Managua, 13 mar (PL) Tras cuatro años al frente del país, el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) presenta un saldo más que positivo hacia los sectores menos favorecidos de la población de esta nación centroamericana.
En el que es considerado uno de los países más pobres del subcontinente, el Ejecutivo, encabezado por el presidente Daniel Ortega, ha centrado su estrategia gubernamental en el desarrollo de numerosos programas sociales dirigidos a mejorar las condiciones de vida de los sectores más vulnerables de la población.
Tras decretar poco después de asumir el gobierno, en enero de 2007, la gratuidad de la educación y la atención médica en instituciones públicas, las autoridades sandinistas comenzaron a implementar, paulatinamente, programas muy diversos, con el objetivo a largo plazo de reducir la pobreza y la pobreza extrema.
Uno de esos programas, de importante repercusión social, sobre todo en las áreas rurales, es el denominado Usura Cero, mediante el cual se otorgan micro créditos a muy bajos intereses, para el desarrollo de pequeños negocios familiares, que ha beneficiado a centenares de miles de personas, especialmente mujeres cabeza de familia.
A través de otro programa, nombrado Hambre Cero, miles de familias pobres que disponen al menos de un pedazo de tierra, han recibido animales de crianza, lo que les ha permitido multimplicar su número para su comercialización y, al mismo tiempo, mejorar la calidad de la alimentación familiar.
Otros programas no menos importantes están dirigidos a optimizar las condiciones de vida de las familias, la atencion de mujeres y niños y, en general, la atención sanitaria de la población a través del movimiento de médicos sandinistas.
De acuerdo con un reciente informe divulgado por el gobierno, a través del denominado Plan Techo, un millón 530 láminas acanaladas de zinc han sido distribuidas a 153 mil familias, compuestas por 918 mil nicaragüenses de bajos ingresos.
Este programa ha beneficiado a decenas de miles de familias muy pobres, que fueron de hecho abandonadas durante los 17 años de gobiernos neoliberales.
El Plan Techo forma parte de un programa mucho más ambicioso, que tiene como objetivo resolver los problemas de vivienda de millones de nicaragüenses.
El mismo informe señala que desde principios de 2007 hasta el cierre del pasado año, 29 mil 483 familias, compuestas por 147 mil 415 personas, recibieron el beneficio de nuevas viviendas o con ampliaciones o mejoras de las de las que ya tenían
Sólo durante el año 2010, el gobierno entregó ocho mil 670 viviendas a familias de muy escasos ingresos, muchas de las cuales disponían hasta entonces de precarias chozas apenas cubiertas de láminas de plástico.
En una de las más recientes expresiones del programa del gobierno sandinista para dotar a todas las familias nicaragüenses de un techo digno, el presidente Ortega entregó, a finales de febrero, 72 viviendas a igual número de familias de trabajadores agrícolas afectados por el Nemagón.
Se trata del primer lote de viviendas destinadas a mejorar las condiciones de vida de varios miles de obreros y campesinos afectados por el Nemagón, un pesticida utilizado durante décadas por transnacionales estadounidenses en plantaciones de bananos y otros productos agrícolas en Nicaragua.
Hasta ahora, dos mil 520 nicaragüenses han muerto como consecuencia de la exposición a ese producto y muchos de los sobrevivientes malvivían desde hace más de una década en chozas rudimentarias instaladas en un solar ubicado frente a la sede de la Asamblea Nacional, en esta capital, en reclamo de atención a sus problemas.
Pero fue sólo a partir de 2007, con el retorno del sandinismo al gobierno, comenzaron a ser atendidas sus demandas.
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