Ángel Guerra Cabrera /II y último
La Jornada
Los 700 delegados de todos los
continentes en la edición 25 del Foro de Sao Paulo (FSP), celebrada en
Caracas, Venezuela, acordaron instituir el 9 de agosto como Día
Internacional de los Crímenes Estadunidenses contra la Humanidad. Ese
día de 1945 Washington lanzó un artefacto nuclear contra Nagasaki,
brutal acción –como la de Hiroshima tres días antes– de enorme crueldad,
totalmente innecesaria desde el punto de vista militar. Esta y otras
propuestas fueron formuladas por la Red en Defensa de la Humanidad.
A 74 años de aquel crimen, el lunes 5 de agosto, el presidente Donald
Trump emitió un decreto ejecutivo que pretende dar visos de legalidad
al bloqueo contra Venezuela, el cual se venía aplicando de hecho y cuyo
objetivo –como en Hiroshima y Nagasaki– es el genocidio en masa contra
el pueblo venezolano. La nueva medida hace todavía más difícil para
Caracas proteger la alimentación del pueblo mediante la adquisición de
los ingredientes de las cajas CLAP, así como el abasto de medicamentos y
el mantenimiento de servicios que dependen de piezas de repuesto de
fabricación estadunidense.
Venezuela estaba ya de hecho fuera del sistema financiero
internacional, lo que ha dificultado enormemente sus pagos, aunque
disponga de fondos. Ahora Trump refuerza esa carencia, roba los activos
venezolanos en Estados Unidos, impide toda relación económica de
entidades o personas estadunidenses con Venezuela y amenaza con
sancionar a gobiernos, empresas o particulares de terceros países que
mantengan relaciones de ese tipo con Caracas. Esto hará que infinidad de
bancos y empresas extranjeros se abstengan de realizar operaciones con
el Estado sancionado por temor a las millonarias multas que impone
Washington, como ya se ha visto en Cuba e Irán.
Mientras, Trump, Bolton, Pompeo y demás bandoleros neofascistas de la
Casa Blanca argumentan cínicamente que el decreto está dirigido
contra el gobierno de Maduro, no contra la población. Igual, la vendepatria oposición venezolana y el supertítere Guaidó apoyan la medida yanqui y le hacen el juego al imperio al tratar de ocultar los duros padecimientos que impondrá en la nación sudamericana. He comprobado, en Cuba y en Venezuela, el daño que hacen a millones de personas los bloqueos, al obstaculizar el desarrollo económico e imponer la insatisfacción de necesidades humanas elementales. Por documentos estadunidenses desclasificados conocemos la deliberada intención de imponer miseria y desesperación con estos eufemísticamente llamados
embargos.
A propósito, el FSP, que se define antimperialista y antineoliberal,
rechazó enérgicamente el bloqueo a Cuba y la agresión económica
imperialista contra Venezuela. En general, condenó
la guerra no convencional que aplica Estados Unidos contra los gobiernos que no se pliegan a sus intereses y órdenesy rechazó “la Doctrina Monroe y todas las ideas de Estados Unidos acerca de que América Latina y el Caribe son su ‘patio trasero’”. También decidió concertar
en todo espacio que lo permita, acciones que enfrenten el dominio del imperialismo yanqui en América Latina y el Caribe. El grito
Lula libreresonó constantemente en Caracas.
Contrario a lo que afirma Bolton, la
oficializacióndel bloqueo a Venezuela y el que se aplica contra Cuba no lograrán rendir a sus pueblos, cuya alta conciencia patriótica y política despiertan admiración y creciente solidaridad en el mundo y sus izquierdas. Si seis décadas de bloqueo no han podido doblar el brazo a Cuba, ¿basado en qué peregrina idea piensa el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca que sí funcionará contra Venezuela y, ahora sí, contra Cuba? Bolton es un desajustado y un incompetente que está cuidando el puesto ante los crecientes rumores de que va a ser despedido por su jefe. Éste, a su vez, casi todo lo hace en busca de la relección en 2020. La nueva agresión contra Venezuela y otras que planea contra Cuba obedecen principalmente al deseo de congraciarse con la extrema derecha venezolana y cubana en Miami, que le han prometido los votos de ese estado –váyase a saber cómo lo lograrán–, pero le exigen ser más duros contra La Habana y Caracas.
La reunión del FSP fue cerrada con discursos combativos de los
presidentes Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel. El primero subrayó que
el bolivarianismo surgió
como respuesta autóctona de Venezuela a la crisis del modelo de dominación pro imperialista… y resaltó la importancia de la unidad de la izquierda latinoamericana y caribeña
desde el punto de vista moral, espiritual, político. Tenemos que lograr la unión de todas las fuerzas progresistas con un gran proyecto que logre unificar las fuerzas populares. Díaz-Canel, en su turno:
Estados Unidos amenaza y calumnia a Cuba y a Venezuela para no reconocer su fracaso en el intento por derrocar la revolución bolivariana... Ninguna mejor tribuna que este foro para ratificar que La Habana no renunciará ni traicionará jamás a sus principios ni a Venezuela.
Twitter: @aguerraguerra
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