para tantos años de impunidad en esta provincia".
"Esta sentencia abre una nueva página en la historia no sólo de los juicio de lesa humanidad en Jujuy, que los inaugura", señaló por su parte Juan Manuel Sivila, querellante por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Para Inés Peña, esposa del militante de la JP Julio Rolando Álvarez García, por cuyo secuestro y homicidio fue condenado Braga, dijo que el fallo marca "un día histórico, una condena ejemplar, que nos insta a continuar e ir por más condenas".
"Sentimos una gran emoción, eran las condenas merecidas y las que esperábamos", declaró a esta agencia Adriana Aredez, hija del desaparecido Luis Aredez, ex intendente de la localidad de Ledesma, ahora Libertador General San Martín.
Acompañada por sus tres hermanos y por nietos, Adriana subrayó que los tres condenados "tuvieron los derechos que no nos dieron a nosotros, ni aun en democracia, porque recién en los gobiernos de Néstor y Cristina hemos podido gozar de plena justicia".
"Los familiares seguimos la lectura de la sentencia acompañados por organizaciones sociales, por Milagro Sala, por  nuestros abogados, por gente solidaria", agradeció.
"Ahora vamos por el otro juicio, que es a los jerarcas de la empresa Ledesma, otros civiles y miembros de la Iglesia" que fueron "cómplices de la dictadura", y "en eso estamos trabajando todos los días", subrayó.
Por su parte, la dirigente político-social jujeña Milagro Sala sostuvo que las condenas de este juicio"demuestran que no hay impunidad, que los familiares, hijos y todos los compañeros que venimos luchando teníamos razón".
"Recién le decíamos a un compañero: `¿Te acordás cuando éramos pocos? Y hoy fijate todos los que somos, porque hemos creído, porque nunca dejamos de estar en una marcha y cada vez éramos más, porque tomamos conciencia de que, si no nos juntábamos todos los sectores, estos tipos se iban a quedar impunes`", añadió.

Sala dijo finalmente que "muchos creían que no se iba a hacer justicia y se hizo justicia acá en Jujuy, una provincia muy sufrida. Ahora vamos por (el dueño del ingenio Ledesma, Carlos) Blaquier y por todos los represores, militares y civiles".

En cuanto a los tres condenados en este juicio, Bulgheroni y Braga eran oficiales de inteligencia del Area 323 de represión, durante el terrorismo de estado, y Vargas se desempañaba como interventor del Servicio Penitenciario de Jujuy, convertido entonces en un centro clandestino de detención.

Los dos primeros fueron condenados por homicidios calificados y el tercero por privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de violencia contra numerosas víctimas.
 

     Argentina. Megacausa Jefatura II - Arsenales II "Fue un plan sistemático de exterminio"

por Casapueblos

Testimonio de Liliana Vitar, testigo en la megacausa "Arsenales II-Jefatura II" por crímenes de la dictaura en Tucumán.
Noticia de Casapueblos-AEDD
La actual jueza fue asesora de la comisión bicameral que investigó los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.
La Comisión Bicameral que registró denuncias sobre secuestros y desapariciones durante la última dictadura llegó a la conclusión de que "hubo un plan sistemático llevado a cabo por todas las Fuerzas Armadas", reveló ayer Liliana Vittar, testigo en la megacausa "Arsenales II-Jefatura II".
Vitar, quien actualmente es jueza penal y preside la Asociación de Magistrados de Tucumán, fue asesora de la comisión bicameral que investigó los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar y fue la testigo que inició la jornada desarrollada ayer en los tribunales federales de Tucumán.
La magistrada explicó con detalles el informe donde se cuenta cómo eran los secuestros y cuales eran los 33 centros clandestinos que funcionaban en la provincia.
La bicameral, que funcionó entre marzo de 1984 y abril de 1985, recibió 487 denuncias de liberados y familiares de desaparecidos en Tucumán. Funcionó durante un año.
Destacó que cuando las causas estuvieron en manos del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas las presiones y amenazas fueron constantes.
La testigo indicó que entre los métodos de tortura estaban: el enterramiento, el arrastre, las picanas. También saqueaban y tomaban 'botín de guerra'.
En este marco, precisó que la Bicameral llegó a la conclusión que “era un plan sistemático. Una total privación de la justicia, incluso los abogados eran asesinados”.
Respecto a métodos de tortura indicó que “en la escuelita de Famaillá la picana eléctrica estaba dirigida los senos y a la parte genital, mientras que en Monteros tenían como método de tortura el "colgamiento".
Por último manifestó que miembros de la sociedad civil fueron cómplices y partícipes, entre ellos empresarios de ingenios y médicos.
Antes de finalizar su testimonio, que fue acompañado por fuertes aplausos, dijo "he trabajado con mucho apoyo de las madres a quienes agradezco tanto su fuerza, su lucha, su ternura".
Durante la jornada también se leyó la declaración de Alberto Augier, uno de los secuestrados que pasó por Arsenales y logró sobrevivir, aunque falleció antes de que comience la megacausa.
En esa declaración, Augier contó que lo dejaron 5 días enterrado solo con su cabeza afuera y que cuando lo sacaron del pozo lo llevaron a una sala de tortura.
También detalló el horror vivido por los detenidos y resaltó que había un guardia al que recordaba por "lo sádico y degenerado que era".
Augier contó que el lema del represor Antonio Domingo Bussi era "`es preferible matar a un inocente a que se escape un subversivo`". 
El testigo estuvo detenido y fue torturado por aproximadamente 5 meses en Arsenal Miguel de Azcuénaga. Contó del asesinato de un hombre delante de su hijo a quien lo secuestraron luego.
El Tribunal Oral Federal (TOF) que integran los jueces Gabriel Casas, Carlos Jiménez Montilla y Juan Carlos Reynaga dispuso un cuarto intermedio antes de comenzar el testimonio de Mirta Mántaras, quien declarará hoy.

 Argentina. Megajuicio: testigo reconoció la celda donde estuvo, en el Escuadrón 20 de Orán

por Casapueblos

Testimonios en la causa por crímenes de la dictadura en Salta.
Noticia de Casapueblos-AEDD
Por Elena Corvalan
 
Eduardo Fernández Muiños reconoció ayer la celda, en el Escuadrón 20 de Gendarmería de Orán, donde estuvo alojado tras ser detenido el 24 de marzo de 1976. También reconoció la celda donde vio a empleado municipal y militante comunista René Russo, detenido el mismo 24 de marzo y desaparecido de la cárcel de Villa Las Rosas, a fines de ese año.
 
Fernández Muiños y Pía Asunción Viltes, que también estuvo detenida en el Escuadrón 20 de Orán, fueron los dos testigos convocados por el Tribunal para la inspección en la sede de Gendarmería en Orán, que empezó mal, porque los gendarmes intentaron impedir el ingreso de los militantes de organismos de derechos humanos, querellantes y periodistas, cuando el entredicho llegaba a incidente, pasadas las 10, llegaron los jueces Carlos Jiménez Montilla y Gabriel Casas, y el fiscal Eduardo Villalba, y a los gendarmes no les quedó más remedio que permitir el acceso de la comitiva.
 
Los dos testigos ratificaron que estuvieron detenidos en el Escuadrón 20. Fernández Muiños se encaminó las rejas de las celdas, donde no pudo entrar porque estaba ocupado por detenidos a disposición de la Justicia Federal. Pero preguntó a los detenidos si adentro, a la derecha había una celda, le dijeron que sí, afirmó que él estuvo detenido en esa celda y en la de al lado (cuya existencia fue ratificada por los detenidos) estaba René Russo.
 
El testigo también reconoció un lugar que le recordaba al de la oficina del comandante, Luis Ángel Saboredo, que en 1976 era jefe de inteligencia en el Escuadrón 20 de Orán y ha sido señalado por Fernández Muiños como partícipe del interrogatorio al que fue sometido ni bien fue detenido.
 
Organismos de derechos humanos expresaron ayer su intención de señalizar el Escuadrón 20 como centro clandestino de detención y torturas.
 
 
“Soñé con él”
 
Viltes volvió a reclamar ayer que los responsables de la represión sean condenados en cárcel común “por haber hecho semejante atropello a todo el pueblo”, y pidió “que digan a dónde están, qué hicieron con los cuerpos de los compañeros”.
 
Viltes era pareja de Raúl Benjamín Osores, quien fue detenido en abril de 1976, en la creencia de que al entregarse aseguraba la libertad de su compañera. Osores pasó luego por el Escuadrón 20 de Orán, luego fue llevado a la cárcel de Villa Las Rosas, en Salta capital, y a fines de diciembre de 1976 fue desaparecido de la Central de Policía, adonde lo habían llevado con la promesa de liberarlo.
 
Viltes sostuvo los familiares de los desaparecidos siguen pensando en ellos, en los que les pasó. Para ejemplificar, recordó que el ante año pasado soñó con él. “Lo soñé, lo vi nervioso fumando, y lo vi que se iba para la parte de El Préstamo, había dos personas en el sueño y él que se iba encarando para el dique. No sé, capaz que a él también lo llevaron lo tiraron ahí, entonces, cosas así, uno sigue esperando hasta hoy”.
Osores era secretario general del sindicato de obreros rurales que a nivel provincial dirigía Felipe Burgos, también secuestrado y desaparecido. “(Raúl) era una persona muy sensible y muy solidaria, iba a las fincas, él también era obrero
rural”, recordó Viltes ayer.
 

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