Entrevista a Mónica Riet de la Coordinadora contra las Tropas de Ocupación y en solidaridad con Haití
M.H.: Acabás de volver de Haití con noticias frescas de ese país.
M.R.:
Noticias muy importantes. Fuimos invitados como Coordinadora contra las
Tropas de Ocupación y en solidaridad con Haití, para participar en un
Coloquio Internacional de balance de 15 años de OCUPACIÓN de las tropas
de la ONU, el tema del CÓLERA y la DEUDA. Iba a ser una instancia de
lanzamiento de una gran campaña internacional por las Reparaciones e
Indemnizaciones que se están preparando, y han tenido algunos anticipos
en juzgados de los EE UU. Van contra la ONU y contra los Estados que
fueron parte de la Minustah. Estas reparaciones e indemnizaciones tienen
que ver con las víctimas del cólera, de violaciones, de masacres
cometidas por la Minustah.
El Coloquio era un encuentro muy
importante que iba a reunir a las asociaciones de víctimas, con
organizaciones de todo el país y un científico francés que investigó el
cólera y denuncia a la ONU, Renault Piarroux, y un funcionario de la OEA
y la ONU, el brasileño Ricardo Seinteinfuss. Pero este evento debió
suspenderse por la enorme crisis política con una huelga por tiempo
indeterminado que paralizaba a todo el país.
El Coloquio
Internacional quedó postergado para octubre de este año. La huelga
general por tiempo indeterminado llevaba ya 10 días cuando llegué, con
todo el país bloqueado, las carreteras, las calles principales de las
ciudades cortadas con árboles atravesados o enormes piezas de material
sacadas de las carreteras para separar carriles y trasladadas en algún
vehículo hasta allí, no había ninguna actividad económica ni transporte
pero todos los días las manifestaciones eran multitudinarias, exigiendo
la renuncia del presidente Jovenel Moise, exigiendo su pasaje a la
Justicia, igual que la de todo su staff y la devolución de los dineros
robados al pueblo.
Desde el año 2018 una comisión de la Cámara
de Senadores hizo una investigación muy escrupulosa donde pudo
establecer que los fondos de PETROCARIBE que Venezuela desde la época de
Chávez otorgaba para obras sociales para el pueblo, de alrededor 3.800
millones de dólares, habían sido totalmente desviados y robados por el
presidente Jovenel y otros integrantes de su gobierno mafioso.
Un pueblo hambreado, gobernado con medidas de ajuste fiscal del FMI en
medio de una crisis mundial que explota dentro de un país ya saqueado y
súper explotado, no resiste esta clase de bofetada. Así que las
movilizaciones por la renuncia de Jovenel con la consigna central de
“¿DÓNDE ESTÁ LA PLATA de PETROCARIBE?” comenzaron desde hace más de un
año, acrecentando su fuerza y participación en la medida en que la
represión ocasionó decenas de muertos y heridos y que el hambre y las
reacciones del propio gobierno agudizaban la situación.
Las
tropas de la ONU de policías, MINUJUSTH, acompañaban a la Policía
Nacional Haitiana en la represión. En este momento en Haití se da la
repercusión de la crisis mundial que estamos viviendo a todo nivel, pero
es un país que parte de un piso muy inferior al del resto incluyendo a
la Argentina a pesar de todo lo que están viviendo, así como Brasil.
Como suele decir nuestro compañero haitiano Henry Boisrolin, “nosotros
no estamos al borde del abismo, nosotros estamos en el abismo mismo”.
Las jornadas del 5 y 6 julio del 2018, ante el anuncio del aumento del
precio de la gasolina se produce un levantamiento espontáneo de las
masas que se dirigen a un hotel 5 estrellas en donde el ex Presidente
Martelly confesó haber gastado parte de los Fondos de Petrocaribe, van y
le prenden fuego, por primera vez utilizan métodos violentos de
autodefensa de este tipo y queman cuanto auto de alta gama y objetos o
lugares de lujo encontraron en su camino.
La represión actuó
pero fue superada por la multitud, la gente siguió en la calle y cuando
se anunció, el día mismo, que “Quedaba suspendido el aumento de la
gasolina” la gente dijo: “Bueno, Ahora no nos vamos hasta que no
renuncie jovenel”.
Jovenel decidió sacrificar a su Primer
ministro pero él permaneció en la presidencia, aunque no se puede
presentar en público en ningún lugar sin que se le escupa, insulte o
cause un enfrentamiento mayor.
La Conferencia Episcopal, como el
empresariado, todo el espectro político haitiano le ha quitado el
apoyo, porque viene actuando igual y peor que Martelly, como un gánster,
rodeado de gánsteres en el gobierno, sin llamar a elecciones, aplicando
una violencia de todo tipo contra el pueblo. Ha desarmado la
institucionalidad democrática de todo el Estado. Ya parte del Senado
cesó su mandato, los diputados igual, y el manejo de la Justicia es
totalmente discrecional. Se detiene y encarcela gente sin pasar por la
justicia, y los escándalos de corrupción no resisten el menor análisis,
ni se limitan a Petrocaribe.
M.H.: ¿De qué número de población estamos hablando?
M.R.: Una población de 11 millones de habitantes en un territorio muy pequeño.
M.H.: Hablamos entonces de un 25% de la población movilizada.
M.R.:
Claro. Pero el resto, que es lo interesante que pude palpar, quienes no
están en la calle, están colaborando con quienes sí lo están. Hay un
consenso social que abarca a todo el espectro político, de todo el
espectro tradicional, de los políticos desde la socialdemocracia, las
distintas posiciones políticas e ideológicas, a todos los movimientos
sociales y a la población en general de cualquier clase social
exceptuando a la oligarquía.
M.H.: ¿Entonces por qué se mantiene el gobierno?
M.R.:
Porque lo respalda el Departamento de Estado esencialmente, porque ya
no tienen a quién poner que pueda contener la fuerza de las
movilizaciones y las demandas de no injerencia, porque no tienen un
personaje capaz de engañar por mucho tiempo a la gente que ya conoce
todos los versos y todas las miserias de este neocolonialismo yankee.
Entonces ya están apelando a lo peor.
El 27 de junio de 2019,
estando yo ahí, el Consejo de Seguridad de la ONU determinó que cuando
termine la MINUJUSTH en setiembre de este año lo sucederá una Misión de
la ONU solo de carácter político: la BHUN. ¿Cómo es posible, se pregunta
uno? ¿Cuanto menos pueden controlar al movimiento popular, retiran las
tropas armadas de la ONU?
Entonces comprendimos la respuesta. Es
que desde noviembre del 2018, empezaron a actuar en los barrios
populares más combativos diversas bandas armadas de paramilitares,
armadas por EE UU y los propios miembros del gobierno JOVENEL. Estos
perpetran masacres indiscriminadas como la de LA SALIN, donde además se
viola sistemáticamente a mujeres en la misma noche. Siembran el terror.
Distintas bandas se disputan los territorios, piden dinero a la gente
para protegerlos y esta es la nueva forma de barbarie con la que
intentan destruir los lazos de solidaridad y de confianza entre la
gente, y ya están desplazando a familias o mujeres con sus hijos a
salirse de allí y armarse una carpita por donde sea para no ser
sometidas de esa manera.
En marzo-abril 2019 un comando de 5
norteamericanos, un afgano y un haitiano fueron detenidos con armas
sofisticadas de alto calibre, miras telescópicas, tecnologías de punta
de detección de personas, pasaportes, etc. Este comando pretendió un
domingo de noche entrar en la bóveda del Banco Central haitiano, fue
detenido por la Policía Haitiana, a la mañana siguiente una alta
autoridad de la Justicia los dejó en libertad y el embajador
norteamericano los fue a buscar, los condujo a un avión comercial de
American Airlines, que los llevó a EE UU donde al descender
desaparecieron sin ninguna consecuencia.
Las investigaciones
inmediatas en Haití dieron a conocer que el haitiano que andaba con
ellos y les servía de chofer, era un hombre vinculado al presidente
Jovenel. Por eso muchos elementos identificaron a este comando
directamente con la presidencia.
Y se había constatado ya, que
como los manifestantes amenazaron al gobierno de que si les tiraban,
iban a prender fuego TODO, las últimas movidas no eran reprimidas tan
brutalmente durante su desarrollo, pero al retirarse mucha gente recibía
un tiro letal en la cabeza efectuado a larga distancia.
Por
eso, aunque golpeados, hambreados y por momentos debilitados, la
resistencia del pueblo haitiano crece, se alimenta de su memoria a
través del vudú también (vi en las calles ceremonias que aluden a la
resistencia de sus ancestros y a la suya propia) y es difícil
imaginarlos vencidos aunque parezca que están contra las cuerdas. El
imperialismo también parece estarlo.
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