Por Luis Brizuela BrínguezPotosí, Bolivia, 9 may (PL) La presidenta de la Asamblea Legislativa del departamento de Cochabamba, Leonilda Zurita, rechazó la instalación de una base militar chilena a 15 kilómetros del boliviano manantial de Silala, mientras exhortó a Santiago a respetar los acuerdos internacionales al respecto. (PLRadio) En declaraciones a Prensa Latina, la lideresa política consideró el hecho como una provocación a las bolivianas y bolivianos.
Repudiamos esta acción de instalar un puesto de avanzada militar próximo a nuestras fronteras. Entiendo que estamos en tiempos de integración, no de invasión a nuestro territorio, reafirmó.
A juicio de Zurita, "Chile debe respetar los convenios internacionales". Recordó que estos acuerdos estipulan que las bases militares deben instalarse, como mínimo, a 50 kilómetros de las fronteras de otro país.
Dijo, además, que dirigentes políticos y de organizaciones sociales "damos todo el respaldo a nuestro presidente, Evo Morales, quien va a seguir defendiendo nuestro territorio de cualquier amenaza".
En su opinión, hechos como estos, buscan confundir y empujar hacia la confrontación a pueblos vecinos.
La víspera, el presidente Morales alertó a la opinión pública mundial sobre el establecimiento de una base militar chilena muy próxima a la frontera común.
Consideró el hecho como una respuesta soberbia y amenazante de Santiago ante la demanda sobre las aguas del manantial de Silala.
Mediante un comunicado de prensa, la Cancillería chilena indicó que no existe tal instalación militar.
Puntualizó que "lo que ha habido es una intensificación del patrullaje militar en territorio chileno para impedir los ataques contra civiles, robos, contrabando y narcotráfico".
No obstante, el procurador general del Estado Plurinacional, Héctor Arce, aseveró que la instalación del puesto castrense "fue comprobada con la tecnología necesaria", y coincide con declaraciones de exautoridades de Chile, quienes afirmaron que las Fuerzas Armadas de ese país están preparadas para defender los tratados internacionales.
Arce cuestionó sobre el objetivo real de la acción, considerando que Bolivia adelantó en marzo que presentaría una demanda por el uso ilegal de las aguas en disputa.
El viernes, Morales anunció el inicio de una campaña internacional en defensa del Silala.
Sus aguas, nacidas en el sudoeste andino del territorio boliviano, abastecen desde hace más de un siglo a varias ciudades del norte de Chile y al emporio cuprífero de Chuquicamata, sin que medie retribución.
El tema fue incorporado en la agenda de 13 puntos que La Paz y Santiago negociaron entre 2006 y 2010, que incluye también la demanda boliviana para lograr una salida soberana al océano Pacífico.
Santiago alega que el Silala es un curso internacional de agua y en 2009 propuso reconocer un pago de entre tres y cinco millones de dólares anuales, por el consumo del 50 por ciento del recurso hídrico; sin embargo, ese trato nunca se concretó, aseguran autoridades aquí.
El 23 de marzo, el jefe de Estado boliviano instruyó a la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima estudiar alternativas para defender la soberanía de los surtidores y encargó a un equipo de alto nivel trabajar en los tres pilares que conformarán la futura demanda: jurídico, histórico y técnico.
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