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sábado, 10 de agosto de 2019

ONU: cambiar la forma de comer frenará el calentamiento global

Expertos mundiales presentan informe

Proponen reducir consumo de carnes rojas y modificar sistemas de cultivo

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Nuestro uso de las tierras (...) no es sostenible, señala el informe de Naciones Unidas sobre gestión de suelos y cambio climático, que critica el desperdicio de 30 por ciento de los alimentos producidos en el mundo
Ginebra. El planeta necesita cambiar urgentemente la manera de usar y cultivar sus tierras para garantizar a la vez la seguridad alimentaria de sus habitantes y luchar contra el cambio climático, advirtieron ayer los expertos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre el clima.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) pidió acciones a corto plazo contra la degradación de las tierras, el desperdicio de alimentos o las emisiones de gases de efecto invernadero del sector agrícola, en un informe publicado ayer en Ginebra, y que puede consultarse en inglés en https://www.ipcc.ch/report/srccl/.
Las delegaciones de los 195 países miembros del IPCC examinaron durante cinco días este informe llamado El cambio climático, la desertificación, la degradación de los suelos, la gestión sostenible de las tierras, la seguridad alimenta-ria y los flujos de gases de efec-to invernadero.
El informe examina cómo el aumento de las temperaturas y las tierras interactúan en un círculo vicioso. El calentamiento global provocado por el hombre causa la drástica degradación del terreno, mientras la forma en la que se cultivan esas superficies empeora el fenómeno.
Esta combinación ocasiona que la comida sea más cara, escasa e incluso menos nutritiva, concluyó el informe.
El ciclo se está acelerando, expuso Cynthia Rosenzweig, científica de la NASA especializada en clima y coautora del estudio. La amenaza de que el cambio climático afecte a la comida que la gente lleva a la mesa está creciendo, dijo.
Pero si la gente cambia la forma en la que se alimenta, cultiva la comida y gestiona los bosques, podrían ayudar a salvar el planeta de un futuro cálido, apuntaron los expertos.
La superficie cultivable, que equivale apenas a alrededor de 30 por ciento del planeta, se calienta al doble de velocidad que la Tierra en conjunto. Los gases con efecto invernadero causan problemas en la atmósfera, pero las consecuencias en la tierra son menos conocidas.
El reporte especial, escrito por más de 100 científicos y aprobado de forma unánime por diplomáticos de todo el mundo en la reunión en Ginebra, propuso posibles soluciones al tiempo que realizó advertencias más directas.
El informe estudia cómo el cambio climático afecta a las tierras que se usan para el cultivo, para la ganadería o para los bosques, así como las cuestiones de la seguridad alimentaria, las prácticas agrícolas y la manera en que la deforestación modifica el clima.
El texto, de mil 200 páginas negociadas línea por línea por las delegaciones, concluye que nuestro uso de las tierras (...) no es sostenible y contribuye al cambio climático, indicó la copresidenta del IPCC, Valérie Masson-Delmotte.
Los sistemas alimentarios en conjunto generan hasta un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero, subrayó Eduardo Calvo Buendía, copresidente del IPCC.
Poco margen de maniobra
Según el informe, ya no queda tiempo porque el calentamiento de las tierras emergidas alcanzó 1.53 grados Celsius, el doble del aumento global de la temperatura (incluyendo los océanos).
Los riesgos de inestabilidad en términos de abastecimiento alimentario podrían ser “muy elevados“, a dos grados Celsius, explicó Masson-Delmotte.
El margen de maniobra es muy pequeño si se quiere limitar el cambio climático y, al mismo tiempo, alimentar correctamente a una población mundial que este siglo superaría 11 mil millones de personas.
Queremos reducir las emisiones que salen de las tierras lo más posible, pero sin olvidar la otra parte de la ecuación: las emisiones de gases de efecto invernadero principalmente fruto del sector de la energía, insistió Hoesung Lee, presidente del IPCC.
Tenemos que pensar de manera mucho más exhaustiva cómo utilizaremos cada hectárea. Las tierras tienen que permitir cultivar nuestras comida, proporcionar biodiversidad y agua dulce, dar trabajo a miles de millones de personas y capturar miles de millones de toneladas de carbono, recomendó Piers Forster, profesor sobre el cambio climático de la Universidad de Leeds (Reino Unido).
El IPCC elaboró distintas hipótesis para lograr el objetivo de limitar el aumento de la temperatura a 1.5 grados Celsius o a menos de dos respecto a la época preindustrial.
Estas hipótesis incluyen el cambio del uso de las tierras, la reforestación y las bionenergías, entre otras medidas.
Sin embargo el informe advierte que la reconversión del uso de las tierras (reforestación para capturar dióxido de carbono, campos dedicados a las bioenergías, etcétera) podría tener efectos secundarios indeseables, como la desertificación o la degradación del suelo.
Para el IPCC, además de reducir los gases de efecto invernadero, también hay que cambiar los hábitos de consumo.
Actualmente, entre 25 y 30 por ciento de la producción total de comida se desperdicia, al tiempo que unos 820 millones de personas en el mundo siguen pasando hambre.
Si en las regiones pobres las proteínas animales son a veces insuficientes, en los países ricos se consumen en exceso y hay 2 mil millones de adultos con sobrepeso u obesos.
El informe señala el beneficio para el medioambiente y la salud de las dietas menos ricas en carne pero el IPCC no prescribe los regímenes de la gente, subrayó su copresidente, Jim Skea.
La mejora de las prácticas agrícolas –como la siembra directa y la fertilización dirigida– pueden ayudar a combatir el calentamiento al reducir las emisiones de carbono actuales hasta en 18 por ciento para 2050, según el reporte.
Si la gente cambia su dieta reduciendo el consumo de carnes ro-jas para incrementar el de alimentos de origen vegetal como frutas, verduras y semillas, el mundo puede ahorrarse otro 15 por ciento de las emisiones actuales para mediados de siglo. Esto mejoraría también la salud de la población, aña-dió Rosenzweig.
Espero que este informe llame la atención mediática aún más que el anterior, y que cada uno se dé cuenta del significado de las conclusiones, declaró Greta Thunberg, activista adolescente sueca que asistirá esta semana a una cumbre de jóvenes por el clima en Lausa-na (Suiza).
El informe del IPCC publicado este jueves es el segundo de una serie de tres informes especiales.
El primero, publicado en 2018, abordó si es posible contener el calentamiento global a 1.5 grados Celsius. El tercero y último, previsto para septiembre, tratará sobre los océanos y la criósfera (glaciares).
Los océanos enferman
La pesca ilegal y la contaminación que arrastran los ríos a las costas han deteriorado la salud de los océanos, lo cual requiere atención urgente, alertó un enviado especial de la ONU en Santiago de Chile.
La pesca ilegal se ha transformado en un dolor de cabeza, pues representa 20 por ciento de la actividad pesquera mundial y pone en peligro la vida marina, además de asociarse a crímenes como contrabando de drogas y de personas, afirmó Peter Thomson, enviado especial de la ONU para los océanos.
Es algo muy importante, se pierden 23 mil millones de dólares al año por la pesca ilegal. De ese monto, 60 por ciento corresponde al océano Pacífico, lamentó Thomson, tras una conferencia de prensa en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.

.Foto Afp
Periódico La Jornada

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